Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 16 de marzo de 2020

ENSEÑANOS, SEÑOR, A SEGUIR ADELANTE


Resultado de imagen de Lc 4,24-30
No resulta fácil continuar la marcha cuando hay dificultades. Todos hemos experimentados que tras repetidos fracasos abandonamos nuestro objetivo o misión. Muchos nos basta con solo uno donde nuestra vida se haya sentido amenazada. Jesús sufrió muchos de esos fracasos y fue en su propio pueblo donde le amenazaron de muerte, pues quisieron despeñarlo por aquella montaña. Sin embargo, el Evangelio dice: Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.

¿Te recuerda y se parece eso a algunas de tus experiencias personales en las que te has sentido fracasado? ¿Y qué has pensado? ¿Quizás, abandonar tu camino de fe y confianza en el Señor? Jesús, nuestro modelo, nuestro camino, verdad y vida nos marca el camino a seguir y predica con el ejemplo, no sólo con sus Palabras. Sigamos su camino y confiemos en Él

No es lo más importante el éxito, ni tampoco el fracaso. Ambas cosas son transitorias y accidentales. Jesús, queriéndonos enseñarnos nuestra condición humana, limitada, débil y pecadora, nos muestra que ante el fracaso se antepone la fe y la confianza en el Padre. Él ha venido a cumplir una Misión enviado por el Padre y, por encima de todo, la confianza en el Padre le fortalece para seguir adelante. El Espíritu Santo le acompaña y le fortalece para salir victorioso. 

El camino es Jerusalén y su Muerte, para salvarnos y merecer la Misericordia del Padre para todos nosotros, pero, todavía no había llegado su hora y tenía que abrirse paso entre la gente y seguir adelante. También, a ti y a mí, quizás no nos ha llegado nuestra hora y tenemos que seguir adelante confiando en nuestro Padre Dios y agarrados al Espíritu Santo que nos acompaña desde la hora de nuestro bautismo.  

Pongámonos en sus Manos y pidamos al Padre que nos dé esa fortaleza y voluntad para, como su Hijo, cumplir con nuestra misión de ser luz y sal de su Palabra y su Amor durante el camino de nuestra vida en este mundo. Amén.

miércoles, 18 de febrero de 2015

NOS PARECE SIEMPRE LO MISMO

Tu Mano me sostiene, Señor.

Nos parece siempre lo mismo, y, también, el Maligno está interesado que así parezca. Porque esa rutina de fracasos minaría nuestra perseverancia y terminaríamos por desistir. A él, al demonio, le interesa que nos cansemos y que no veamos resultados.

O mejor, que esperemos resultados, y al no llegar, desesperemos y desistamos. Observamos que no avanzamos. Eso al menos parece, ya lo hemos comentado, pero no es así. Es una falsa apreciación, porque si avanzamos. Hoy somos mejores que ayer, porque amamos más y porque servimos mejor.

 Es verdad que cuesta apreciarlo; es verdad que la diferencia es tan mínima que llega a ser casi imperceptible, pero somos mejores. No lo dudes. Cada segundo de nuestra vida al lado del Señor respiramos su Gracia, y eso nos hace mejor. Me viene ahora a la cabeza la buena y estupenda película de: ¡Qué bello es vivir!, donde apreciamos todas las cosas buenas que se hacen casi sin darnos cuenta ni valorarlas.

Sí, Padre Bueno, cada día soy mejor por tu Gracia y por tu Amor. Y hoy quiero darte gracias por todo lo que me has dado y continúas dándome. Y experimento tu fuerza cuando hago las cosas sin darme cuenta. Ahora mismo escribo costándome esfuerzo, pero experimentando que eres Tú quien me empuja. Muchas veces no sé ni cómo soy capaz de hacerlo.

Sí, Padre Bueno, gracias porque eres Tú la Fuerza que me anima a vivir; la Fuerza que me empuja a levantarme cada mañana a la lucha de cada día; la Fuerza que me capacita, ilumina y asiste para poder vencer mis egoísmos y miserias. Gracias Dios mío.