Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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miércoles, 5 de mayo de 2021

LA PODA EXIGE DOLOR Y SUFRIMIENTO

 

Sabida es la frase: "Renovarse o morir". Todos consideramos conveniente renovarnos, porque, el no hacerlo amenaza con quedarnos obsoletos, anticuados y fuera o excluido de la inercia y avance de nuestra propia vida. Diríamos que es obligado renovarse e ir cambiando todo aquello que, en nuestra vida,  se oxida, es innecesario y dificulta el avance y perfección.

Porque la perfección exige tiempo, y el tiempo exige renovación. El ejemplo lo tenemos en el águila y su renovación. Llegada su hora se plantea el seguir o morir. También nosotros tenemos esos momentos en los que debemos plantearnos nuestra propia poda. Necesitamos renovarnos y podar todo aquello que, con el paso de los años, empieza a acomodar nuestra vida, a instalarnos y a quedarnos ya establecidos resignándonos a seguir dando frutos. 

La fábula del águila puede ayudarnos a aclarar nuestro camino ascendente y morir a ese hombre viejo que siempre está acechándonos para envejecer nuestro espíritu, que sí, sabemos que nuestro cuerpo muere con el tiempo, pero nuestro espíritu siempre es joven y renovador. Se hace necesario podar nuestras murmuraciones, envidias, odios y toda clase de plumas malas intencionadas que adornan nuestra vida y que nos impiden avanzar y crecer perfeccionando nuestro amar y compartir.

Pero, a diferencia del águila que lo hace llevado por su instinto de supervivencia, tú y yo, solos no podemos. Necesitamos, quizás apartarnos, pero nunca solos. Necesitamos permanecer en el Señor. Él es la Vid y nosotros los sarmientos que, despegados de la vid, se secan y mueren. Necesitamos estar abiertos a la acción del Espíritu Santo, dejarnos asistir y auxiliar renovándonos por su Gracia. 

Porque, Señor, nosotros no sabemos que nos conviene podar y sí lo sabe el Espíritu Santo. Ven Espíritu Santo, entra en nuestros corazones y llénanos de tu Gracia para que sepamos depurar todo aquello que no contamina y nos impide avanzar hacia la Casa del Padre para llevarle esos frutos de amor que espera de cada uno de nosotros. Amén.

sábado, 16 de junio de 2018

PALABRA Y VIDA

Resultado de imagen de Mt 5,33-37
En muchos momentos y circunstancias de nuestras vidas experimentamos que nuestras palabras hablan en verdad y justicia, pero nuestras obras no dicen lo mismo. La palabra promete, pero no ejecuta y queda vacía y sin contenido. Esa incoherencia nos sitúa en la mediocridad y empobrece nuestra vida, porque la llena de medias verdades y de injusticia. Contamina el ambiente y lo enturbia en lugar de purificarlo. El mundo necesita aire fresco y puro que lo oxigene y le dé renovada vida. Y eso es lo que hoy queremos pedirte, Señor, desde este humilde rincón de oración. 

Espíritu Santo, purificanos y oxigena nuestro corazón de ese aire lleno de verdad y de palabra que no sólo permanezca en nuestros labios, sino que trascienda a nuestras vidas y contagie ese ambiente de aire enrarecido que asfixia a este mundo y a los hombres que a él se agarran. Danos esa sabiduría y fortaleza para discernir el bien y la verdad desde el auxilio y la asistencia del Espíritu Santo y desde nuestra total disponibilidad a abrirnos a su acción.

Ilumina, Señor, nuestros pasos y motivanos para no perderte de vista en nuestro camino y tenerte siempre como norte y modelo de nuestra vida, y en el centro de nuestro corazón como principal y prioritario objetivo, seguir tus pasos y tu camino. Que Tú, Señor, estés presente en todos los acontecimientos de mi vida, incluso en aquellos que experimento respeto humano, miedo y hasta vergüenza.

Dame, Señor, la firmeza de voluntad de fe para, lleno de valor, ser coherente de palabra y vida para seguir tus pasos fielmente. Amén.