Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 2 de junio de 2018

UN DIOS INCONMENSURABLE Y TRINO

Resultado de imagen de Mc 11,27-33
Después de mucho tiempo y camino descubro, Señor, que eres tan inmenso que nunca podré entenderte. Mi asombro y descubrimiento es el haberme dado cuenta de que por eso eres realmente mi Dios. Un Dios único, inaccesible, insondable, misterio, inefable, inalcanzable e incomprensible. Eres eterna plenitud de gozo y alegría, y es que no podías, ni tampoco imaginarme, que fueras de otra forma.

¿Cómo puede valerme un Dios limitado, al que, mi también limitada y pobre persona, puede alcanzar y llegar a comprender? No sería un Dios grande, ni poderoso, ni tampoco absoluto. Sería un dios reconocible y hasta razonable que supone la existencia de otros dioses. Tú, Señor eres único y omnipotente. Un Dios creador y dueño de todo lo visible e invisible. 

Un Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un Dios amor que crea al hombre, tu criatura, a tu imagen y semejanza, y que, habiendo pecado contra Ti, te abajas, te encarnas en naturaleza humana y, haciéndote Hombre como tu criatura, entregas tu Vida para darle al hombre la oportunidad de que pueda compartir la suya contigo. Un Dios todo amor y misericordia.

Dios mío, no hay un acto de amor más grande que el que Tú, mi Dios, haces por el hombre. Entregas a tu Hijo para, por sus méritos, perdonar mis pecados. No se puede expresar más amor ni dar más. También, yo, Señor quiero darme en amor y, para ello, necesito de Ti. Soy pobre y limitado, sin embargo, esa pobreza me salva y me llena de dicha, porque, precisamente, Tú lo has dicho, "vienes a salvar a los pobres". 

Sí, Padre, quiero ser pobre como tu Hijo Jesús, que no tenía donde reclinar su cabeza, y abandonarme en él para permitirle al Espíritu Santo que me asista, que me auxilie, que me transforme, me guíe y me conduzca al Padre. Gracias, Señor, en tus Manos me abandono. Amén.

domingo, 27 de mayo de 2018

LAUDES DEL DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

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Himno


El Dios uno y trino,
misterio de amor,
habita en los cielos
y en mi corazón.

Dios escondido en el misterio,
como la luz que apaga estrellas;
Dios que te ocultas a los sabios,
y a los pequeños te revelas.

No es soledad, es compañía.
es un hogar tu vida eterna,
es el amor que se desborda
de un mar inmenso sin riberas.

Padre de todos, siempre joven,
al Hijo amado eterno que engendras,
y el Santo Espíritu procede
como el Amor que a los dos sella.

Padre, en tu gracia y tu ternura,
la paz, el gozo y la belleza,
danos ser hijos en el Hijo
y hermanos todos en tu Iglesia.

Al Padre, al Hijo y al Espíritu,
acorde melodía eterna,
honor y gloria por los siglos
canten los cielos y la tierra.

domingo, 22 de mayo de 2016

GRACIAS, PADRE, POR REVELARTE EN TU HIJO Y DARNOS EL ESPÍRITU QUE NOS ILUMINE



No sabemos la grandeza de nuestro Dios. Y es que sería absurdo conocerla, porque Dios es inalcanzable para nuestra pobre y pequeña razón. Y no sería Dios, un Dios pequeño, al que nosotros pudiéramos llegar con nuestra razón. ¿Pues si no sabemos ni quienes somos, cuanto más saber y conocer al Creador de todo lo visible e invisible?

Gracias, Padre, por revelarnos tu grandeza y tu Rostro en tu Hijo Jesús. Porque por Él, en Él y con Él te descubrimos, te conocemos y sabemos quién eres, como actúas y cuanto nos quieres. ¡Cuánto amor en esa hermosa parábola del hijo pródigo, o mejor, del Padre amoroso que eres Tú, mi Señor! 

¡Cuánta Misericordia con el hermano mayor, con la adultera, con Pedro y con cada uno de nosotros! Estamos vivos y con esperanza por la locura de tu Misericordia, y por ella te haces Hombre, semejante a nosotros, como nos habías pensado, y nos descubres en tu Hijo tu Rostro. Si, Padre, podemos decir que te conocemos en y por tu Hijo, y que también sabemos el Camino, la Verdad y la Vida que Tú, en Él, nos has enseñado.

Y nos sentimos confiados, alegres y esperanzados en superar ese Camino hacia Ti, como el pródigo, porque nos experimentamos acompañados, fortalecidos, acogidos, iluminados, aconsejados, compasivos, instruidos y temerosos de perder esa dicha que Tú nos regala y que nos brinda protección y auxilio en el Espíritu Santo que nos envía.

No podemos sino dejar escapar de nuestra humilde boca ese grito de agradecimiento, esperanza y alegría que nos invade y nos llena de paz y amor. Gracias, Señor, gracias. Amén.

domingo, 31 de mayo de 2015

TAMPOCO NOSOTROS NOS ESCAPAMOS DE LAS DUDAS



Hemos oído en el Evangelio que algunos tuvieron dudas. ¿Nos las tenemos nosotros? Creo que no nos escapamos de dudar. La duda es una limitación de nuestro pecado original. Por eso necesitamos la fe. Sólo cuando estemos delante del Jesús Resucitado y glorificado se acabaran nuestras dudas.

Sin embargo no comprendemos como algunos de los discípulos dudaron. Habían estado con Él tres años, y le habían escuchado y hacer milagros. Habían convivido con Él y le conocían. ¿Cómo es posible que se plantee la duda? Se hace difícil comprenderlo, pero la realidad es que algunos dudaron.

Quizás, nosotros que no estábamos allí, eso nos haga pensar que tendremos más razones para dudar. Sin embargo la fe es la misma, porque tenemos la Palabra de Jesús a través de los que estuvieron con Él. Sabemos de sus obras y de su Vida y Palabra. Y, sobre todo, de su promesa de permanecer y estar con nosotros siempre, hasta el fin del mundo. Es decir, que está con nosotros ahora y siempre, y lo podemos visitar y tocar en la Eucaristía haciéndolo nuestro alimento espiritual.

No hay ninguna diferencia, porque es su Palabra y la palabra de sus discípulos. No tenemos por qué dudar. Se hace necesaria la fe. Y es esa la fe la que pedimos intensamente hoy. Una fe que nos ayude a confiar y abandonarnos en el Espíritu del Dios que permanece y está con nosotros. Una fe de niño confiado y obediente que sabe que está en buenas manos y que se fía de su Padre.

Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, iluminen mi vida y denme la sabiduría necesaria para, viviendo según su Palabra sepa y pueda dar testimonio a los que no les conocen. Amén.