Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 9 de septiembre de 2019

LA LEY NO ESTÁ PARA PERMITIR EL MAL

Resultado de imagen de Lc 6,6-11
Creo que está claro que la ley no puede permitir que se haga el mal contra la persona humana. Cuando hablamos de derechos queremos expresar que el bien está por encima del mal y que el hombre y la mujer no pueden estar sometidos al imperio de la ley, y menos a una ley que mira para la economía como algo más valioso que la persona humana. 

Todo está medido por el valor dinero y, por supuesto, poder. De modo que una persona que sea improductiva por enfermedad o por vejez es tomada como una carga y como un desecho. Y si no es así, porque la búsqueda de establecer la ley de la eutanasia. Una ley que se esconde en la mentira de evitar el dolor y el sufrimiento cuando lo que debe buscar es aliviarlo. Sobre todo con los adelantos y medios que hoy en día hay. Son leyes que esconde mentiras que van contra la vida del hombre.

Hoy, el Evangelio plantea ese problema que el hombre trata de ocultar y esconder. La ley nunca puede estar para perjudicar al hombre ni para hacerle ningún mal. Él es la criatura por excelencia que Dios ha creado y a la que quiera salvar del pecado. La prueba es que ha enviado a su Hijo para, entregándose a una muerte de Cruz, darnos la oportunidad de salvarnos. Y eso, un hijo agradecido debe reconocerlo y darle gracias. Una Gracia que nunca podremos pagar, porque su Amor es Infinito y nuestros actos y obras finitas. 

Por lo tanto, demos gracias a nuestro Padre Dios por tanta Gracia y tanto Amor Misericordioso. Demos gracias porque ha venido a enseñarnos como debemos actuar y cual debe ser nuestra actitud ante los demás. Es decir, buscar siempre el bien por encima de todo lo demás, incluso la economía. Tratemos de despertar y de abrirnos a la acción del Espíritu Santo pidiéndole que nos transforme nuestros corazones en unos corazones como el de Jesús capaces de hacer el bien por encima de la ley. Amén.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

UN MUNDO EN COMPETENCIA

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Todo gira a nuestro derredor en relación a la economía. Una economía que establece competitividad y lucha, y se lleva el gato al agua el más fuerte o el que gana más. El poder está en el que tiene más dinero. Y el dios es don dinero. Por lo tanto, utilizamos todo nuestro esfuerzo en ganar dinero y ser más fuerte que el de al lado. Así, la competencia es excluyente y va dejando a los más débiles en el camino. Se produce una fábrica de marginados y pobres que se van quedando sometidos o sin nada.

Vales lo que tienes, y si no tienes nada vales poco. Estás, pues, llamado a ser un pobre a merced del rico y poderoso. Pero, lo peor es que tanto el rico como el pobre trabajan esforzadamente para sí sin percibir el drama del otro. Creamos un mundo de marginación e indiferencia. Los talentos o cualidades - minas- que nos han dejado las hemos robado para nuestro provecho propio. ¿Qué hemos hecho?

Se nos pedirá cuenta y tendremos que dar los resultados. Quizás sean muchos frutos, pero no importa tanto la cantidad sino la cualidad. ¿Cómo los hemos conseguido? Entenderemos que si no los hemos empeñado según la Voluntad de Dios, y que los hemos utilizado en provecho propio, mal asunto. Se nos habían dejado  en administración para ponerlos al servicio de los más necesitados.

Eso fue lo que hizo Jesús a su paso por este mundo. Se puso al lado de los excluidos, de los marginados, de los despreciados, de los enfermos y, desde ahí, transmitió al mundo un mensaje de solidaridad, de fraternidad y de verdad, justicia e igualdad y, sobre todo, amor. Un mensaje donde la dignidad de la persona es lo primero por ser, precisamente, hija de Dios. Y todo lo demás en función de ella.

No prima la economía ni el dinero antes que la persona. Por el hecho de ser persona todo tiene que estar supeditado a su bien, es decir, la salud, la educación, la vivienda, el trabajo...etc. Para, como le corresponde, tener una vida digna y justa. Pidamos que seamos capaces, con nuestros talentos y cualidades,  ir construyendo un nuevo orden en nuestros pueblos para que lo primero sea la persona humana según la Voluntad de Dios. Amén.