Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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miércoles, 23 de diciembre de 2020

¿BUSCAS TÚ RESPONDER A ESA MISIÓN QUE DIOS ESPERA DE TI?

 

Juan es contemporáneo de Jesús, y también pariente. Sus madres eran primas. Juan se adelanta unos meses a Jesús y, también, le precede en iniciar ese Plan de Salvación que Dios tiene pensado. Y del que Juan es el elegido para ser el Precursor, el que lo proclame y anuncie preparando el camino para el Señor.

Previamente, Juan se retira al desierto a prepararse y a proclamar un bautismo - con agua - de conversión y de arrepentimiento. Está cerca el Reino de Dios - proclama Juan -  e invita al arrepentimiento de los pecados y a la disponibilidad de tu corazón para recibir la Palabra del que viene enviado por el Padre.

La pregunta es clara: ¿Vivimos nosotros este tiempo de Adviento en esa humilde y sencilla actitud de espera y arrepentimiento? ¿Son nuestras Navidades fiel reflejo de esa preparación a la que Juan el bautista nos invita y nos anima a preparar? ¿Realmente, sabemos lo que celebramos y el por qué lo celebramos?

El ambiente que se va, como si se tratara de una ola formando y agigantando parece decirnos que no. El ambiente que se crea es un ambiente comercial, de consumo, de buscar pasarlo bien, comer de una manera especial y, probablemente, beber y festejarlo de una forma pagana o indiferente a lo que realmente se celebra. No parecen unas navidades de espera, de expectación y de arrepentimiento para acoger a Aquel que viene a dar verdadero sentido a nuestras vidas y a proponernos el camino que nos conduce al Reino de Dios.

Posiblemente, estábamos más pendientes de la lotería, como ahora de las fiestas y regalos que de que el Señor viniera a nuestros corazones para vivir más pendientes unos de otros y verdaderamente amarnos como nos ama nuestro Padre Dios. Pidamos que, realmente, nazca el Señor en nuestro corazones y que vivamos el verdadero sentido de la Navidad. Amén.

sábado, 23 de marzo de 2019

NO SE PRESENTA FÁCIL INICIAR EL REGRESO


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El arrepentimiento puede que no resulte tan difícil, pues, dentro de la intimidad de nuestro corazón y escondido en el silencio más profundo de nuestra singular individualidad, las cosas se ven mejor y el arrepentimiento no nos exige gran dificultad. Los verdaderos obstáculos empiezan a presentarse con la propia dureza de nuestro corazón a la hora de llevar a cabo la acción del arrepentimiento y manifestarlo ante los demás.

Es, cuando tenemos que hacer público, ante la persona ofendida o no escuchada, ese reconocimiento a la advertencia de nuestra empecinada equivocación. Entonces descubres que tiene mucho sentido la humildad que reiteradamente has escuchado como muy necesaria para seguir al Señor. Sin ella es imposible llegar a lo más profundo de tu corazón y tener un verdadero y sentido arrepentimiento. 

Un verdadero arrepentimiento que trasciende tu intimidad y se manifiesta ante los demás en las personas ofendidas o rechazadas. Es, ese momento, cuando experimentas estar dispuesto a levantarte y regresar a la Casa del Padre. Regresar a esa Casa donde puedes abrir tu corazón a ese Infinito Amor Misericordioso del Padre y entregarte en sus Manos.

Dame, Señor, esa actitud de dolor y arrepentimiento para, igual que aquel hijo pródigo, levantarme reconociendo mis pecados y emprender el camino de regreso a Casa. A esa Casa que hoy es la Iglesia, Padre y Madre, que me espera en Xto. Jesús. Porque, el Dios revelado por Jesús, es Padre y Madre a la vez, que nos acoge en la Santa Madre Iglesia, fundada por el Hijo en los cimientos de los apóstoles y abierta al perdón y la misericordia de todos aquellos, sus hijos, dispuestos al regreso.Gracias, Señor, por la Iglesia y por tu espera paciente, amorosa y misericordiosa. Amén.

viernes, 18 de mayo de 2018

NO SÓLO BASTAN LAS PALABRAS

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


A veces queremos arreglar los problemas con las palabras, y, aunque son muy importantes no bastan por si solas. Porque, las palabras son eso, palabras y no hechos. Por lo tanto, hacen faltan y en el camino quizás vayan ellas primero, pero luego hace falta que le acompañen los hechos. Es decir, las obras.

Palabras sin obras no caminan, pues se quedan cojas. O al menos no caminan mucho, porque tarde o temprano, si no hay obras, las palabras se quedan vacías y sin contenido. En el caso que nos ocupa, Pedro llenó su corazón no solo de palabras sino de arrepentimientos y obras. Su vida fue una entrega generosa al servicio del Evangelio y al seguimiento del Señor hasta entregar su propia muerte.

Pero tuvo que pasar por graves momentos en los que negó al Señor, que también supo llenar de lágrimas de arrepentimientos y de dolor. ¿Nos duele, es la pregunta, a nosotros también nuestras traiciones al Señor? ¿Estamos arrepentidos hasta el punto de darle un vuelco a nuestra vida? ¿Se nota el cambio de rumbo y orientación ? ¿Hay obras que se están construyendo desde nuestro corazón? Son preguntas que tendremos que hacernos simultaneamente al mismo tiempo que hablamos de amor.

Pero, lo verdaderamente importante es sabernos perdonados. No importa, aunque el dolor está ahí, las barbaridades que hayamos cometido, porque estamos perdonados. La Misericordia de nuestro Padre Dios es Infinita y, por los méritos de su Hijo hemos alcanzado el perdón y su misericordia. Y eso es lo que importa, aceptar humildemente esa misericordia y emprender el camino del perdón y del amor.

Pedimos Señor, que nos llenes de tu Amor misericordioso para que sepamos valorar tu Infinita Misericordia y, de la misma forma, ser también nosotros misericordiosos con nuestros hermanos a pesar de sus rechazos y sus ignorancias respecto a que no te conocen e incluso te rechaza. Danos, Señor, ese dolor de contrición para ver nuestros pecados y arrepentirnos de corazón con el propósito de enmendarlos y limpiarnos en tu Infinita Misericordia. Amén.

jueves, 14 de diciembre de 2017

SEÑOR, DESATA MI CORAZÓN Y MI LENGUA

A veces creo que soy libre, pero cuando me observo muy cuidadosamente me experimento atado por el pecado del miedo y el respeto humano. Me asaltan las dudas y los miedos. Siento el miedo al ridículo y al respeto humano. Me doy cuenta que continúo atado de corazón y de lengua. ¿Por qué me ocurre esto, Señor? Quizás sea para que me dé cuenta de mis debilidades y de mi pequeñez.

Perdona, Señor, todos mis pecados. Perdona, Señor, mi suficiencia de creerme limpio. Perdona, Señor, mi atrevimiento y osadía. Perdona, Señor, mi falta de humildad y vergüenza. Y, gracias por desnudarme y descubrir mis necesidades. Gracias por advertir el nudo de mi lengua y la pobreza de mi corazón. Gracias por descubrir mis debilidades y pecados, y gracias por darme la oportunidad de decírtelo y tener esperanza de ser curado y perdonado.

Ayúdame, Señor, a crecer y madurar. Ayúdame a, como Juan, ser capaz de hacer de cada día de mi vida una lucha llena de esperanza, con alegría y gozo. A pesar de las dificultades, del cansancio y de los fracasos. Ayer te ofrecías, Señor, como apoyo y descanso para todos los que nos sintiéramos cansados y agobiados. Y hoy descubro mi cansancio y agotamiento en muchos momentos de mi vida. Y a Ti acudo cansado y agobiado para que endereces mi vida y pongas en su sitio todo lo maltrecho de mi camino.

Señor, mi vida va avanzada, por lo que te pido que, lo que le queda, sea camino de triunfo, de verdadera lucha junto a Ti y de verdaderas victorias agarrado a la cruz que Tú quieres que comparta contigo. Hay momentos de tentación, de querer ya jubilarme, de gritar que aquí se acaba mi camino y eso me duele, porque Tú lo quieres todo, hasta la última gota de sangre. Y así ha de ser, porque la cruz, mi cruz tendrá que terminar, igual que Tú, Señor, con mi muerte.

Dame, Señor, la Gracia y la Fuerza de tu Amor, para que, firmes y guiados por el Espíritu Santo, sepa en todo momento sostener con firmeza y Voluntad la esperanza de vivir vigilante y alerta contra toda amenaza de pecado. Amén.

domingo, 12 de junio de 2016

DAME, SEÑOR, UN CORAZÓN CONTRITO Y HUMILDE



No es fácil arrepentirse. Una cosa es desearlo y otro experimentar dolor de arrepentimiento. A veces lo queremos, pero quizás no lo sentimos. Porque de sentirlo nos costaría mucho más volver a caer. Pero eso no es motivo de desespero, sino de sabernos pecadores, pobres y necesitados de Ti, Señor.

Esa es la cuestión, sentir dolor de corazón por haber pecado, Señor, y haberte ofendido. Es experimentar dolor de saber que no he hecho tu Voluntad, o, al menos, que no sé qué es lo que debo hacer. Es no sentir fuerzas para descubrir con seguridad y firmeza lo que Tú quieres. Y no saberlo porque mi voluntad flaquea y es débil, y se siente atraída por las cosas de este mundo.

Supongo que aquel fariseo no sentía ningún dolor de contrición. Es más, se sentía buen judío, cumplidor de la ley y merecedor, por su buena conducta, de estar catalogado como buena persona, respetado y hasta admirado. Y, quizás, muchos se sienten así también en nuestro tiempo. Me pregunto, ¿estoy yo entre ellos? Por eso, Señor, te pido que transformes mi corazón, porque yo no quiero sentirme así, ni tampoco estar en contra de tu voluntad.

Parto de que mi corazón está contaminado, lleno de debilidades y tentaciones; parto de que mi corazón busca comodidades y le cuesta despertar a la llamada y servicio de los demás; parto de que mi corazón busca su descanso y confort sin mirar alrededor y preocuparse por los que no lo tienen; parto de que muchas veces dudo entre hacer esto o lo otro. Sé que el Maligno me acecha y trata de confundirme y de llenarme de dudas para que no te escuche ni te atienda.

Y quiero, como la adultera pecadora, llenarte de atenciones, de agasajos y cuidados en los hermanos. Porque ahora, Señor, yo no puedo atenderte ni perfumarte los pies a Ti directamente, pero si lo puedo hacer en los que lo necesitan y son tus preferidos. Porque haciéndolo a ellos te lo hago a Ti. Gracias, Señor, espero que mi corazón, por tu Gracia, vaya transformándose en un corazón humilde, contrito, agradecido y abierto a tu Misericordia. Amén.