Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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viernes, 12 de julio de 2019

UNA CAMINO DE ESPINAS Y SUFRIMIENTO


Resultado de imagen de Mt 10,16-23
Cuando empiezas el camino, ese camino detrás del Señor, tu corazón se llena de alegría y de gozo. Es normal y es lo que todos buscamos. Experimentamos que la alegría y el gozo que buscamos no está ni se encuentra en este mundo por mucho que poseas. El dinero, el poder, el placer no te aseguran ni te dan la plena felicidad, y menos eterna. Experimentas que ahí no está y, en cambio, cuando te encuentras con Jesús todo cambia radicalmente. Se produce un giro de trescientas sesenta grados. Ya nada te importa ni nada deseas. Jesús te colma de todas esas apetencias y deseos de felicidad que buscabas. ¿Qué ha sucedido? Algo muy profundo y, a la vez, sencillo. Jesús es esa felicidad y plenitud que buscaba.

Pero, siguiendo sus pasos hasta llegar plenamente a Él, empiezas a darte cuenta de que el camino está lleno de peligros. Nos lo dice Jesús claramente: Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Y así es. El mundo es una jauría de lobos que tratan de engullirte y esclavizarte y de los que tienes que defenderte. Jesús, en el Evangelio de hoy, nos advierte y nos sugiere que seamos sagaces y sencillos. Sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Tenemos que estar vigilantes y dispuestos a la batalla para superar todos esos peligros que el mundo, demonio y carne nos tienden.

Pero, nunca debemos perder de vista al Señor. Él nos ha prometido estar siempre con nosotros y cuidarnos de todos estos peligros. No perdamos la fe y la confianza en Él. La batalla de cada día nos exigirá entereza, lucha, esfuerzos y sufrimientos, pero tengamos confianza que el Señor está con nosotros y que todo eso son pruebas que nos ayudaran a afirmar nuestra fe y afianzarnos como creyentes. El Señor nos dará fortaleza, audacia y sabiduría para poder enfrentarnos y salir victorioso. No perdamos de vista lo que nos ha prometido y lo que nos ha dicho: los que perseveren se salvarán.

Tengamos siempre presente que el Señor es el Camino, la Verdad y la Vida y en Él encontraremos siempre esa alegría, esa felicidad y esa paz que buscamos. No está en el mundo sino en el Señor. Amén.

sábado, 9 de junio de 2018

EN ACTITUD DE OBEDIENCIA Y FIDELIDAD

Resultado de imagen de (Lc 2,41-51
Con frecuencia nos cansamos de seguir al Señor. Experimentamos entonces deseos de pararnos y abandonar. Perdemos de vista la estela del Señor. Eso nos ocurre a muchos y, si le perdemos de vista decidimos abandonar. No hay ningún motivo para seguir, pues perdemos la noción de a quien seguimos y , por supuesto, la motivación. Y es que cuando perdemos de vista al Señor todo se viene abajo. Será fundamental no perder de vista los pasos de Jesús, porque es Él el artífice de nuestra perseverencia y de nuestra resistencia.

Supongo que a María le pudo pasar esto. O, al menos, hacersele difícil y duro el camino. No entender muchas cosas que sucedían a su alrededor y ciertas actitudes misteriosas de Jesús le dejarían confusa o desconcertada. Las Escrituras dicen que ella guardaba todas esas cosas en su corazón. También, así lo dice el Evangelio de -Mt 26, 39- cuando Jesús experimentó ese deseo de abandono. Cuanto más a nosotros, que somos humanos y pecadores, nos sucederá estas situaciones por nuestra debilidad y naturaleza herida y sometida al pecado.

Necesitamos estar unidos al Señor y junto a María, para que en ellos podamos levantarnos de nuestras caídas y pecados. Necesitamos pedirle a nuestra Madre, la Virgen, que interceda por cada uno de nosotros y nos acompañe en nuestro camino hacia el Padre. Necesitamos que María nos lleve de la mano hacia su Hijo y, en ella, busquemos su intercesión como hizo en Caná, para que el Señor, nuestro Redentor, nos acoja misericordiosamente y nos perdone. Ambos son los pilares en los que Dios pensó en y para salvar al hombre. María es corredentora con su Hijo en la salvación de la humanidad.

Hoy, festividad del Corazón Inmaculado de María, queremos estar, como siempre, al lado de María, nuestra Madre, y pedirle que interceda por todos nosotros sus hijos, para que seamos pacientes, fieles y dóciles a la Palabra de Dios. Y, como ella, abiertos a cumplir su Voluntad, que pasa por aceptar el dolor de cada día en todas aquellas situaciones que no sean de nuestro gusto; en todas aquellas situaciones que nos exijan esfuerzo, escucha, atención y confianza.

Una actitud que pasa por el esfuerzo de perseverar y por sostenerme firme en los momentos de oscuridad, de confusión y de desánimo. Una actitud de vivir a pesar de las contradicciones en la esperanza y la alegría de sabernos salvados. Amen.