Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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viernes, 3 de mayo de 2019

¿A DÓNDE VAS? ¿SABES Y CONOCES TU CAMINO?

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Todos debemos de tener una hoja de ruta en nuestra mente y definida en nuestro corazón. No en vano, nuestro Padre Dios nos ha dejado bien gravado en nuestro corazón la huella de nuestro destino y la ruta de nuestro camino - Jr, 31, 31-33 -. Y, para evitar equívocos y confusión, ha enviado a su Hijo para señalarnos el camino claramente. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y conviene tenerlo muy claro para evitar perdernos en las aguas pantanosas de este mundo; en las trampas seductoras activadas por el demonio y las apetencias naturales nacidas del pecado dentro de nosotros mismos.

Sólo en Él podemos ir sorteando todos esos obstáculos que nos llevan al pecado y a emborrarnos su verdadero rostro. Sólo en Él podemos tener claro el Camino a seguir con la esperanza de estar siempre franqueados por la Verdad y sostenernos en la esperanza de la Vida. Y es que cuando se tiene el norte claro encontramos la fortaleza necesaria para superar y vencer todos los obstáculos que se nos van presentando.

No perdamos nunca la meta de nuestro camino. Es el Señor quien nos alumbra y nos guía y quien sostiene nuestros pasos. Unidos a Él y con la mirada fija en Él iremos construyendo la vivencia de nuestra vida en y desde Él. Pero, eso nos exigirá renuncias, sacrificios y lucha en cada momento de nuestra existencia. Nunca será fácil, porque será una lucha sin cuartel y en la que nosotros tenemos mucho que decir y poner. 

Porque, si es verdad que todo nos viene del Señor y todo es por su Gracia, Él ha querido que nosotros colaboremos y nos ha creado libres para poder decidir. Y esa decisión está en nuestras manos. Podemos abrirnos o cerrarnos a su Gracia y, en esa medida, podemos vencer o ser vencidos. Porque, mundo - demonio y carne nos pueden y, enfrentados por nuestra cuenta, siempre seremos vencidos.

Te necesitamos Señor, y dejarnos llevar y dirigir por el Espíritu Santo, para que con su auxilio, su fortaleza y su asistencia levantar una muralla ante el mal e impedir que nos alejen de Ti. Danos, Señor, esa sabiduría para saber siempre discernir y optar por seguir tus pasos, pues sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

miércoles, 28 de febrero de 2018

¿QUÉ CAMINO TOMA TU VIDA?

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Es una muy buena pregunta, y, además de buena, necesaria. Saber por donde caminas y hacia dónde, dará sentido a tu vida, o le descubrirá si merece la pena seguir ese camino. Porque, lo grave es caminar sin rumbo, sin meta, sin sentido y a lo loco. Eso de que a lo loco se vive mejor se queda sólo en la canción, porque terminada de cantar vuelve la realidad. Estamos vivos y en la vida, y necesitamos establecer las coordenadas de nuestro rumbo para definir que nos proponemos.

Porque, dependiendo de nuestra propuesta la vida se irá enriqueciendo o apagándose. Es bueno también preguntarnos para que caminamos hacia esa meta que hemos previamente definido. Porque, si no sabemos el por qué de nuestro camino, apaga y vámonos. Al margen de todo esto, que toda persona debe preguntarse, hay dos cosas ciertas: a) que vivimos; b) que morimos. Todo lo demás está sujeto a que pueda darse o no, pero estas dos citadas son realmente ciertas.

Por lo tanto, si vamos a morir, quizás hay que modificar eso de caminar hacia un lugar concreto. Pues, de cualquier manera, llegues o no llegues vas a morir. Entonces, ¿merece la pena el esfuerzo? ¿Merece la pena caminar, sufrir, soportar dolor, sacrificios, trabajo, esfuerzos...etc? ¿Qué sentido le damos a eso? ¿A qué conclusiones llegamos?

Todo cambia si descubrimos y creemos que se nos ha dado la vida para perpetuarla en plenitud de gozo y felicidad. Ese es el mensaje de Jesús. No es una doctrina, ni una filosofía, ideología o lo que tú quieras suponer y pensar, es una buena Noticia. Una Noticia de salvación. Estamos llamados a Vivir Eternamente en plenitud de felicidad. ¿Qué te parece? Todo cambia radicalmente y toma un sentido diferente y nuevo. La vida merece la pena vivirla porque su finalidad es alcanzar la Eternidad en gozo y felicidad.

Ahora, ¿cómo? El Evangelio de hoy nos lo pone claro, "sirviendo y haciéndote esclavo del otro". «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

lunes, 18 de julio de 2016

LA POCA REFLEXIÓN TE VUELVE CIEGO



No se trata de hacer y hacer. Ni tampoco de llenarse de actividades que te hagan perder la capacidad de tomar conciencia de lo que haces y cómo lo haces. Se trata de ser y hacer. Se trata de controlar lo que haces y ponerlo al servicio del bien de los demás.

El camino necesita reflexión y tomar conciencia del destino a dónde vas. Sería absurdo caminar sin una meta prefijada a dónde dirigirse. Caminar sin saber dónde vas es lo mismo que agobiarse, desesperarse y de experimentarse angustiado y desorientado. El hombre necesita pararse y poner su camino en orden, porque la poca reflexión te impide ver y te vuelve ciego.

¿No te ha ocurrido pasar una y mil veces por la misma calle y preguntarte por ella y no saber dónde está? Pues a mí sí. En cierta ocasión me preguntaron por la calle la Gaviota y no supe decir donde estaba. Más tarde me enteré que era una calle por la que pasaba asiduamente. Igual nos puede ocurrir con nuestra propia vida. Nos la han dado. No nos han pedido permiso para regalárnosla, porque se supone que todos la aceptamos, pero tampoco nosotros, en muchos casos, nos preguntamos para qué nos la han dado y a dónde nos dirigimos.

Y si nos dejamos llevar por el ajetreo que la propia inercia de la vida nos envuelve, puede ocurrir que perdamos el norte y nos aventuremos en un mar sin rumbo ni brújula. Conviene, pues reflexionar y pensar que camino y rumbo tiene nuestra vida. En esa intención descubriremos que sólo hay una cosa importante, tal es saber nuestro destino. Porque conociéndolo nos conduciremos mejor y viviremos esforzándonos en ese sentido.

Por eso, en esta humilde y simple reflexión, Padre del Cielo, queremos pedirte que nos ilumines el camino para saber realmente a dónde nos dirigimos. Y ello nos exige prestarte atención y atenta escucha, y estar vigilantes para no distraernos ni perdernos con el ajetreo y las tentaciones que las cosas de este mundo nos ofrecen. Amén.

sábado, 28 de junio de 2014

UN CAMINO QUE DESCUBRIR Y UNA MISIÓN QUE CUMPLIR



Me pesan mis debilidades y me hacen pesado, difícil y duro el camino de mi compromiso de Bautismo. Experimento la impotencia y frustración de perderme en el camino de mi vida confundido y desorientado sin saber a qué lugar dirigirme. Quiero llegar a Ti, pero me topo contra un muro de tentaciones que me impiden verte con claridad.

Mis comodidades, mis apegos y apetencias tiran muy fuerte de mí, y me desvían del camino trazado hacia Ti. Hay momentos de tremenda confusión que me nublan la mente y contaminan mi corazón. La oscuridad paraliza mis músculos y me siento incapaz de avanzar. ¿Y a dónde y para dónde Señor? No tengo respuestas claras y firmes como Tú en el Templo. 

Necesito tu compañía. También la de tus Padres. Y tus Consejos, tu Claridad y tu Firmeza. Dame, Señor, la sabiduría de saber encontrar siempre el camino de la Verdad que conduce a Ti. Sin titubeos, sin confusión y sin pérdida.

Necesito de Ti Señor para no perderme, porque sólo no soy capa de dar un paso y, sólo, quedo a merced de las tentaciones del mundo. Amén.