Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 23 de noviembre de 2023

ORACION: TALENTOS

Señor, sé que a mí mucho se me ha dado: la vida, el día a día, tantas capacidades, tantos talentos, tantos proyectos, tantas posibilidades, tantas experiencias, tantas relaciones, tantas oportunidades, tantos dones… tanto.

Señor, sé que a mí mucho me has confiado: ser hijo tuyo, ser hermano de todos, ser discípulo tuyo, ser testigo de tu proyecto, ser profeta en medio del mundo, ser tu palabra y tus manos… ser desde ti.

Señor, sé que a mí mucho se me ha dado y mucho se me ha confiado. Ojalá esté a la altura de las circunstancias. Mucho me has dado, Señor, mucho quiero regalar y entregar de todo corazón. Mucho quiero darte.

Dame la capacidad necesaria para agradecerte cuanto soy y tengo, y la fe necesaria para nunca olvidar que todo procede de ti y a ti se dirige. Así sea.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

lunes, 20 de noviembre de 2023

ORACIÓN: TALENTOS

Señor, gracias por todos los talentos recibidos a lo largo de mi vida. Dame sabiduría para reconocer hasta los talentos más ocultos y aquellos que crecen en mí cuando me acerco a ti y a los hermanos. No permitas que, en vez de agradecer mis talentos, esté continuamente echando de menos los que han recibido otros. 

Señor, gracias por todas las personas, por todas las situaciones complicadas que me ayudan a descubrir y desarrollar talentos nuevos, desconocidos. Gracias por ayudarme a poner mis capacidades al servicio del prójimo y del necesitado, de una iglesia más evangelizadora. Te pido perdón por los momentos en que no he trabajado todos los talentos, porque muchos han acabado escondidos bajo tierra. Ayúdame a conocer, valorar, agradecer y trabajar los talentos que me has regalado. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

domingo, 12 de noviembre de 2023

ORACION: TALENTOS

Señor, gracias por todas las capacidades que me has dado. Ayúdame a reconocerlas y agradecerlas, a ponerlas al servicio de los hermanos, de tu Reino de justicia, verdad, amor y paz.

Que mi astucia no se vuelque en alcanzar mis caprichos y busque el crecimiento de los más pequeños y pobres.

Que mi inteligencia no sirva para justificar mis errores, y me ayude a crecer en sinceridad y humanidad.

Que mi creatividad no sea egoísta ni aprovechada y abra nuevos caminos para la generosidad y el amor.

Que mi talento no se centre en perseguir mi bienestar y trabaje para construir el bien común y la paz.

Señor, gracias por todas las capacidades que me has dado. Ayúdame a reconocerlas y agradecerlas, a ponerlas al servicio de los hermanos, de tu Reino de justicia, verdad, amor y paz. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

¿CONOZCO MIS TALENTOS?

 

Me pregunto, ¿conozco mis talentos? Previamente tendré que admitir que los tengo y que, por supuesto, los habré recibido. Y, dicho esto, la pregunta salta de inmediato, ¿qué hago con ellos? ¿Los empleo y utilizo para mi provecho personal, para crecer en riqueza, fama, situación social, disfrute…etc?  ¿O, por el contrario, trato de ponerlos en función y utilidad de los demás, sobre todo de los necesitados? Es a eso a lo que tendremos que responder al final de nuestro camino en este mundo.

La respuesta no es fácil ni la podremos resolver con nuestras propias fuerzas. Pidamos, pues, la Gracia de saber, primero, descubrir las cualidades o talentos que hemos recibido; segundo, la generosidad, valentía y disponibilidad de ponerlos al servicio de los más necesitados. Y, para ello, pongámonos en manos del Espíritu Santo, que nos acompaña y nos asiste auxiliándonos para que nuestra administración – de los talentos recibidos – sea debidamente utilizada y puestos al servicio de aquellos que lo necesitan.

Te pedimos, Señor, que nos llenes de tu Espíritu para que, como Tú nos has enseñado con tu disponibilidad, servicio y amor, también, nosotros, sepamos actuar, injertados en el Espíritu Santo, en ponernos, con todo lo recibido de tu Mano generosa, al servicio de los más necesitados. Amén

jueves, 12 de marzo de 2020

LÁZARO Y EL HOMBRE RICO

Resultado de imagen de Lc 16,19-31
Tras esta parábola, Jesús, nos enseña y nos muestra el camino y la necesidad de compartir con los demás, sobre todo, con los necesitados, los pobres y los excluidos de la sociedad. Esa es la razón, pienso yo, por la que unos han recibido más talentos y cualidades que otros. Y en esos talentos están incluidos las familias, los lugares de nacimientos, los ambientes y todas las circunstancias que nos han servido para llegar a transformar, por la Gracia de Dios, nuestros corazones en corazones amorosos y misericordiosos semejantes al Señor.

La parábola nos muestra como unos han recibido más que otros e, implícitamente, la necesidad de servirnos los unos a los otros. Evidentemente, los que tienen más a los que poseen menos. Es ese servicio, apoyado en la verdad y la justicia, lo que hará que reine la paz entre los hombres y que el mundo distribuya e iguale las necesidades de los más pobres y necesitados.

Aquel hombre rico ignoró al pobre Lázaro y teniéndole al lado no se percató de sus necesidades. Vivió indiferente a las necesidades del pobre y eso traerá consecuencias en su vida. Porque, hemos sido creados para amar y no para el desamor. Por tanto, el hecho de que no cumplamos con nuestro destino, que es donde encontramos esa felicidad que buscamos en otro lugar, nos llevará a vivir eternamente en la infelicidad.

Pidamos que nuestros corazones sean transformados, por la Gracia de Dios, en corazones amorosos y sensibles a las necesidades de los que sufren y esperan nuestra ayuda. Pidamos y abramos nuestros corazones para darle posibilidad y libertad al Espíritu Santo que nos transforme y nos dé el impulso necesario y la luz suficiente para ver claro que sólo en el Señor encontraremos la felicidad y la Vida Eterna. Amén.

sábado, 26 de octubre de 2019

QUIERO, SEÑOR, ENTREGAR MI VIDA PARA DAR LOS FRUTOS QUE TÚ ESPERAS DE MÍ


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Dame, Señor, la luz y la sabiduría para entender que los talentos recibidos no son para gastarlos en mi provecho propio y para satisfacer mis egoísmos. Y, menos, para malgastarlos en banalidades y cosas que sólo satisfacen a unos cuantos o a los que les sobra de todo. Tú me los has entregado gratuitamente y gratuitamente he de darlos, y no a cualquiera, sino a aquellos que verdaderamente los necesitan. Y esos, Señor, son los pobres y carentes de toda ayuda.

Yo, sé, humildemente te lo digo, Señor, que he recibido unos talentos de tu Mano generosa, y sé que se me han dado, no para cubrirme  de gloria, ni tampoco para mi provecho propio, sino para fructificarlos para el bien de todos aquellos que los necesitan. Por eso, Señor, te pido sabiduría para poder discernir sobre ellos y también fortaleza para cultivarlos en aras del bien de los más necesitados.

Dame, Señor, la capacidad y la voluntad de no dejarlos sin utilizar, ni tampoco malgastarlos de forma irresponsable, sino cuidarlos y fertilizarlos para que sean de provecho para todos aquellos que de ellos se puedan aprovechar para su bien. Esa es, Señor, mi petición de hoy. Quiero entregarte el cien por cien de todo los talentos recibidos, sean grandes o pequeños. 

Son mis frutos los que Tú esperas, y a Ti quiero entregártelos sin estimar esfuerzos, pero pidiéndote, Señor, que me des las fuerzas y la voluntad para no dejar de hacerlo. Amén.

sábado, 31 de agosto de 2019

¿DÓNDE ESTÁN MIS TALENTOS?

Resultado de imagen de Mt 25,14-30
Está claro que si he venido a este mundo es para una misión. Una misión que a lo largo de mi vida debo de ir descubriendo. Es verdad que solos nos será imposible, pero auxiliados y abiertos a la acción del Espíritu Santo encontraremos la respuesta a esa misión que desde nuestro nacimiento, como sucedió con Juan el Bautista, nos ha sido encomendad. De acuerdo que a todos no nos ha sido encomendada una misión igual, pues en la parábola que nos atañe vemos que el Señor a uno dio tres talentos, a otro doy y uno sólo al último. Significa eso que, queriéndonos a todos por igual, a cada uno le encomienda misiones de diferentes responsabilidades e importancia.

Cada cual tiene su cometido y para ello ha recibido unos talentos. Talentos necesarios para esa misión que tú y yo hemos recibido. Y eso es lo verdaderamente importante, descubrir, que aunque pequeña, yo tengo una misión de la que responder ante Dios. Y esto es lo que yo quiero significar y traer a este rincón de oración y pedirte que me des la sabiduría de descubrirlos para ponerlos al cien por cien a tu servicio en y para el bien de mis hermanos. Esa es la petición que quiero poner delante de ti. No para vanagloriarme sino para servirte con todo mi ser, con todas mis fuerzas y con todo mi mente.

Señor, que me dé cuenta de lo mejor que tengo para ofrecertelo, en los hermanos, a tu servicio. Y, también de los peligros y tentaciones, por mis flaquezas y pecados, que me impiden servirte y ponerme en tus Manos, para someterlas y arrojarlas fuera de mi vista. Es esa, Señor, mi súplica de hoy y de las que no quiero pasar página, porque igual que to lo digo al terminar la reflexión caigo en el olvido.

Señor, mi tiempo se acaba y debo de darme prisa en negociar mis talentos recibidos antes de recibir tu definitiva visita.En tus Manos pongo mi vida y te suplico que aumentes mi fe y llenes mi corazón de auténtica humildad y generosidad.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

UN MUNDO EN COMPETENCIA

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Todo gira a nuestro derredor en relación a la economía. Una economía que establece competitividad y lucha, y se lleva el gato al agua el más fuerte o el que gana más. El poder está en el que tiene más dinero. Y el dios es don dinero. Por lo tanto, utilizamos todo nuestro esfuerzo en ganar dinero y ser más fuerte que el de al lado. Así, la competencia es excluyente y va dejando a los más débiles en el camino. Se produce una fábrica de marginados y pobres que se van quedando sometidos o sin nada.

Vales lo que tienes, y si no tienes nada vales poco. Estás, pues, llamado a ser un pobre a merced del rico y poderoso. Pero, lo peor es que tanto el rico como el pobre trabajan esforzadamente para sí sin percibir el drama del otro. Creamos un mundo de marginación e indiferencia. Los talentos o cualidades - minas- que nos han dejado las hemos robado para nuestro provecho propio. ¿Qué hemos hecho?

Se nos pedirá cuenta y tendremos que dar los resultados. Quizás sean muchos frutos, pero no importa tanto la cantidad sino la cualidad. ¿Cómo los hemos conseguido? Entenderemos que si no los hemos empeñado según la Voluntad de Dios, y que los hemos utilizado en provecho propio, mal asunto. Se nos habían dejado  en administración para ponerlos al servicio de los más necesitados.

Eso fue lo que hizo Jesús a su paso por este mundo. Se puso al lado de los excluidos, de los marginados, de los despreciados, de los enfermos y, desde ahí, transmitió al mundo un mensaje de solidaridad, de fraternidad y de verdad, justicia e igualdad y, sobre todo, amor. Un mensaje donde la dignidad de la persona es lo primero por ser, precisamente, hija de Dios. Y todo lo demás en función de ella.

No prima la economía ni el dinero antes que la persona. Por el hecho de ser persona todo tiene que estar supeditado a su bien, es decir, la salud, la educación, la vivienda, el trabajo...etc. Para, como le corresponde, tener una vida digna y justa. Pidamos que seamos capaces, con nuestros talentos y cualidades,  ir construyendo un nuevo orden en nuestros pueblos para que lo primero sea la persona humana según la Voluntad de Dios. Amén. 

viernes, 19 de enero de 2018

MIRANDO HACIA ARRIBA, PERO TRABAJANDO AQUÍ ABAJO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


No cabe duda que cada cual tiene sus habilidades y talentos. Todos no somos iguales, eso es algo que está muy claro. Pero, lo que no queda claro es que quienes se ven más capacitados que otros se creen merecedores de elogios, acreedores por sus méritos de los otros. Eso, incluso, les hace sentirse superiores y mejores. Ese es el problema, porque, quienes han recibido más, más le será exigido para que, trabajando aquí abajo, sirvan a Aquel del que han recibido todo lo que tienen.

Y ese servir consiste en compartir y mejorar la vida de los demás. Es decir, dar todo lo que tengan por ayudar a que el mundo sea más justo, más equitativo, más verdad y justicia, más fraterno y donde la paz sea el olor que se respire por todas partes. Has sido elegido para dar, y, quizás, por eso has sido adornado con capacidades y talentos para que las compartas con esfuerzo, trabajo y amor.

No se trata de lucimiento, ni de aprovechamiento. Lo has recibido gratuitamente, y gratuitamente debes darlo. Eres libres para eso, y dependerá de ti tomar esa decisión. Luego, si el mundo está mal y hay muchos que sufren, piensan que tú puedes hacer algo al respecto. No le eches la culpa a Dios, porque, Él, ha delegado en ti. Para eso te ha hecho libre.

La parábola de los talentos -Mt 25, 14-30- nos lo deja bien claro. Será tu libertad la que decidas y para eso has sido elegido. No sólo fueron elegidos los primeros doce apóstoles, sino también cuenta contigo y conmigo. Todos nosotros, los bautizados, estamos llamados a responder con nuestra colaboración y a administrar el mundo para que haya paz, justicia y amor.

Sí, Juan, Antonio, Inmaculada, Salvador y ... estamos llamados a anunciar el Evangelio y a luchar contra el hambre, la pobreza, la violencia, la mentira, las injusticias...etc. Pidámosle al Espíritu Santo la perseverancia, la fortaleza, la sabiduría y la voluntad para poder cumplir con nuestra responsabilidad. Amén.

domingo, 19 de noviembre de 2017

ACEPTO LO QUE DIOS ME HA DADO

Cuando hablamos de talentos, también podemos pensar de aquellos que Dios no me ha dado. Es decir, tanto tendremos que negociar con los recibidos como también con los no recibidos. Significa esto que tan importante es responder de aquellos que hemos recibido, como de aceptar de lo que no hemos recibido. Eso cambia la situación, porque, a veces, no nos conformamos con lo que tenemos o con lo que somos y queremos ser más de lo que estamos llamados a ser.

En eso entra la humildad y la aceptación. Aceptar tal y como Dios me ha hecho es responder a su llamada y al compromiso de rendir cuentas sobre todo lo recibido. Cuando uno va descubriendo sus talentos, pero, al mismo tiempo, sus limitaciones, uno toma conciencia de lo que puede hacer y a donde no llega. Entonces, buscar el equilibrio y dar el cien por cien de lo recibido es la perfecta respuesta.

Es indudable que el que recibió cinco ha recibido una capacidad para dar diez. Pero, de la misma forma, quien recibió dos no puede dar sino dos. Y el de uno, uno. Extralimitarse y querer dar más es tan negativo como no dar el cien de lo recibido. Y esa es nuestra oración de hoy. Danos, Señor, la capacidad de discernir lo recibido y la proporcionalidad de nuestra respuesta. Que verdaderamente seamos capaces de dar todo lo que hemos recibido y no extralimitarnos queriendo ser mejor que lo que Dios espera de nosotros.

Tratemos de conformarnos, te lo pedimos, Señor, con lo que Tú has querido darnos, y pidamos que tengamos siempre la fortaleza y el compromiso de nunca enterrar esos talentos que hemos recibido, ni tampoco querer aparentar más de lo que hemos recibido. Aceptar lo que nos has dado es aceptar tu Voluntad, y eso es lo que te pedimos, Padre Dios, para, a la hora de rendirte cuenta, cumplir con tus deseos y tu Voluntad.

Gracias, Señor, por ser como soy. Danos la sabiduría de aceptarnos y alegrarnos de ser como somos, porque eso es lo que Tú has querido que seamos. Nos has hecho a imagen tuya y eso, con los talentos recibidos, lo que debemos hacer auxiliados por el Espíritu Santo que nos asiste y acompaña. Amén.

sábado, 2 de septiembre de 2017

SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES DE MÍ?

Es una buena pregunta que podemos hacer al Señor,  ¿qué quieres de mí? Y también hacérnosla nosotros mismos, porque sólo, dándonos respuesta, podemos también responder al Señor. El tratar de respondernos nos ayudará a discernir sobre lo que podemos dar al Señor según nuestros talentos y cualidades. No cabe ninguna duda que daremos en la medida que hayamos recibido, porque lo que no se tiene, no se puede dar.

Ahora, ¿qué tenemos? Eso es como preguntarnos ¿que somos capaces de hacer? Y para ello debemos trabajar en conocernos y descubrir todos los talentos o cualidades recibidas, y como podemos ponerla a actuar al servicio de los demás. Y una arma eficaz para ello es la oración. Es nuestro mejor recurso para, en relación directa con el Espíritu Santo, pedirle nos ayude a descubrir todos sus dones y frutos, con el fin de ponerlos, según Él nos conceda, al servicio de todos.

Por eso, Padre del Cielo, desde este humilde rincón de oración, te damos gracias por todos los talentos recibidos, y te pedimos fuerzas para no dejarlos enterrados, ni abandonados en la pereza y comodidad, sino todo lo contrario, recibir la fuerza y la voluntad para, trabajando por el bien y el provecho de los demás, poner en juego todos mis talentos recibidos.

También, Padre del Cielo, aprovecho para pedirte que me ayudes a descubrirlos, porque, quizás, llevado por mi ambición, mi soberbia, mi vanagloria y vanidad, quiero aparentar tener más de los que he recibido. Ayúdame a discernir para descubrirlos y ponerlos en función de los demás.

domingo, 18 de diciembre de 2016

QUIERO RESPONDER COMO JOSÉ Y MARÍA

Yo sé, Señor, que esperas algo de mí, porque me has creado para algo. Posiblemente sea pequeña cosa, pero por insignificante que sea yo quiero responderte, Señor. Porque a Ti, Señor, no te importa la grandeza o pequeñez de las obras, sino la intensidad y el amor con la que se hagan. Y tanto valen las grandes como las pequeñas delante de Ti, Señor.

Yo quiero, como José y María, responder a lo que Tú me has encargado, y me cuesta mucho descubrirlo. Se me va la vida y, quizás no lo haya descubierto. Igual puede ser esto que, las reflexiones, que en la última etapa de mi vida estoy haciendo. Te pido perdón por tanto tiempo y horas perdidas; por tantos fracasos; por tanta debilidad. Sé de tu gran Misericordia y eso me anima a confiar en tu perdón.

Pero quiero levantarme y poner todo lo que de Ti he recibido a tu servicio. También sé que poner los talentos recibidos a tu servicio es entregarlo a los hombres. Porque servir a los hombres es servirte a Ti. Así lo hizo tu Madre María, y tu Padre adoptivo José. Dejaron sus planes y proyectos para hacer de los tuyos su vida y su misión.

Yo soy poquita cosa, Señor, pero quiero servirte y cumplir con lo poquito que me has encargado, que para mí supone mucho esfuerzo y trabajo. Dirige mi pluma, mis dedos y mis labios para que todo lo que hagan lo hagan en tu nombre y para tu gloria. Y dirige también mi obrar y mi ser, para que mis obras vayan de acuerdo con mis palabras. 

Dame, Señor, esa Gracia de ver, de experimentar, de servir, de ser fuerte y valiente y de capacidad de renuncia, para, venciendo todos mis apegos, mis apetencias y debilidades me entregue a poner todos los talentos, muchos o pocos, recibidos al servicio de los demás. Amén.

sábado, 27 de agosto de 2016

DESCUBRIR MIS TALENTOS



No es tarea fácil descubrir que cosas hago bien hasta el punto de, consagrada a ellas, ponerlas a servicio de los demás. Porque, tampoco es tarea fácil descubrir mi vocación, que va en estrecha relación con los talentos recibidos. En muchas ocasiones la descubrimos tarde, y en otras ni siquiera las descubrimos. Es notorio y claro que también se necesita esfuerzo, búsqueda y voluntad, para emprender el camino de descubrirlas.

Sin lugar a duda, el camino se cubre caminando y, diríamos también que, se descubre experimentándolo. Nadie sabe si realmente puede hacer algo bien, si antes no lo ha intentado y se ha puesto manos a la obra. Es en la experiencia donde y cuando se descubre tu capacida talentosa. Nadie, si no se atreve a cantar, descubrirá que su voz es melodiosa, potente o sublime. Realizado ese intento, descubrira lo que guardaba dentro de su garganta.

De la misma forma, el encuentro con Jesús despierta tu compromiso y desempolva tu dormido corazón para darle brillo y desenterrar tus talentos. Sacados afuera verán la luz y de lo que son capaces de hacer y del gozo de servir a los que realmente lo necesitan. Y es eso lo que hoy te pedimos, Señor.

Danos, Señor, la sabiduría y la capacidad de descubrir los talentos que me has dado, y la voluntad, prudencia y fortaleza para ponerlos en función y beneficio de los que realmente lo necesitan. En ti confío, Señor, y, lleno de tu Gracia, abro mi corazón para que con todos los talentos, que has derramados por tu Espíritu en mi humilde persona, volcarlos en los demás según tu Voluntad. Amén.

sábado, 8 de agosto de 2015

TODO PUESTO EN TUS MANOS SEÑOR



Vano serán mis esfuerzos sí creo que pueden dar frutos. Es posible que el Señor nos haya adornado con muchos talentos hasta el punto que podamos caer en la tentación de vanagloriarnos de nuestras obras. Estaríamos en un grave y gran error. Todo depende exclusivamente de la Gracia y el Poder del Señor.

Se nos ha dado gratuitamente talentos para ponerlos al servicio de los que los necesiten. No de aquellos que quizás tengan suficientes o más que nosotros, sino de los pobres y necesitados que dependen más de todos aquellos que tienen de sobra, quizás de ti. Es ahí donde debes y tienes que volcarlos. Y derramarlos en el Nombre del Señor y por su Gracia, porque las alabanzas y Glorias le corresponden a Él.

Demos Gracias por el don de despertar a esta sabiduría de sabernos instrumentos de la Gracia de Dios, y pidámosle la fuerza, valor y voluntad de poder cumplirla en el camino de nuestra propia vida. Sobre todo el don del discernimiento para saber dónde generosamente debemos y tenemos que derramar todo lo que, recibido de su Mano generosa, hemos recibido gratuitamente para compartir.

Descubrimos que así el mundo estaría mucho mejor, pero también descubrimos que es tarea no de unos cuantos, sino de todos. De modo que lo que no hagas tú quedará sin hacer.

Pidamos esa Gracia para que el mundo comparta más las riquezas entre aquellos más desfavorecidos y necesitados y seamos instrumentos que favorezcan la instauración del Reino de Dios. Amén.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

LO RECIBIDO ES PARA MULTIPLICARLO



Entra también dentro de nuestros criterios razonables. Todo lo prestado espera una recompensa y una devolución acrecentada. Así hacen los bancos y así entra en nuestras cabezas. Se supone que lo entregado responsabiliza para que se multiplique y aumente.

Y se supone que a quien eliges para que se encargue de lo prestado tenga talentos para producirlos. Nuestro Padre Dios no se equivoca y no exige más de lo que no se puede dar. Tú y yo hemos recibidos unos talentos, los justos y adecuados, para que podamos producirlos. No se nos va a exigir que seamos capitanes cuando nuestra capacidad no llega sino a sargentos, pero sería grave quedarnos en cabos por nuestra desidia, temor o negligencia.

Tendremos que rendir al máximo nuestros talentos, y no debemos tener miedos de no poder hacerlo, porque el Señor sabe de lo que somos capaces, y más de eso no nos exige. Además, contamos con el Espíritu Santo para poder negociar nuestros talentos, y rendir lo que se espera de nosotros. No tengamos miedo como nos decía nuestro querido san Juan Pablo II, y confiemos en la Bondad y Misericordia de nuestro Padre Dios.

¡Señor!, confiamos en Ti y sabemos que lo que hemos recibido no es para que se quede guardado o dormido en nosotros. Sabemos que es para ponerlos en función de los más pobres, de los que dependen de nuestro servicio y amor. Pero también, Padre, nos experimentamos pobres, débiles, necesitados de luz, de fortaleza y voluntad. Y eso te pedimos Señor.

Danos la sabiduría de saber descubrir nuestros talentos, nuestras virtudes y perfeccionarlas con ilusión y esperanza. No para nuestro servicio, sino principalmente para servicio de todos aquellos que las necesitan, sobre todo los pobres. Amén.

domingo, 16 de noviembre de 2014

REZAR PARA ACTUAR



Poner tus talentos a rendir implica riesgos. Riesgos que se derivan de tu propia condición humana y que no están exentos del error o la equivocación. Por lo tanto estás dispuesto tanto al éxito como al fracaso. Ahí se esconden los miedos y las posibles pasividades que nos inducen a esconder o enterrar nuestros talentos.

Parece claro que arriesgarte a ganar o perder hace temblar, y ante el peligro optas por retenerte y guardar lo que tienes. No sólo de tipo económico, sino también intelectual o espiritual. Sin embargo, descubrimos y pensamos que siempre será mejor el riesgo. La vida es riesgo y vivirla supone enfrentarte a ello. Pero aquí está el secreto. La clave es ir bien asesorado y dejarte asesorar.

Eso también tiene sus por qué y sus riesgos. Tal como están las cosas, asesorarse está muy bien, pero la cuestión es. ¿De quién? O, ¿con quién? Y ahí aparece de nuevo el peligro. Para el creyente en Jesús todo queda claro y se simplifica mucho. Ponerse en Manos del Espíritu Santo, bajado del Cielo para asesorarnos, es condición ineludible para emprender el camino de salvación. En Él no tendremos peligro de fracaso. Eso no nos eximirá de sufrir riesgos, incertidumbres, errores, padecimientos y...etc. 

No nos va a ser fácil. El camino no nos será mejor que otros, ni seremos ningunos privilegiados. Sólo tendremos la garantía que el Espíritu Santo velará por nosotros y nos dará la esperanza de enderezarnos, de construir nuestros errores y, levantados y esperanzados, emprender el camino a Casa, confiados en la Bondad, Misericordia y Amor del Buen Padre que nos espera. 

Así nos lo enseña Jesús, el Hijo amado, en la parábola del Padre Bondadoso con el hijo prodigo. No se cansa de esperar y de desear el regreso del hijo. Pidamos al Padre Bueno del Cielo que nos dé la luz de entenderle y de no separarnos nunca de su lado. Amén.

miércoles, 22 de octubre de 2014

EN LA CIMA DE NUESTRA AMBICIÓN



Supongo que es de recibo entender y asumir que todo ser humano aspira a lo más grande. A lo más grande que, según sus capacidades, talentos, ambiciones y empeño, puede alcanzar. Nunca nadie puede pretender ser torero si no tiene cualidades, talento y deseos enormes de ser torero. En muchos habrá ese deseo, pero faltará el talento, y en otros será al revés.

Tendrá que darse juntos para que se puede alcanzar esa meta. Se trata, no sólo de dar lo que se puede, sino también lo que se debe. Porque quién puede debe dar la medida de su poder o capacidades, y esa es la noticia que hoy el Evangelio nos descubre y advierte: «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más». (Lc 12,39-48).

Pidamos al Señor la sabiduría y la luz necesaria para discernir el bien del mal y poner todo nuestros empeño en dar la medida de nuestra capacidad para el bien común. Amén.

sábado, 30 de agosto de 2014

MULTIPLICAR LOS DONES RECIBIDOS



Lo recibido de tu Mano generosa, Señor, no sólo es para mi bien, sino que es también para el bien de los demás. Tú, porque te ha parecido bien, me has nombrado administrados de esos talentos que me has dado, para que los administre en bien de todos y para el bien común. Eso me exige amar, porque sólo amando seré capaz de compartir con los demás.

O también, sólo compartiendo estaré posibilitando la posibilidad de amar. Por eso, Señor, me has dado talentos que me mandas a compartir, o lo que es lo mismo, a amar. Porque sólo teniendo y amando puedo dar y compartir lo que he recibido de tu mano generosa.

No permitas, Señor, eso te pido y te ruego, que deje algún talento, que Tú hayas tenido a bien regalarme, enterrado en la más profundo de mi corazón para provecho propio y de forma egoísta. Dame la sabiduría de abrirme en generosidad hacia todos los demás descubriendo que todo lo recibido viene de Ti y sólo yo soy un simple administrador para que pase en beneficio y bien para los demás.

Perdona mis egoísmos, mis malas intenciones, mis vanidades, mi soberbia y todo lo perverso y egoísta que se fragua en lo profundo de mi corazón. ¡Purifícalo Señor! Y dame la perseverancia de no desfallecer. En tus Manos Señor pongo todo lo que me has dado, y lo poco que yo, también recibido de Ti, puedo darte. ¡Multiplícalo y acreciéntalo Señor por tu Misericordia y Gracia! Amén.

jueves, 30 de enero de 2014

¿EN DÓNDE PONGO MI LUZ, SEÑOR?



Sin darnos cuenta nuestra propia vida permanece escondida y situada debajo del lecho. No se deja ver, no sale a la luz y no transparente su sentir y vivir. No participa, no comenta, no se exhibe ni abre su boca. Simplemente dice, sí o no, o buenos días o noches, que no es poco, pero que quizás puede ser más.

No consiste en vivir la vida que yo quiero sino la que puedo. He de ascender a capitán y no quedarme en sargento si mis posibilidades son esas. No se trata de agobiarme, ni tampoco de exigirme más de lo que puedo, pero uno sabe cuál es su tope y hasta dónde puede llegar. Percibes cuando tu motor está dando todo lo que puede y cuando se desliza suavemente si forzar la máquina.

Dame Señor la sabiduría de saber el máximo de mis posibilidades y ponerlas enteramente a tu servicio. Dame Señor la fortaleza de experimentarme cansado y agotado en el momento del descanso y saborearlo hasta reponer todas mis capacidades y fuerzas para volver a empezar, hasta cuando Tú, mi Señor, decidas y creas.

Haz que mi vida sea luz hasta en el descanso y no deje que ningún rayo se pierda inútilmente entre la suave brisa.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

DESCUBRIR MI VOCACIÓN ES DESCUBRIR MIS TALENTOS



La vocación va muy unida a tus cualidades y talentos. Difícilmente alguien se dedicará a algo que realmente le es muy difícil realizar. Muchas veces hemos oído decir: "Esto no es para mí", o "yo no sirvo para esto". El sentido común nos dice que nos encontramos más a gusto con aquello que se nos da. Así encontramos a mucha gente que, por razones de la vida, se tienen que dedicar a una cosa, pero que luego, como afición, practican aquella para la que se sienten más válido.


Descubrir para lo que estoy llamado, o dicho de otra forma, para lo que valgo, es descubrir los dones y talentos que el Padre Dios me ha regalado. Y ese regalo no es para guardarlo en mi corazón esperando a que me lo pida, sino para entregarlo multiplicado por el esfuerzo, al máximo, que nosotros podamos hacer.

Hoy Jesús nos señala ese camino y nos descubres cual debe ser nuestra respuesta y la que Padre Dios espera de cada uno de nosotros. Nunca debemos enterrar nuestros talentos, ni tampoco usarlos para nuestro provecho propio, pues tenemos que devolvérselos. No nos pertenecen, y por lo tanto tendremos que negociarlo en provecho del bien común. Así los tomará el Señor de buen agrado, y seremos recompensados.

Pidamos con fe y confianza esa Gracia, para que nuestra vida sea entregada en disponibilidad y trabajo en bien de todos los hombres. No somos dueños de nuestros talentos, sino administradores para el bien común.