Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 24 de junio de 2021

¿ESTOY TAMBIÉN YO LLAMADO A SER PRECURSOR?

 

Desde la hora de tu bautismo, el Espíritu Santo ha descendido sobre ti para que, asistido y auxiliado por Él, te constituyas en signo, palabra, vida y anuncio de la Gloria de Dios y del anuncio de su venida a este mundo para, con su Pasión y muerte en la Cruz, dando la vida por todos nosotros, rescatarnos de la esclavitud del pecado y ganar - gratuitamente - para nosotros la Vida Eterna.

No hay mayor gloria, aunque, su recorrido y vivencia cuesta dolor y sangre, pero - y lo sabemos - el resultado final es la Resurrección y gloria en gozo y plenitud eterno. Realmente, cuesta dolor y sangre, pero vale la pena, porque es lo que todos buscamos desesperadamente. Y ese recorrido se convierte en nuestro anhelado desierto. Para Juan fue uno especial de acuerdo con su tiempo y su momento. Para nosotros, será donde Dios nos haya colocado, llámese parroquia, familia, trabajo, ambiente social, misiones, pueblo rural, ciudad urbana, o cualquier otro sitio que haga presente la cruz de tu vida.

Posiblemente haya muchas clases de desiertos y, la pregunta será descubrir cuál es el tuyo propio. Corresponderá a cada uno descubrirlo. Cada cual es precursor de su tiempo y de su situación. Lo verdaderamente importante es ser precursor del anuncio de la venida de Jesús, el Hijo de Dios. Y es que el mundo urbano, donde posiblemente tu vida tenga su camino y desarrollo, también necesita de precursores que anuncien que Jesús, el Hijo de Dios, ha venido a este mundo a anunciarnos y descubrirnos el Amor de su Padre y la salvación Eterna.

Pidamos con verdaderos deseos anunciar y preparar el camino a muchas personas desorientadas que no conocen a Jesús y que, incluso bautizadas, no dejan que el Espíritu Santo les dirija y asista en el conocimiento del Señor. Amén.

miércoles, 8 de abril de 2020

HAZME CAMINAR HACIA TI


Vangelo Secondo Matteo (Mt 26, 14-25) - Oratorio Don Bosco di ...

Dios, a veces me siento como en el desierto
dónde la vida es difícil,
donde domina la duda,
donde reina la oscuridad, 
donde faltas Tú.
El desierto es un paso para quien te ha elegido,
un paso para quien te ama,
un paso necesario en la vida,
un paso que pone a prueba,
Dios, tú me envías la prueba,
pero también la fuerza para superarla;
Tú me das el desierto,
pero también la fuerza para seguir.
Tengo miedo del desierto, Señor,
tengo miedo de fallar,
tengo miedo de traicionarte.
Es fácil sentirse en la alegría,
es sencillo descubrirte en la naturaleza,
pero es difícil amarte en el desierto.
Dios, en la noche del dolor,
en la oscuridad de la duda,
en el desierto de la vida,
no me hagas dudar de Ti.
No te pido que me liberes del desierto,
sino que me ayudes a caminar contigo
no te ruego que me evites el desierto
sino que me hagas caminar hacia Ti.

domingo, 1 de marzo de 2020

DINERO - PODER - PRESTIGIO

Resultado de imagen de Mt 4,1-11
Quieras o no tu vida es un desierto. Un desierto en el que luchas cada día por encontrar agua. Esa agua en la que tú piensas que está esa felicidad que buscas. Porque, desierto es camino de búsqueda de ese oasis que te dé felicidad, seguridad y gozo pleno. Por eso, caminas y caminas cada día y te levantas y empiezas una nueva jornada que significa lucha y lucha.

Buscas el agua que te dé dinero; el agua que te dé poder y el agua que te dé prestigio. El agua que es signo de vida, de riqueza, de poder y prestigio. Pensamos que es en esa riqueza, poder y prestigio está nuestra felicidad. Ese es nuestro desierto de cada día en el que sufrimos las tentaciones que nos seducen y con las que establecemos una lucha a muerte por resistirnos a entregarnos para perseverar en el seguimiento a Jesús y a su Palabra. Él nos enseña el camino en su vivencia y retiro al desierto.

Y todo eso sucederá en los cuarenta días  con sus respectivas noches que dure nuestra vida., porque eso es lo que significan los cuarentas días y noches, todo nuestro tiempo de lucha para convertirnos y perseverar en el seguimiento y cumplimiento de los mandatos del Señor. Las tentaciones del desierto que padeció y sufrió Jesús son también las nuestras. Todos buscamos y padecemos la tentación del pan material. Nos importanOra mucho los bienes materiales y nos desviamos del camino del desierto interesados en acumular bienes y poseerlos. Y Jesús nos dice: «Está escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’». 
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Pero, también somos tentados por la ambición del poder. Queremos ser poderosos, mandar e imponer nuestros criterios y formas de pensar. Queremos ser los dueños de todo lo que nos rodea y mandar a nuestro capricho y antojo. Queremos el mundo y la respuesta de Jesús es: «Apártate, Satanás, porque está escrito: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a Él darás culto’».

¡Y cuánto nos importa el prestigio! Queremos lucirnos y que todos se enteren de lo que valemos, de que somos el mejor, el perfecto, el elegido, el bueno de la parroquia. Somos también tentados a que vean lo bueno que somos: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: ‘A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna’». Jesús le dijo: «También está escrito: ‘No tentarás al Señor tu Dios’».

Pidamos ser humildes y mansos, y, sobre todo, fiarnos del Señor y se fiel y obediente a su Palabra. Pidamos que cada día, como Él en el desierto, nosotros también podamos salir airosos por obra del Espíritu Santo, de nuestra lucha contra el demonio. Amén.

domingo, 5 de marzo de 2017

EL PODER DEL TENTADOR

Estamos atrapados si no nos preparamos. Nuestro corazón está herido, y el infarto amenaza a cada instante si no sabemos cuidarnos. Las ofertas para rompernos el corazón son varias. Fundamentalmente tres, que luego se desglosan en múltiples. Pero esas tres, conocidas, podemos trabajar para rechazarlas siempre y cuando vayamos protegido y unidos a la Gracia de Dios. En Él seremos invencible.

Pero hay que tener cuidado, pues el Maligno sabe lo que hace y tiene mucho poder para vencernos. Es mucho más inteligente que nosotros y sabe seducirnos. Sin embargo, con Jesús no pudo ni puede. Luchó con Él en el desierto y sucumbió a la fortaleza y poder de Jesús. Claro, no perdamos de vista que fue conducido al desierto por el Espíritu Santo y le acompaño todo el tiempo.

También nosotros podemos hacerlo acompañados por el Espíritu de Dios. Caminando con el Señor iremos bien seguros, hasta el extremo de gritar que Cristo y yo mayoría aplastante. Eso es lo que hoy queremos pedirte, Señor. Caminar por el desierto de nuestra vida unido a Ti. Sí, sabemos que para eso necesitamos estar contigo, pero también poner en juego todo nuestro esfuerzo y voluntad, que de Ti hemos recibido para la lucha. No podemos dormirnos ni despistarnos. Tenemos unos talentos que hay que poner en juego. Lo demás, a donde nosotros no podamos llegar, dependerá de la fuerza del Espíritu Santo, que nos auxilia y nos asiste.

Te pedimos, Señor, fuerza y  voluntad para no desfallecer y atravesar el desierto de nuestra vida apoyado y sostenido en tu amor. Saber rechazar las ofertas que el mundo nos propone; la ambición de poder que nuestros deseos y apetencias nos despiertan y, sobre todo, el culto a nuestras pasiones corporales que nos engañan y seducen con sus gozos y placeres caducos. Todo eso que, presentado como un oasis de felicidad, es puro espejismo que pronto se desvanece y se evapora.

Danos, Señor, la sabiduría de sabernos mantener fuertes y firmes, resistiendo los embates del camino de nuestro propio desierto, y, la valentía de, apoyados en la oración, la confianza en Ti, la Gracia divina y la fortaleza de Ti recibida, soportar y recorrer el desierto de nuestra vida hasta llegar a Ti. Amén.

domingo, 11 de diciembre de 2016

SÁCAME, SEÑOR, DE ESTE DESIERTO MUNDANO

El mundo nos somete y se nos hace difícil escapar de sus garras. Sus ofertas y tentaciones nos pueden y nos someten. Y todas sus trampas son una amenaza constante que tenemos, cada día, que sortear y que nos ponen a prueba. Y, como un río, sus olas nos atrapan y empujan. Vamos contra corriente y nuestra resistencia se ve imposibilitada de resistir, valga la redundancia.

Nuestra esperanza está en Ti, Señor. Sácanos de este desierto de nuestra vida. Abre nuestros oídos tapados por los ruidos y tentaciones de este mundo. Dale luz a nuestro ojos para que vean la verdadera luz de tu Gracia y Verdad que, tapada por las olas de este mundo, nos impiden verte. Fortalece, Señor, nuestra voluntad y danos la firmeza de ser fieles a tu Palabra a pesar de las dificultades y la oposición de muchos hombres.

Danos la fortaleza de Juan el Bautista y la firme voluntad de seguirte y salvar esas oleadas de entusiasmos falsos y caducos que los hombres de este mundo nos presentan. Haznos saber contemplarte en el dolor y sufrimiento, y también en la austeridad y abnegación. Enséñanos a aprender de tu Madre. Ella que supo ver en el dolor, en la pobreza y en la miseria la Gracia de tu Verdad. La manifestación de tu Gloria, el Hijo de Dios Vivo.

Ella que supo darse cuenta y descubrir el Reino de Dios en ese Niño que le fue confiado y encarnado en su propio vientre. Ella, Fuente de Gracia y de Humildad. Que sepamos, como María, bendita entre todas las mujeres, a vencer la ingente arena y las gigantes olas que los hombres de este mundo nos ponen en nuestro camino para advertir que la hierba crece, que el desierto florece y que la Vida vuelve a nacer nueva porque, Tú, Señor, naces y vives entre nosotros. Amén.

domingo, 14 de febrero de 2016

CERREMOS LAS PUERTAS DE LA TENTACIÓN Y PONGÁMONOS EN MANOS DEL ESPÍRITU



El desierto está siempre presente en nuestra vida. La tentación acecha en cada momento, y se mantenemos las puertas abiertas de nuestros corazones, el peligro puede entrar a través de las tentaciones que el demonio nos ofrece. Mundo, demonio y carne son los peligros de nuestro particular desierto que en el devenir de nuestra vida tendremos que atravesar, sufrir y con el que luchar.

Es bueno y necesario mantener una constante guardia, no sólo en estos momentos del camino cuaresmal, sino durante todo el año. Quizás, el ejercitarnos con mayor cuidado ahora, nos ayude a estar preparado luego, en los momentos más distraídos y relajados, cuando y donde el demonio aprovecha para tentarnos.

Jesús, en el Evangelio de hoy, nos previene y nos enseña cómo podemos hacernos fuertes ante los peligros de las tentaciones. No vayamos solos al peligro, sino injertados y auxiliados por el Espíritu Santo, tal y como lo hizo Él. Mantengámonos en perseverantes oración, ayuno y desprendimiento, para que nuestro espíritu no quede debilitado por las comodidades y placeres egoístas que nos ofrece el mundo.


Cierra la puerta

""Cierra la puerta y reza a tu Padre que está en lo secreto".
Este consejo de Jesús, dado a los que rezan y ayunan con ostentación,
ya no es actual. Pero entonces, ¿que puertas debemos cerrar durante
esta Cuaresma? ¿Ocupaciones que nos dejan sin tiempo?
¿Obsesiones, preocupaciones y emociones turbias?
A cada cual su respuesta para que Dios pueda manifestarse.

Jesús, nuestro Señor, en este inicio de Cuaresma, te encomiendo
mi resolución de cerrar la puerta que me impide estar a la escucha
atenta de tu Palabra. Te encomiendo mi deseo de dejar, día
tras día, que te encarnes en mí. Contigo, con confianza, 
retomo esta oración que Tú nos ensenaste:

Padre nuestro que estás en el cielo...


del miércoles de ceniza, 10 de febrero de 2016
Parroquia de San Ginés de Arrecife - Lanzarote.



La vida, tarde o temprano nos pone a prueba. Porque es en la prueba donde podemos manifestar nuestra firme voluntad de creer en Jesús y renunciar a todo aquello que nos propone para rechazarlo. La renuncia constituye nuestro propio desierto, y casi todos los días renunciamos a dejarnos conducir por el mundo y seguir, abandonados en los brazos del Espíritu, los pasos de Jesús. Y eso exige desierto, que combatimos con oración, ayuno y desprendimiento.


Guiados por el Espíritu

"Él fue guiado por el Espíritu en el desierto". Por aquel entonces,
según decían, el desierto era el lugar donde se desencadenaban las fuerzas
de las tinieblas. El demonio espera que Jesús tenga hambre para
aparecérsele. Jesús, que no está encarnado "en broma"
también va a sufrir la tentación.
Por el contrario, si nos dejamos guiar por el Espíritu, el desierto se
convierte en un espacio de purificación y permite el encuentro
con Dios.

Espíritu Santo,
guíame en el desierto de la Cuaresma para que crezca dentro de mí
 la gracia de no ejercer mis ansias de poder y para que, tras Jesús,
sienta ganas de cumplir la voluntad del Padre y no la mía.

Del primer domingo de Cuaresma, 14 de febrero de 2016
Parroquia de San Ginés de Arrecife - Lanzarote

martes, 20 de mayo de 2014

NO HAY OTRO CAMINO SINO LA CRUZ



Es necesario pasar por el propio desierto de nuestra vida. En esa travesía seremos tentados y, al estilo y como Jesús, podemos vencer. Primero y fundamental porque Jesús venció, y segundo, aunque Jesús se haya ido, se quedará con nosotros el enviado por el Padre, el Espíritu Santo, en nombre de Jesús.

En nuestro camino sufriremos las embestidas del Príncipe del mundo, el Maligno, y nuestro camino será una lucha continua. No habrá descanso hasta llegar a la Casa del Padre, pero nunca estaremos solos, porque se queda para acompañarnos el Espíritu Santo, que nos fortalece y nos da todo lo necesario para mantenernos firmes en nuestra fe y confianza a nuestro Señor Jesús.

Por eso, hoy conscientes de que la guerra es dura y difícil, y que cada día libramos una batalla campal, te pedimos Señor que nos llenes de tu Gracia y tu Sabiduría para saber enfrentarnos a Satanás y responderle como Tú lo hiciste en el desierto. Danos la paciencia, la constancia y la tenacidad de saber soportar y encajar las embestidas del demonio que nos acosa y trata de engañarnos.

Y, sobre todo, de mantenernos injertados y junto a Ti, en la oración de cada día, junto a tu Madre que nos acompaña y nos protege, y con la Penitencia y Eucaristía que nos dan la luz y la fuerza de perseverar ante las tempestades y peligros que el Maligno nos tiende.

Señor, que mi corazón se inunde de paz y de sabiduría para que mi boca proclame que no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.