Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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miércoles, 9 de diciembre de 2020

UN CAMINO ADHERIDO A CRISTO

 

A veces el cansancio nos supera y nos vence. Es posible que nos atrevamos al camino sin ir lo suficientemente preparados. Buscamos fortaleza en cumplimientos, oraciones, actos piadosos y nos vamos introduciendo en el camino. Pero, es un camino duro, difícil y lleno de imprevistos, tempestades y peligros a modo de tentaciones que nos tratan de seducir para que bajemos nuestra guardia. Y se nos hace difícil sostenernos.

Pero, ¿se nos ha ocurrido invitar a quien no puede faltar? Precisamente, es a Él a quien seguimos. Sin Él no hay camino y sin camino seremos presa de todos los que, precisamente en el camino, nos esperan. Tenemos que saber que sin Xto. Jesús estamos perdido y en manos del mundo, demonio y carne. Nos será imposible seguirle, porque seremos vencidos con toda seguridad.

Más que nunca, sirva este rincón de oración para fortalecernos descansando y abandonándonos en el Señor. Él es nuestro descanso y nuestro alivio. En Él encontramos ocasión para renovarnos, ilusionarnos, motivarnos y levantar nuestro ánimo para continuar tras sus pasos. Sí, el camino es duro y se hace difícil, pero, sepamos también que no vamos solos, que Jesús lo recorrió primero y que no nos deja solos sino que nos acompaña y nos acoge y alivia para que también nosotros seamos capaces de levantar nuestra pequeña cruz.

Pidamos, con confianza y verdadera fe, fortaleza y perseverancia para seguir, a pesar de las dificultades y obstáculos, la dureza del camino, sabiendo que Jesús, el Señor, lo recorre con nosotros y que en y con Él saldremos vencedores. Amén.

sábado, 9 de junio de 2018

EN ACTITUD DE OBEDIENCIA Y FIDELIDAD

Resultado de imagen de (Lc 2,41-51
Con frecuencia nos cansamos de seguir al Señor. Experimentamos entonces deseos de pararnos y abandonar. Perdemos de vista la estela del Señor. Eso nos ocurre a muchos y, si le perdemos de vista decidimos abandonar. No hay ningún motivo para seguir, pues perdemos la noción de a quien seguimos y , por supuesto, la motivación. Y es que cuando perdemos de vista al Señor todo se viene abajo. Será fundamental no perder de vista los pasos de Jesús, porque es Él el artífice de nuestra perseverencia y de nuestra resistencia.

Supongo que a María le pudo pasar esto. O, al menos, hacersele difícil y duro el camino. No entender muchas cosas que sucedían a su alrededor y ciertas actitudes misteriosas de Jesús le dejarían confusa o desconcertada. Las Escrituras dicen que ella guardaba todas esas cosas en su corazón. También, así lo dice el Evangelio de -Mt 26, 39- cuando Jesús experimentó ese deseo de abandono. Cuanto más a nosotros, que somos humanos y pecadores, nos sucederá estas situaciones por nuestra debilidad y naturaleza herida y sometida al pecado.

Necesitamos estar unidos al Señor y junto a María, para que en ellos podamos levantarnos de nuestras caídas y pecados. Necesitamos pedirle a nuestra Madre, la Virgen, que interceda por cada uno de nosotros y nos acompañe en nuestro camino hacia el Padre. Necesitamos que María nos lleve de la mano hacia su Hijo y, en ella, busquemos su intercesión como hizo en Caná, para que el Señor, nuestro Redentor, nos acoja misericordiosamente y nos perdone. Ambos son los pilares en los que Dios pensó en y para salvar al hombre. María es corredentora con su Hijo en la salvación de la humanidad.

Hoy, festividad del Corazón Inmaculado de María, queremos estar, como siempre, al lado de María, nuestra Madre, y pedirle que interceda por todos nosotros sus hijos, para que seamos pacientes, fieles y dóciles a la Palabra de Dios. Y, como ella, abiertos a cumplir su Voluntad, que pasa por aceptar el dolor de cada día en todas aquellas situaciones que no sean de nuestro gusto; en todas aquellas situaciones que nos exijan esfuerzo, escucha, atención y confianza.

Una actitud que pasa por el esfuerzo de perseverar y por sostenerme firme en los momentos de oscuridad, de confusión y de desánimo. Una actitud de vivir a pesar de las contradicciones en la esperanza y la alegría de sabernos salvados. Amen.

viernes, 23 de junio de 2017

MOMENTOS DE CANSANCIO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


Nunca estarán ausentes. Me refiero al cansancio. Hay muchos momentos de nuestra vida que nos sentimos cansados. Y en muchos casos no sabemos por qué. De la misma forma que muchas personas nos caen mal sin saber por qué. Son misterios de la vida en los que no encontramos respuesta. Posiblemente sea causa de nuestro corazón impuro e imperfecto.

Siempre habrán momentos en los que sintamos deseos de abandonar o de descansar. El peligro está en que no sabemos bien donde descansar, y, confundidos, elijamos apoyarnos en el mundo y en las cosas que el mundo nos ofrece. Es ahí donde está el peligro, porque no es en el mundo donde está el verdadero descanso, sino en el Señor. Él se nos ofrece para invitarnos a apoyarnos en Él y descansar.

Gracias, Señor, porque nos has revelado estas cosas, ocultándoselas a sabio e inteligentes. Danos la sabiduría de saber defendernos de las seducciones que el mundo, por los que están en el mundo, nos presentan y nos tientan. Gracias, Padre, porque has revelado tu presencia a los pequeños, ocultándosela a los sabios e inteligentes. Gracias, Padre, por tu Hijo, nuestro Señor, que nos habla de Ti y nos revela tu Amor e Infinita Misericordia.

Gracias Padre, porque a través de tu Hijo hemos encontrado el camino para relacionarnos contigo. Hoy queremos pedirte que nos des la serenidad de no desesperar, de soportar con paciencia toda adversidad y que sepamos vivir en la serenidad y la reflexión. Que sepamos levantar la mirada hacia el Cielo, abrir nuestro sencillo corazón y tratar de ser humildes y pequeños. Porque sólo Tú, Padre del Cielo, eres grande. Señor y dador de vida eterna. Amén.

miércoles, 15 de octubre de 2014

GRACIAS POR SENTIRME NIÑO



No se trata de ser niño y no crecer y alcanzar la madurez. No, se trata de experimentarse pequeño, necesitado de guía, de luz, de Alguien que te alumbre el camino y te lleve de la mano por la senda de la verdad, de la justicia y la paz. Es esa la actitud de niño, la actitud de ser dócil y dejarte llevar.

Y yo quiero sentirme así. Sobre todo en los momentos de mi vida que no encuentro luz, que mis fuerzas empiezan a fallar; que mis dificultades, por pequeñas que sean, me desbordan, me confunden, me pueden y me vencen. Quiero, Señor, cogerme de tu Mano y dejarme llevar. Quiero que me enseñes el Camino, la Verdad y la Vida.

Quiero, Señor, apoyarme en Ti y cargar con tu yugo, pues Tú nos dice que es llevadero y tu carga suave. Y Tú no mientes y hablas en Verdad. Por eso, quiero Señor pedirte la mano para agarrado a ella continuar el camino de mi vida asido a Ti. Amén.

domingo, 7 de julio de 2013

NO SOPORTO LA DUREZA NI LA SOLEDAD DEL CAMINO



Se me hace pesado, duro, difícil, solitario... Las piernas se me paralizan y me pesan como si dos columnas de hierro se trataran. El cansancio me nubla la vista y el corazón amenaza con pararse. Mis labios están a punto de proclamar: ¡Basta, aquí me quedo! 

¿Qué hacer? ¿Dónde te escondes Señor? Tú me has enviado, y ya se me empieza a olvidar tus Palabras de envío. El cansancio me puede y mis piernas desfallecen. Sin embargo, mis últimas palabras claman tu misericordia y suplican tu auxilio. Dame las fuerzas para levantarme y seguir el camino.

A pesar de mi agonía, quiero y me empeño en confiar en Ti. Tú no puedes fallar. Tu Palabra siempre se cumple. Tú tienes Palabra de Vida Eterna. ¡Lléname de paz, Señor, y repone mis fuerzas para emprender de nuevo la marcha hasta donde Tú me has señalado! En Ti y por Ti puedo acabar mi recorrido y cumplir tu Voluntad. Da respuesta a todos mis interrogantes, mis dudas e incertidumbre. Fortalece mi fe y aumenta mi confianza.

¡Señor!, no tengo a dónde ir. Tú eres mi Camino, mi Verdad y mi Vida. Hazte presente en mi vida y apodérate de ella. Quitame mi libertad y hazla tuya, pues estando en Ti soy verdaderamente libre.