Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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miércoles, 19 de agosto de 2020

ORACIÓN Y MÉRITOS

LA PARÁBOLA DE LOS OBREROS DE LA VIÑA Historia de la Biblia 215 ...
Podemos pensar que, según nuestras obras y méritos tendremos derecho a merecer la Gloria prometida por nuestro Padre Dios. Dentro de la lógica humana entra es forma de ver, entender y pensar. Por mis buenas obras contraigo méritos que me dan el premio del Cielo prometido. 

Pero, nada más lejos de la realidad. Nuestra lógica y forma de pensar no coincide para nada con la de nuestro Padre Dios. Nuestra salvación no depende de mis buenas obras, ni tampoco de todos los méritos que podamos hacer. Mi salvación y la tuya dependen de la Gracia de Dios. Es decir, del Infinito Amor misericordioso de nuestro Padre Dios.

Eso no significa que tengamos que quedarnos con los brazos cruzados esperando la Gracia y la Misericordia de nuestro Padre. No estoy diciendo eso, sino todo lo contrario. Tengo que esforzarme en hacer la Voluntad de mi Padre, claro lo dice Jesús en otro momento, pero sin olvidar que todo me ha sido dado de forma gratuita.

 Dios te puede llamar a las primeras horas de la mañana y tu respuesta es obedecer y acudir a esa llamada y trabajar todo el día. Pero, también puede convenir en llamarte a las últimas horas de la tarde, y de la misma forma debes escucharle y acudir a su llamada. Y poner todo el empeño necesario que puedas en cumplir con tu trabajo. Sólo Él sabe el por qué de las horas y de las llamadas. Y te remunerará tal y como Él quiera. O, ¿acaso tienes tu derecho a protestar? ¿Quién eres tú para pedirle cuenta de sus actos? ¿Acaso crees que has hecho méritos para exigir mejor trato y remuneración?

Eso es lo que, en mi humilde opinión y a la luz del Espíritu Santo, Jesús trata de decirme hoy y en este momento. Para nuestro Padre Dios no cuenta el tiempo, ni tampoco las obras, pues, por mucho que pretendamos nunca alcanzaremos a pagar la Gloria que Dios nos regala por verdadero Amor. Amén.

martes, 12 de noviembre de 2019

SEÑOR, DAME FUERZA Y VOLUNTAD PARA CUMPLIR CON MI DEBER SEGÚN TU VOLUNTAD

Resultado de imagen de Lc 17,7-10 por Fano
Será falso pensar que lo que tengo se debe a mis esfuerzos y trabajo. Es verdad que consecuencia de hacer las cosas bien y poner empeño en ello da sus frutos. Y, desde esa perspectiva, todo lo que tengo a partir de cierto momento de mi vida se debe a mis esfuerzos y trabajo. Eso está ahí y nadie lo discute. Pero, también es cierto y no tiene punto de discusión ni de duda que los primeros años de tu vida te fueron, junto con el don de la vida, regalados por tus madres o, en su defecto, por quienes te criaron. Sin ellos no estarías donde estás ahora.

También, tus habilidades, tu inteligencia, tus cualidades y talentos, ¿de dónde han venido? Es verdad que quizás tú las hayas perfeccionado con tu esfuerzo y práctica, pero alguien las ha depositado dentro de ti desde el principio. Esa voz, esa habilidad, esa cualidad para hacer esto o lo otro...etc. Eso ha tenido un principio y un don puesto por Alguien. Por una razón muy simple, porque otros muchos no lo tienen, y no son menos que tú ni tienen menos derecho que tú. ¿Acaso no son hijos del mismo Padre Dios?

Todo lo que he recibido ha sido por la Voluntad de Dios y de forma gratuita y por Amor. Desde el principio estoy en su Pensamiento y sin dejara de estarlo, dejaría inmediatamente de existir. ¿Con qué derecho le puedo exigir recompensa o premio? Él es mi Señor y Creador y de Él todo lo he recibido. Muy sencillo, tengo que sentirme agraciado, privilegiado y alabarle y adorarle durante me conceda tiempo en esta vida hasta llegar a la otra.

Gracias, Señor, por la vida y por la oportunidad  y esperanza de tener la posibilidad de, por tu Inmensa Misericordia y Amor, alcanzar la otra, la Vida Eterna. Gracias, Señor, por sentir el deseo gozoso de esperanza y de aspirar a gozar de tu presencia eternamente. Gracias por tu Bondad y Misericordia, que me permite levantarme y emprender, a pesar de mis miserias e inmericimientos, el camino de nuevo y compartir tu Gloria Eterna. Gracias, Señor, y reconociéndome débil y pecador, te pido que me fortalezcas y me llenes de tu Fuerzas para poder servirte en el servicio de cada día a los demás. Amén.

sábado, 14 de septiembre de 2019

CAMINANDO HACIA TI, SEÑOR

Resultado de imagen de Jn 3,13-17
Sin darme cuenta y, por tu Gracia, Señor, me he quedado sin camino, porque mi camino es tu Camino. Y doy gracias al Cielo por caer en la cuenta que no soy yo quien camina sino que eres Tú, Señor, quien me llevas y mi guias. Claro que mis torpezas y pecados te hacen dibujar en mi vida renglones torcidos, pero Tú, mi Señor, sabes siempre enderezarlos y llevarme al terreno del amor.

Sólo puedo optar a una cosa buena, y es creer en Ti, Señor y fiarme de tu Palabra. Porque, mis mal llamados méritos no tienen valor, pues todos me han venido de Ti y de forma gratuita, de modo que nada merezco. Soy digno hijo tuyo porque Tú así lo has querido y porque tu Hijo, enviado a dar su Vida de forma voluntaria, así lo ha aceptado, rescatándome de una condenación segura.

Desde este simple razonamiento mi vida sólo tiene el valor de tu Infinito Amor, Señor, que por mucho que me proponga y me afane nunca lo podré entender. Por todo ello, no puedo encontrar en mi corazón sino un gozoso deseo de gratitud, adoración y de alabanza a tu Nombre, Señor, pues en Ti, está mi salvación y todas mis esperanzas.

Reconozca la gratuidad de tu Amor, a pesar de que no lo entiendo. Nunca lo entenderé sino cuando Tú decidas, por tu Infinito Amor Misericordioso, revelarmelo. Y en esa esperanza dichosa vivo y camino esforzándome en refugiarme y esconderme en tu Palabra sin dejar de mirar tu Cruz gloriosa, donde te diste totalmente gratuito y sin condiciones para que yo y otros muchos podamos ser exculpados de nuestros pecados.

Qué más puedo decirte, Dios mío, sino darte repetidamente e insistentemente las gracias por tanto amor gratuito sin esperar nada a cambio, sino buscando mi felicidad y mi gloria eterna. Me asombra tanta gratuidad y tanto Amor hasta el punto que no llego a comprenderte. Claro, mi corazón es humano y el Tuyo Inifinitamente sobrenatural, por expresarlo de alguna manera. La distancia es infinita y nunca podré llegar a comprenderte, pero, tampoco, nunca durante mi camino en este mundo dejaré de vivir en y con la esperanza de encontrarme contigo. Amén.

lunes, 5 de noviembre de 2018

SÓLO LO QUE DAS GRATIS TIENE VALOR

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Puedes hacer excelentes negocios y ganar mucho dinero, fama, prestigio e influencia. E, incluso, tener gran éxito, pero nada de eso te lo puedes llevar a la hora de tu llamada. Allí, en la presencia de Dios sólo te valdrá todo aquello que hayas dado con el corazón y de manera gratuita. Porque, será eso lo que te pagará, por decirlo de alguna manera, Dios.

Todo lo que des en este mundo y, en cambio, recibas su correspondiente valor como moneda de cambio y paga, dejará de servirte para el otro mundo, pues ya has recibido tu recompensa por los servicios prestados. Allá, en ese mundo nuevo para el que Jesús, nuestro Señor, te prepara una mansión no te vale sino lo que hagas en éste de forma gratuita. Así que preparemos para servir por amor y gratuitamente.

Y, como a nadie se le esconde que esta forma de actuar nos cuesta mucho, nos duele y muy pocos lo entienden, tachándonos incluso de bobos e idiotas, suplicamos al Señor que nos fortalezca, nos dé fuerzas y voluntad para que, dejándonos iluminar, con y por el Espíritu Santo, recibamos la sabiduría para despojarnos de todo lo material y especulativo apartando todo tipo de mercantilismo económico que nos pueda seducir y tentar. Para, en su presencia y auxiliado por su Espíritu, actuemos por caridad y gratuitamente.

Porque, Señor, todo lo recibimos de Ti y por tu Gracia y Amor, y de forma gratuita. Y así queremos también darlo y ofrecerlo. Sin ánimo de recibir nada y ofreciéndolo a aquellos que lo necesiten y que no puedan devolvérnoslo. Amén.

sábado, 1 de septiembre de 2018

TALENTOS

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Se me ocurre pensar y proponer, a modo de sugerencia, que conviene leer el Evangelio de cada día para, teniendo un conocimiento de la Palabra, reflexionar mejor sobre lo que nos pueda orientar esta humilde reflexión. Porque, de esa manera nos podemos enriquecer más todos con nuestros comentarios y aportaciones. 

¿Qué sé hacer, más o menos bien? ¿Qué experimento que mejora y mueve a otros a ser mejores? ¿Descubros que ahí pueden estar mis talentos? ¿Y cómo he llegado a descubrirlos? ¿Quizás ha sido con el compromiso y el riesgo de acometer esas responsabilidades a las que tanto temía? Estas y otras preguntas nos pueden ayudar a dar los primeros pasos para inducirnos a vernos y descubrir que talentos tenemos que, de nosotros, necesitan los demás.

Porque, seguro es que algo bueno e importante para otros hemos recibido. Y es de sentido común que quedarnos quietos, pasivos, acomodados, temerosos de fallar o equivocarnos no nos ayudará a descubrir si tenemos algo bueno que dar. Eso nos descubre que es necesario dar un paso hacia delante y negociar, tomando riesgos, con las cualidades que tenemos. Pronto descubrimos que unas cosas se nos dan mejor que otras, y eso nos va indicando cuales son nuestros talentos.

Entonces, nace nuestro compromiso y descubrimos que debemos comprometernos para ayuda y beneficiar a otros de nuestros talentos recibidos. Porque, se nos han dado para eso, para que los demás puedan beneficiarse en el buen uso de ellos y para regalarlos por amor. Tal y como los hemos recibido, gratuitamente. Está claro que se entiende que todo va dirigido en el bien, la justicia, la misericordia y el amor.oraci

Porque lo malo nadie lo quiere ni hasta se arrepiente de practicarlo. Su conciencia le delata y le remuerde. Sin embargo, no debemos ni podemos atrevernos a descubrirlos con nuestras propias fuerzas. ¡Sería un suicidio! Necesitamos la Gracia del Espíritu Santo, que nos asiste y acompaña, para, enfrentados con nosotros mismos y con las tentaciones y seducciones del mundo, demonio y carne - peligros que nos acechan a cada instante - con garantía de triunfo.

Por eso, Padre del Cielo, te pedimos que nos des la sabiduría de descubrir, cada día, esos talentos que nos has dado gratuitamente para no enterrarlos, sino para ponerlos a rendir al máximo en bien de todos aquellos hermanos que lo necesiten. Amén.

domingo, 17 de junio de 2018

REGANDO LA SEMILLA DE NUESTRO CORAZÓN

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La oración es el agua con la que regamos la semilla de nuestro corazón. Un agua que nos llueve del cielo cada vez que hablamos con nuestro Padre Dios. Un agua que brota del manantial de su Amor y que fertiliza nuestro corazón dando frutos de amor, porque son frutos que vienen de Dios.

Somos semejante a Él, porque así nos ha creado y nuestros frutos serán buenos frutos porque salen de un corazón semejante a Él y, sobre todo, por su Gracia y gratuidad. Nada obedece y sucede por nuestro trabajo, pues la semilla plantada en la tierra es un misterio. No sabemos qué sucede y como se origina una nueva vida vegetal que crece sin nosotros hacer nada y da hermosos frutos que no alcanzamos a explicar como se forman y originan en las ramas de esa insignificante semilla que, simplemente, hundimos bajo la tierra.

Realmente, es un misterio que no llegamos a comprender. Muchas veces me he preguntado cómo puede suceder eso. Planto una insignificante semilla y, sin darme cuenta, mientras yo duermo y me cruzo de brazo, la semilla crece, se desarrolla y alcanza una altura tan grande que las aves viene a anidar y protegerse de sus ramas. Igual ocurre en nuestra vida, todo sucede por obra y gracia de Dios y de forma gratuita. No merecemos nada ni tenemos ningún mérito. La vida y la salvación es un regalo inmenso y gratuito que Dios nos da. Su Amor es Infinito y tampoco llegamos a comprenderlo sino cuando estemos en su presencia.

Pidamos paciencia, sabiduría, perseverancia y docilidad para poner todo lo que está de nuestra parte para colaborar con Dios y sentirnos inmensamente agradecidos por todo lo que nos da y por esa Vida Eterna que nos promete. Gracias, Señor, porque todo nos viene de Ti y a Ti volverá. Amén.

sábado, 17 de febrero de 2018

DECISIÓN FINAL

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Tú, Señor, tienes siempre la última palabra, pero has querido dejarnos a cada uno de nosotros la decisión de elegir seguirte o rechazarte. Una decisión difícil de tomar ante tantas tentaciones y peligros que este mundo nos presenta. Seguirte o dejarte al margen es la cuestión, y, para tan difícil elección necesito tu consejo y tu auxilio. Estaré perdido sin tu presencia, Señor.

Por eso, desde este humilde lugar te pido, Señor, valor, fortaleza y sabiduría para seguirte, pues sólo Tú eres Camino, Verdad y Vida. Yo me confieso pecador y necesitado de tu perdón. Y sé, Señor que sales a mi encuentro y me ofreces tu perdón. Gracias, Señor, porque, indigno de merecerte, Tú me lo das gratis y por amor. Y lo haces para mi bien y felicidad. Buscas mi gozo y mi dicha y, sin embargo, yo me resisto con mi necedad e ignorancia poniéndote obstáculos, resistencia para huir de Ti.

Perdóname, Señor, y ten compasión de este pobre pecador. Dame la paciencia, la fortaleza y la perseverancia de creer en Ti y de seguir tus pasos a pesar de mis pecados, mis impaciencias, mi soberbia, mis perezas, mis pasiones, mis egoísmos y todo lo que amenaza con alejarme de Ti, esclavizarme y perderme. Sácame del fango del conformismo y de la ignorancia de creerme bueno. 

Sácame de la incapacidad de no ver mi incapacidad para amar y de todo lo que me impide rendirme a los placeres del mundo y a mis propios egoísmos. Renueva, Señor, mi corazón y fortaléceme con la perseverancia de permanecer en tu presencia y de optar siempre por estar a tu lado. Hazme dócil a tu Palabra y, como Leví, darte una respuesta humilde, decidida y fiel para seguir tus pasos y entregarte mi vida. Toda mi vida. 

Enséñame la forma y el camino de servirte en los hermanos según tu Voluntad. Muéstrame, Señor, el camino que debo seguir para responder a tu llamada, y dame sabiduría, fortaleza y perseverancia para seguir decididamente sin titubeos y con firmeza. Amén.

miércoles, 14 de febrero de 2018

HACER SIN MIRAR A QUIEN NI BUSCAR RECOMPENSA

Diríamos que el criterio del auténtico amor es hacer sin mirar a quien ni buscar recompensa. Porque en esa actitud se esconde la verdad del único y auténtico amor. No mires a quien atiendes ni tratas y ayudas, mira que es un hijo/a de Dios con la misma dignidad que tú y a quien debes amar como te ama el Señor. En eso estriba la Ley y los profetas, en amar como Dios nos ama.

Todo lo que persiga otros fines buscando el propio lucimiento, el destacar y trepar en títulos y cargos y el conseguir fama de santo y elogios y admiraciones es veneno peligros y camino de perdición. Porque el amor es gratuito y la gratuidad conlleva el silencio y el ocultarse a la vista de los demás. Eso no quiere significar que se tenga que hacer a escondida ni ocultarse a la vista de otros, sino que su intención no sea el conseguir que otros te vean y sientan admiración por ti. De ser así ya estás pagado con esa admiración y fama.

Tú esconde tu amor y, simplemente, dadlo gratuito y de forma desinteresada. No busques recompensa ni nada de lo que puedas aprovecharte. Busca sólo el amor de Dios y tal como lo recibes entrégalo a los demás. Esa es nuestra petición de hoy, Señor, llenarnos de tu fuerza y desprendimiento para poder amar como Tú nos amas. Danos, Señor, esa capacidad de renuncia, de sacrificio, de abnegación y de entrega para darnos, sin ningún miramiento ni dependencia al servicio de los demás.

Y enséñanos a orar, tanto comunitariamente como a solas contigo, en el silencio de nuestra soledad, y a encontrar el gozo y la paz de sabernos en tu presencia y mirados por Ti. Llénanos de tu humildad, Señor, y límpianos de toda vanidad y vanagloria, para que podamos ser verdaderos imitadores de tu Amor, sin ninguna impureza que nos haga volver la mirada hacia nosotros para mostrarnos mejores y buenos ante los demás. Haz, Señor que seamos capaces de hacer sin mirar a quien ni tampoco buscar ninguna recompensa.

Nos sabemos débiles y sometidos a muchos perjuicios, ambiciones y vanaglorias, pero también sabemos que, por tu Amor, Señor, y en Ti podemos limpiarnos de toda impureza y desterrar todas esas lepras que nos invade y amenazan con buscarnos a nosotros mismos. ¡Sálvanos Señor!

lunes, 3 de noviembre de 2014



Es lógico corresponder cuando se recibe un favor o cuando se portan bien contigo. No es que nos lo exijan, pero es la inclinación natural. Nos cuesta mucho no hacerlo. Sin embargo, Jesús nos dice hoy que hagamos el bien a aquellos que no nos lo pueden devolver. O dicho de otra forma, favorece a aquellos que lo necesitan y no pueden devolvértelo.

Porque lo que no recibas aquí lo recibirás cuando resuciten los justos. Y es que siguiendo la lógica y el sentido común, todo lo que se te pague aquí no será recompensado allá. El móvil de nuestro actuar debe ser siempre la gratuidad sin condiciones y no retornable, porque esa es la actitud verdadera y la que prueba que nuestro amor es verdadero.

Sin embargo, somos conscientes de que eso no es fácil. Vencer nuestro egoísmo, nuestros deseos de fama, de destacar, de ser el centro de los demás, de ser distinguido, piropeado y ensalzado es pura tentación y nos exigirá una lucha sin cuartel y permanente. Por eso necesitamos la Gracia del Señor y la Fuerza del Espíritu Santo que nos fortalece, nos ilumina y mueve nuestra voluntad para no desistir y mantenernos siempre dispuestos a vivir en la Voluntad del Señor.

Te pedimos, Señor, que unidos a la Iglesia triunfante y purgante, nosotros, la Iglesia militante, estemos en constante oración y en mutua intercesión para que, por tu Gracia, mantengamos la pureza de cumplir tus mandamientos y mantenernos firmes en la fe y la unidad.

lunes, 4 de noviembre de 2013

SÓLO TE PIDO TU GRACIA



Eso es lo que quiero, aunque no sea lo que hago. Recuerdo ahora las palabras de Pablo de Tarso: hago lo que no quiero, y dejo de hacer lo que quiero. A mí me ocurre igual, y más en esto de dar y no recibir. Para qué esconderlo, Señor. Tú sabes los secretos y las apetencias más profundas de mi corazón.

Por eso, Señor, me confieso, como aquel publicano, un pobre pecados y clamo por tu Misericordia. Pero, también aprovecho para pedirte la Gracia de transformar mi corazón egoísta y de piedra, en un corazón generoso y de carne, capaz de darse simplemente por amor sin esperar nada a cambio.

No quiero nada más sino eso, porque sé que dándome recibiré todo aquello que deseo, que aunque se me esconda a mi corazón, es la dicha que todos buscamos: la paz y la felicidad eterna que sólo se encuentra en Ti.

Hoy, Padre del Cielo, quiero acompañarme y apoyarme en María, la Madre que Tú elegiste para tu Hijo Predilecto. Porque Ella supo ser humilde, desprendida y generosa, dándose en su totalidad sin esperar nada a cambio, sin entender muchas cosas, sin imaginar ni sospechar el camino. Sólo confiada en tu Palabra. Danos un corazón como Ella y fortalécenos para vivirlo en la esperanza confiada en tu Palabra.

martes, 8 de enero de 2013

DARME Y PREOCUPARME

 


No se trata de dar algo de lo que tengo, y que posiblemente me sobra. Se trata de darme y de preocuparme por tantas cosas que andan mal en este mundo, y en consecuencia mucha gente lo pasa mal. Se trata de no comer yo solo, sino de preocuparme porque coman los demás también.

¿Es realmente esa mi preocupación y actitud? Si lo es, no debo preocuparme porque se notará en mi vida, pero si no se nota es porque esa preocupación no es lo suficiente profunda y seria para que mi vida sea una respuesta a ella. Sí estás con Jesús y convives con Él, llegarás a vivir y ser como Él.

Por eso, Señor, no quiero cansarme de pedirte tu Gracia y fuerzas para que pueda desprenderme de esas cosas que me atrapan y me encadenan separándome de los demás. Pero, mira, más que las cosas materiales son las actitudes del mundo que me rodea que me hace sentirme tonto, idiota cuando doy y comparto gratuitamente.

Cambia mi corazón humano e interesado, en un corazón humano despegado y solidario. Presto y disponible a darse, a compartir y a servir. Sé que yo no puedo, pues llevo toda mi vida en esa lucha y muy poco he avanzado. Me sorprendo de algunas cosas que he hecho, y en ellas he experimentado la presencia de tu Espíritu. Yo solo no hubiese podido hacerlo.

Por eso, Padre mío, te pido que me transformes y me des la virtud de la constancia, la paciencia y el desapego para darme, compartir y servir a los hombres, pues sirviendo a los hombres estoy manifestando mi amor hacia Ti. Amén.