Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 24 de junio de 2021

¿ESTOY TAMBIÉN YO LLAMADO A SER PRECURSOR?

 

Desde la hora de tu bautismo, el Espíritu Santo ha descendido sobre ti para que, asistido y auxiliado por Él, te constituyas en signo, palabra, vida y anuncio de la Gloria de Dios y del anuncio de su venida a este mundo para, con su Pasión y muerte en la Cruz, dando la vida por todos nosotros, rescatarnos de la esclavitud del pecado y ganar - gratuitamente - para nosotros la Vida Eterna.

No hay mayor gloria, aunque, su recorrido y vivencia cuesta dolor y sangre, pero - y lo sabemos - el resultado final es la Resurrección y gloria en gozo y plenitud eterno. Realmente, cuesta dolor y sangre, pero vale la pena, porque es lo que todos buscamos desesperadamente. Y ese recorrido se convierte en nuestro anhelado desierto. Para Juan fue uno especial de acuerdo con su tiempo y su momento. Para nosotros, será donde Dios nos haya colocado, llámese parroquia, familia, trabajo, ambiente social, misiones, pueblo rural, ciudad urbana, o cualquier otro sitio que haga presente la cruz de tu vida.

Posiblemente haya muchas clases de desiertos y, la pregunta será descubrir cuál es el tuyo propio. Corresponderá a cada uno descubrirlo. Cada cual es precursor de su tiempo y de su situación. Lo verdaderamente importante es ser precursor del anuncio de la venida de Jesús, el Hijo de Dios. Y es que el mundo urbano, donde posiblemente tu vida tenga su camino y desarrollo, también necesita de precursores que anuncien que Jesús, el Hijo de Dios, ha venido a este mundo a anunciarnos y descubrirnos el Amor de su Padre y la salvación Eterna.

Pidamos con verdaderos deseos anunciar y preparar el camino a muchas personas desorientadas que no conocen a Jesús y que, incluso bautizadas, no dejan que el Espíritu Santo les dirija y asista en el conocimiento del Señor. Amén.

miércoles, 24 de junio de 2020

JUAN EL BAUTISTA


Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 1, 57-66.80 | Cristonautas.com


H IM NO

Niño que, antes de nacer,
reconoce a su Señor
y da saltos de placer
bien puede llegar a ser
su profeta y precursor.

Su nombre será san Juan,
su morada, los desiertos;
langostas serán su pan;
sobre el agua del Jordán,
verá los cielos abiertos.

Otros le vieron lejano
y le anunciaron primero;
Juan le ve ya tan cercano
que va extendiendo su mano
y señalando al Cordero.

Está llegando la hora,
ocaso de un Testamento,
pero del nuevo la aurora,
con la gracia triunfadora
de Juan en el nacimiento.

La ley vieja en él fenece,
la de gracia en él apunta;
de dónde claro parece
que en este niño amanece
libertad y gracia junta.

Claro espejo en el Jordán,
después que los dos se han visto
y abrazos de paz se dan:
resplandece Cristo en Juan,
y Juan reverbera en Cristo.

Juan a Jesús bautizaba,
el cielo entero se abría,
la voz del Padre sonaba,
la Paloma se posaba
en gloriosa teofanía.

Nunca se podrá acallar
la voz que habló en el desierto,
aunque le hayan de cortar
la cabeza; estará muerto,
mas no dejará de hablar.

Gloria al Padre muy amado,
gloria al Hijo Salvador,
que nos libra del pecado,
y gloria al que él ha enviado,
al Espíritu de Amor. Amén.

lunes, 31 de diciembre de 2018

SON LOS HIJOS LOS QUE ACOGEN Y CREEN EN LA PALABRA

Resultado de imagen de Jn 1,1-18
Todos somos hijos de Dios, pero lo que muchos ignoran es que se auto excluyen al rechazar la Palabra y no creer en el Hijo de Dios. Porque, en el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. 

Dios nos ha creado libres para elegir y decidir por nosotros mismos, de modo que, tú puedes decidir tu propia elección: creer o no creer. La Palabra se te dio a conocer, por un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Sin embargo, y aquí viene lo importante, la Palabra no fue acogida y el mundo la rechazó, pero, a pesar de eso, Dios nos da la oportunidad de acogerla y de perdonar nuestro rechazo. Para eso ha enviado a su Hijo, para que muriendo por nosotros nos demuestre el interés de nuestro Padre Dios y nos redima de nuestros pecados y rechazos. Nos lo dice claramente: Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

Ese deseo de la Palabra no es deseo de sangre ni de hombre, sino deseo de Dios. Por ese deseo de amor la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros para mostrarnos la Gloria del Padre en su Hijo único, llenos de Gracia y de Verdad. Amén.

domingo, 24 de junio de 2018

JUAN EL BAUTISTA

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Himno


Niño que, antes de nacer,
reconoce a su Señor
y da saltos de placer
bien puede llegar a ser
su profeta y precursor.

Su nombre será san Juan,
su morada, los desiertos;
langostas serán su pan;
sobre el agua del Jordán,
verá los cielos abiertos.

Otros le vieron lejano
y le anunciaron primero;
Juan le ve ya tan cercano
que va extendiendo su mano
y señalando al Cordero.

Está llegando la hora,
ocaso de un Testamento,
pero del nuevo la aurora,
con la gracia triunfadora
de Juan en el nacimiento.

La ley vieja en él fenece,
la de gracia en él apunta;
de dónde claro parece
que en este niño amanece
libertad y gracia junta.

Claro espejo en el Jordán,
después que los dos se han visto
y abrazos de paz se dan:
resplandece Cristo en Juan,
y Juan reverbera en Cristo.

Juan a Jesús bautizaba,
el cielo entero se abría,
la voz del Padre sonaba,
la Paloma se posaba
en gloriosa teofanía.

Nunca se podrá acallar
la voz que habló en el desierto,
aunque le hayan de cortar
la cabeza; estará muerto,
mas no dejará de hablar.

Gloria al Padre muy amado,
gloria al Hijo Salvador,
que nos libra del pecado,
y gloria al que él ha enviado,
al Espíritu de Amor. Amén.

domingo, 17 de diciembre de 2017

¿Y CÓMO PROCLAMO YO?

Igual nos desesperamos, nos confundimos o nos desanimamos. No sabemos qué hacer ni cómo proclamar que Dios se hace Hombre para estar entre nosotros. No sabemos qué decir para gritar que es Navidad, no sólo ahora en estas fechas próximas, sino cualquier día. Y, ahora, Señor, queremos pedírtelo, enséñanos a darte a conocer y a proclamar que has venido al mundo a salvar a todos los hombres.

Porque, todos no somos Juan el Bautista, ni tenemos su misma fuerza y voluntad. Y porque el mundo ha cambiado mucho y ahora será difícil llamar la atención con tantas luces que encandilan y distraen al hombre. Y, sobre todo, porque ahora, el hombre apagada su sed de búsqueda, yace dormido en un mundo hedonista que proclama vivir la vida que son cuatro días. Y, el hombre, adormecido se deleita en tantas ofertas de placer que se le hace difícil escuchar la voz del que le grita y proclama que nace el Señor para liberarle de esa esclavitud y darle la vida.

Ilumina, Señor, nuestras vidas para que reflejándola demos testimonio de tu presencia. Danos la sabiduría que viene de Ti para que viviéndola en el mundo en el que estamos inmersos seamos voz, como la de Juan, que te proclame y anuncie. Llénanos de paz, sabiduría y fortaleza, para que iniciemos cada día con la ilusión y la alegría de gritar al mundo que Tú, Señor, estás entre nosotros y te has hecho Hombre para darnos la vida eterna en gozo y plenitud.

Haz, Señor, que nuestras vidas sean reflejos de la Tuya, para que todos aquellos que se acerquen a nosotros descubran tu presencia. Así, como Juan el Bautista, daremos testimonio de tu Palabra y proclamaremos al mundo que Tú estás entre nosotros y has venido a rescatarnos del pecado para darnos la salvación eterna. Por eso, Señor, queremos abrirte nuestro corazón y dejar que cada instante de cada día Tú nazcas en nosotros, porque cuando hacemos algo bueno por el hombre pobre y necesitado, estamos permitiendo que Tú, Señor, nazcas también en nuestros corazones. Amén.

martes, 3 de enero de 2017

NECESITAMOS LA GRACIA PARA RESPONDERTE, SEÑOR

Una cosa es clara, sin El nada podemos (Jn 15, 5). Necesitamos la Gracia del Señor para poder vencer a las tinieblas y liberarnos de la esclavitud del pecado. Pero para eso necesitamos primero convertirnos. Es la propuesta de Juan Bautista: "Convertirnos a la Gracia del Señor".

Él nos anuncia la llegada del Libertador y nos invita a seguirle en actitud de conversión. Seguirle es vivir en la Vida de la Gracia por medio de los sacramentos. Por el Bautismo, que Juan nos, previamente prepara con agua, pero que nos anuncia que Jesús nos buatizará en el Espíritu Santo, y nos injerta como miembros vivos en Cristo y en su Iglesia (Papa Francisco).

Por la muerte de Jesús somos liberados del pecado, e, injertados en Él tendremos la fortaleza y la Gracia de también entregar nosotros nuestra vida para, añadiéndola a la de Jesús, alcanzar la purificación y salvación eterna. Por eso, como dice el Papa Francisco «No es una formalidad. Es un acto que toca en profundidad nuestra existencia. Un niño bautizado o un niño no bautizado no es lo mismo. No es lo mismo una persona bautizada o una persona no bautizada. Nosotros, con el Bautismo, somos inmersos en esa fuente inagotable de vida que es la muerte de Jesús, el más grande acto de amor de toda la historia; y gracias a este amor podemos vivir una vida nueva, no ya en poder del mal, del pecado y de la muerte, sino en la comunión con Dios y con los hermanos».

El Bautismo nos libera y nos hace hijos de Dios. Por el Bautismo recibimos al Espíritu Santo y estamos asistido y protegidos por su constante presencia. Eso sí, necesitamos abrirle las puertas de nuestros corazones y dejarnos asistir y dirigir por Él. No perdamos tiempo y pidamos esa Gracia, esa fuerza y luz que nos ayude a convertirnos, a darnos, por amor, en Manos del Espíritu Santo, a servir y a vivir humildemente la Palabra cumpliendo la Voluntad de Dios. Amén.

viernes, 23 de diciembre de 2016

EL ESPÍRITU DE JUAN

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


La figura de Juan el Bautista nos sirve de referencia y de modelo para prepararnos y disponer nuestro corazón a la venida del Señor. A su nacimiento en nosotros. No se trata de que el Señor vuelve a nacer, pues ya nació, sino de asumir su mensaje de salvación como lo asumió Juan.

Juan nos enseñas las virtudes que necesitamos para recibir con provecho la venida de Jesús. Una vida austera que nos recuerda en cada momento las dificultades y la lucha por el equilibrio y la sobriedad ante las cómodas y placenteras ofertas que este mundo nos sugiere y ofrece. Porque si sobriedad y austeridad poco se puede conseguir.

La vida firme y perseverante exige un equilibrio. Un equilibrio que no se puede sostener en la comodidad y placeres de este mundo. Porque nos acomodan, nos instalan y nos alejan de la caridad y el sacrificio. Un sacrificio que se hace presente en los que lo pasan mal y carecen de medios. No podemos olvidarnos de los excluidos y marginados. Porque Jesús nace por y para ellos. Jesús nace y se hace Hombre para redimir y salvar a los que lo necesitan. Y son los pobres los que lo piden a grito.

Juan testimonia humildad y renuncia, y nos llama a la penitencia y a la conversión. Juan nos invita a ser humildes y a no gloriarnos de nuestro trabajo. Hacemos lo que debemos hacer y todo es y será para Gloria del Señor. Él, el que ha de venir, del que yo no soy digno de desatarle el cordón de sus sandalias, diría Juan el Bautista.

Pidamos esa Gracia, para que seamos fuertes y firmes en la voluntad de, siendo humildes, ser instrumentos guiados por el Espíritu Santo, para dar testimonio con nuestra palabra y nuestra vida del Mensaje del Señor. Amén.

viernes, 16 de diciembre de 2016

AHORA, TIEMPO DE CREER

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

El tiempo camina, quizás sin prisas, pero también sin pausa. Nunca se vuelve atrás, ni se para a pensar. Siempre está en movimiento y cada instante pasa y no vuelve. Por lo tanto, lo que piensas ahora ya no vuelve y, sin embargo, queda registrado en la historia de tu vida. Por eso, conviene pensar bien y dejar la huella de tu pensamiento con tus buenas obras.

Juan fue la luz para aquellos que se correspondieron con su tiempo. Nosotros ahora no lo tenemos, pero está la Iglesia, la voz que clama en nuestro mundo, en nuestro pueblo, en nuestra ciudad... Quizás sea aquel sacerdote o aquella persona. De ahí la importancia de dar buen testimonio. Y eso nos llama a la conversión. Una conversión constante en y por la Gracia de Dios. 

Una conversión constante que nos da la Vida de la Gracia por los sacramentos y nos fortalece por la acción del Espíritu Santo. Es tiempo de creer en el Señor. El Señor Jesús que se hace presente en su Iglesia y nos fortalece con sus Obras y Palabras. Y nos revela el Rostro y el Amor del Padre. Nuestro Padre Dios que se complace en su Hijo Predilecto y da testimonio de Él.

Pidamos al Espíritu de Dios que nuestra mente y nuestro corazón se abran a su acción y veamos, cada día, más claro, más convencidos y más fortalecidos. Que nuestra fe sea una fe más coherente, más firme y más sólida, apoyada en su Palabra. Pidamos esa Gracia para que nuestros ojos vean y se abran a la Verdad. Amén.

viernes, 24 de junio de 2016

DIRIGE MI CAMINO, SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Posiblemente nos cueste creer que como Juan Bautista nosotros tenemos también un camino trazado del que dar cuenta ante el Señor. Posiblemente no hayamos pensado en eso, y, menos aún, tomar conciencia de nuestra verdadera misión. Pero está ahí, dentro de nosotros, y consagrada desde el día de nuestro Bautismo.

Otra cosa, que por la libertad que se nos ha dado, no hagamos caso y que sigamos el camino de nuestras propias ideas y proyectos que del que tenga Dios sobre nosotros. Nadie se ha quedado sin talentos. Todos los hemos recibidos, y los que, aparentemente no parecen tener, quizás sea el servir a otros de oportunidad para aplicar y utilizar los suyos. Todos servimos para algo, y es que de eso se trata, de servir para el servicio de los demás. Y ahí se recoge y se encuentran la necesidad de los más desfavorecidos y desposeídos de todo.

La experiencia nos descubre que son los niños, los seres más indefensos y desprovisto de todo, los que son el centro de amor de toda la familia. Son los que nada pueden dar, y los que reciben todo. Son el objeto de la expresión más grande de amor que el hombre y la mujer puedan dar. Son la imagen más perfecta en la tierra, humanamente hablando, del amor de Dios. ¡Cuánto nos quiere Dios!

Ahora, tú decides. Tú, donde quieras que estés y las circunstancias que vivas, tienes el sello de Dios en tu corazón y ese corazón, si está vivo, debe latir hasta que se oiga afuera, en el mundo por donde lates. De lo contrario puede ser un corazón mediocre y casi muerto. La vida es para vivirla, pero vivirla en plentitud. Y la plenitud es alcanzar el gozo eterno.

Y eso no se compra en este mundo, sino, a través de él, se alcanza, por la Gracia de Dios, viviendo injertado en Él y dando, como Juan Bautista, testimonio de su Palabra, con nuestra humilde palabra y vida. Pidamos esa Gracia, para que nuestras vidas sean ejemplos de esfuerzo en ese camino de esperanza, de testimonio y de verdad. Amén.

viernes, 5 de febrero de 2016

VIVIR EN LA VERDAD

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Los peligros que se nos presentan en la vida son dispares y diversos. La imprudencia y la temeridad pueden conducirnos al peligro, pero también al cumplimiento de la verdad y la justicia. Juan el Bautista no tenía pelos en la lengua, y proclamaba la verdad. La Verdad según la Voluntad de Dios. Y por eso fue decapitado por Herodes, ante el ruego de la mujer de su hermano Filipo, con la cual él se había casado.

Es posible que eso suceda cuando se proclama la verdad, pero también ocurre que nuestro corazón no nos permita callarnos ante la injusticia y la mentira. La semilla de la verdad ha sido implantada dentro de nuestros corazones para ser proclamada, y si no se hace, nuestro corazón no queda tranquilo. Es entonces cuando se endurece y se vuelve piedra y perverso. Y cuando se hace el mal.

Necesitamos la fuerza del Espíritu de Dios para no dejar endurecer nuestros corazones por el pecado y el vicio de la mentira y el egoísmo. Y, para ello, necesitamos pedírselo sin desfallecer, y permanecer a su lado, confiado y esperanzado. Necesitamos hacer penitencia y alimentarnos en la Eucaristía para fortalecernos y no desfallecer. El camino es duro, temeroso y lleno de peligros. La oración es el arma que nos conforta y nos da valor.

Confiamos en la Fuerza del Espíritu de Dios, y como Juan Bautista, encontrar el valor y la fuerza para defender la verdad y proclamar la Voluntad de Dios. Amén.

jueves, 7 de enero de 2016

GRACIAS, SEÑOR, POR EL BAUTISMO



El Bautismo es la puerta, Señor, por la que entras en mi. Posiblemente, Tú, ya estás desde el principio, porque de Ti vengo, pero has querido pedirme permiso para morar dentro de mi corazón, y el Bautismo, que mis padres me han regalado, por tu Gracia, es el instante en que Tú reinas en mi corazón.

Sin darme cuenta he crecido junto a Ti. Le doy gracias a mis padres porque, al menos, ellos han permitido acercarme a Ti, y ahora que soy mayor quiero, Señor, reafirmar mi fe en Ti, darte permiso y pedirte que la aumentes y enciendas en mi corazón. 

No es fácil seguirte, y menos en este mundo mío, donde prima el bienestar, el éxito, la juventud, la riqueza, la belleza y el buen tipo. Todo el camino de nuestras vidas redunda en esa dirección, que no lleva a ningún sitio, sino al vacío y sin sentido. Todo termina en muerte. Y yo, Señor, quiero salir de ese mundo que no habla en verdad ni en justicia, sino que miente y engaña. Sus promesas son falsas y no se cumplen.

Sin embargo, todo en Ti, Señor, tiene cumplimiento. Y hoy, una vez más se cumple la profesía: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz». 

Tú, mi Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y quiero pedirte que esa Luz nazca en mí también. Dame, Señor, la sabiduría y la capacidad de discernir el bien del mal, y alumbra mi vida para que se dirija por el camino que Tú nos marcas y señalas. Dame, Señor, la Gracia de responder a mis compromisos sacerdotal, profético y de rey que he recibido en el Bautismo, y vivir coherentemente con ellos en mi vida.

Quiero seguirte Señor, no sólo, pues soy humano, por todo lo que Tú me das: la vida, la felicidad y la eternidad, sino porque Tú eres la razón de mi verdad y existencia. Y necesito tu Luz para poder comprenderlo y experimentarlo. Gracias Señor. Amén.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

LO QUE NOS ENSEÑA JUAN BAUTISTA



Juan es un libro abierto, que nos va dejando numerosas enseñanzas en su camino de preparar el camino, valga la redundancia, del Señor. Nos enseña la humildad. Él mismos se quita del medio cuando llega la hora de Jesús, de quién él anunciaba y preparaba el camino.

No se vanagloria de nada. Se sabe instrumento del Señor para anunciar y preparar su venida, y cumplida esa misión, hace mutis sin escándalos ni ruidos. Silenciosamente acepta su situación sabiendo que ha llegado el que tenía que llegar.

Juan Bautista no enseña también a cumplir con nuestra misión, sin esperar recompensa ninguna, ni halagos que nos puedan seducir. Cuando hacemos lo que debemos, hemos cumplido con lo que debíamos y nada merecemos. Todo nos ha sido regalado, hasta la salvación. Así que más premios podemos esperar, sino el permanecer al lado del Señor. La Transfiguración nos explica y nos descubres esta verdad. En la presencia del Señor todas nuestras ansías y esperanzas plenas están colmadas.

Pidamos al Señor la Gracia de ser humildes y de cumplir con nuestra misión de hijos de Dios. No para sentirnos superiores ni vanagloriarnos, sino para, humildemente, esforzarnos en cumplir su Palabra y vivir en su Verdad. No olvidemos nuestra pobreza y nuestra naturaleza caída. Somos pobres y limitados, y sin a Gracia del Señor nada conseguiremos. Sin Él seremos siempre esclavos de nosotros mismos. En Él podemos liberarnos.

Navidad significa eso, la esperanza de sentirnos liberados por el Amor y la Misericordia del Padre que se hace Hombre para, tomando nuestra naturaleza humana, menos en el pecado, acercarse a nosotros para darnos la alegre y esperanzada noticia de ser salvados. Amén.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

HAS, SEÑOR, QUE MIS OJOS TE VEAN



Abre mis ojos, Señor, para que pueda verte como mi Señor y Creador. Padre Eterno que me das la vida y me perpetúas eternamente en plenitud de felicidad y gozo por tu Amor Misericordioso, que jamas podré entender hasta que Tú, Señor y Padre mío, me permitas comprender.

Por eso, Padre, sintiéndome pobre, pequeño y humilde ante tu grandeza y poder, y confundido por la Inmensidad de tu Amor y Misericordia, postrado a tus pies, te suplico que me des la fuerza de perseverar en la fe y seguirte con firmeza y voluntad.

Sé que no es fácil, y que habrá que vencer muchos contratiempos y dificultades. Nuestro cuerpo es una cárcel que nos somete y esclaviza, y la lucha es constante. Nuestra humanidad nos tienta a cada momento, y cada instante de nuestra vida es una lucha constante. Sin Ti, Señor, estamos perdidos y a merced del poder del demonio. Necesitamos tu Gracia para salir victorioso de esta constante lucha.

Ilumina nuestro corazón para que podamos verte, Señor, y seguir tus pasos. Juan Bautista nos señaló tu presencia, y nos mandó a preguntarte si Tú eres el que habías de venir. Y con tu venida el Reino de Dios se ha establecido entre nosotros. Porque contigo, Señor, la vida florece y recobra su sentido. Todo vuelve a nacer y a ser nuevo.

Transforma nuestro corazón viejo, sometido y esclavizado al pecado, en un corazón nuevo, lleno de vida y de esperanza de una vida en plenitud y eterna. Una vida donde florece el amor y la verdad, y donde la paz reina entre los hombres. Esperamos, Señor, que llegue ese momento donde Tú establecerás definitivamente tu Reino. Y, hasta entonces, danos la Gracia de saber esperarte. Amén.

jueves, 10 de diciembre de 2015

VACIADOS PARA LLENARNOS DE TI, SEÑOR



Para entrar hay que primero salir. Es ley natural. No se puede llenar una cosa llena sin antes vaciarla. Nuestro primer vaciado empieza con el Bautismo. En él nos limpiamos de todo aquello, que si aun no nos ha contaminado, si somos pequeños, si estamos heridos y tocados para caer en manos del mal en cuanto vayamos tomando conciencia de nuestra realidad.

Nuestra naturaleza nace herida, y tocados por el pecado original, estamos esclavizados a las fuerzas del mal. Necesitamos una urgente y frecuente limpieza para convertir nuestro corazón herido e impuro, en un corazón puro y limpio. Y empezamos con el Bautismo. El Bautismo nos hace hijos oficiales de Dios, y nos viste de la Gracia del Espíritu Santo, con el que podemos salir victoriosos en nuestra lucha de cada día contra el príncipe del mundo.

A eso nos llamaba Juan Bautista en su predicación en el desierto. Tendremos que hacer desierto en nuestra vida interior para, preparados, luchar con garantías contra las tentaciones del pecado. Y eso nos exige un corazón contrito, arrepentido y lleno de Gracia. Porque sin la fuerza del Espíritu nada podemos hacer. Necesitamos, pues, vaciarnos primero, para luego, limpio de toda inmundicia, abrirnos a la Gracia de Espíritu Santo.

Por eso, Señor, te pedimos esas fuerzas necesarias para poder vencer las tentaciones y comodidades que este mundo nos propone alejándonos de Ti. Aléjanos de la tentación de creer que solo con nuestras fuerzas podemos, y de creernos que estamos lo suficientemente preparados y protegidos para no caer. Danos siempre la prudencia de vigilar y desconfiar de nosotros mismos respecto a que nos creamos suficientes.

Y danos la sabiduría de vaciarnos de todas aquellas cosas superfluas y caducas que el mundo nos propone y nos seduce, para que revestido sólo de tu Gracia, Señor, perseveremos en Ti hasta que decidas volver. Amén.

miércoles, 24 de junio de 2015

PREOCUPADOS POR LA EVANGELIZACIÓN



Hay una frase de san Pablo que dice: ¡Ay de mí si no evangelizara! Porque eso significaría que tampoco has vivido según la Palabra de Dios. Se supone que si vives en Cristo, evangelizas, y si no lo haces es porque te has dedicado a vivir en ti mismo. 

El creyente comprometido se preocupa de responder a su compromiso de Bautismo y se cuestiona si con su vida y palabra proclama ese compromiso. Hoy, el testimonio de Juan el Bautista nos compromete y nos apremia a hacer nosotros lo mismo. Cada cual en la medida de sus posibilidades y según sus circunstancias y la misión que el Espíritu le asigna. Porque todos tenemos una misión que cumplir, ya sea en la familia, en el trabajo, en la misión apostólica, como religioso, seglar, casado, soltero, sacerdote...etc.

Lo verdaderamente importante es que nos descubramos como hijos de Dios y hermanos de los hombres y nos esforcemos en vivir desde y en la verdad según la Palabra de Dios. Todos estamos de acuerdo que si los pueblos tomaran como constitución los diez Mandamientos de la Ley de Dios y los cumplieran, la vida sería diferente y los problemas desaparecerían.

Pidamos eso, que los pueblos descubran que la mejor propuesta es la que nos propone el Señor, la Ley de Dios, que es muy sencilla de comprender, de explicar y de proclamar: "Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Jesús, nuestro Señor, nos ha enseñado a amar con su ejemplo y vida".