Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 29 de abril de 2021

UNA RELACIÓN DE HUMILDAD

 

No es fácil ser sencillo y humilde. Quienes no reciben esa virtud o don de la sencillez y humildad les cuesta mucho doblegarse y abajarse. Por el contrario, están muy inclinados a la suficiencia, a la arrogancia y prepotencia. Y, posiblemente, estarán muy lejos de Dios. Porque, Dios es la esencia de la humildad. Se hizo hombre y vino a este mundo de la forma más humilde posible. Sin bombos ni platillos; en silencio y sin ruidos, y de forma sencilla y humilde. Su nacimiento y la situación de como se produce dejan fuera de lugar toda duda.

Podemos preguntarnos, ¿por qué quiso nacer Dios, encarnado en Naturaleza humana, de esa forma? Está claro que eligió la sencillez y la humildad, y, así, quiere que seamos todos sus hijos. Por eso ha revelado y revela su Amor y su presencia a los humildes y sencillos. Y, dicho de otra forma, la única manera de relacionarnos con Él y que nuestra oración llegue a su corazón es haciéndola y revistiéndola de verdadera y sincera sencillez y humildad.

Está claro, Señor, queremos hoy pedirte que nos transforme nuestros corazones endurecidos, soberbios y prepotentes en unos corazones humildes y sencillos. Capaces de escuchar tu Palabra y, humildemente, llevara a la vivencia de cada día de nuestra vida. Revélanos el conocimiento de tu Padre y su Amor Infinito, y danos la capacidad de perseverar en tu conocimiento, estando siempre activos y atentos a la escucha de tu Palabra.

Haz, Señor, que nuestra relación de cada día contigo sea cada vez más íntima, más confiada, más abierta y verdadera, de la misma forma que lo haces Tú con el Padre. Y el Padre Contigo. Amén.

jueves, 15 de octubre de 2020

NECESIDAD DE ABAJARSE HASTA LA HUMIDAD

 

No es fácil abajarse. Esa experiencia nos puede dar lo valioso de la humildad y humillación de María: "Hágase en mí tu Voluntad según tu Palabra" - Lc 1, 23-38 - y, también, una referencia y ejemplo. Abajarse es precisamente lo que significa ser humilde. Es despojarse de todo aquello que te amenaza con hacerte sentir mejor y más importante que el otro. Es derrumbar en ti esos méritos - solo por ti concedidos - que te hacen sentirte superior al más pobre, sencillo y humilde por carecer de todo. Necesitas y necesitamos abajarnos y experimentar ese sentimiento de pobreza y humildad.

La humildad exige un corazón sencillo capaz de ser pobre y no mirarse superior a nadie, incluso a los más pequeños. La humildad es la virtud de renuncia a todo aquello que te engrandece, que te tienta en alabanzas y glorias provocándote lisonjas y admiración. ¿Acaso has hecho algo por ti mismo? ¿No se te ha dado la oportunidad de ir a la Viña y se te ha regalado hasta los dones, talentos o cualidades que tienes? Luego, ¿a qué vienen esas alabanzas y admiraciones?

Ser humilde y sencillo es la puerta que te abre el encuentro con tu Padre Dios. Por eso, desde hijos necesitados y sencillos, queremos pedirte ese deseo de encontrarnos contigo. Te suplicamos que transformes nuestros corazones humanos, heridos por el pecado de vanidad, de soberbia, de avaricia y de ambición de grandeza en unos corazones pobres, sencillos y humildes capaces de reconocer sus pecados y experimentar la pobreza de, sin merecerlo, sentirnos amados por nuestro Padre Dios.

Gracias Padre, porque solo siendo pequeño puedo entender y recibir tu Palabra y tu Buena Noticia de Salvación. Amén.

viernes, 31 de julio de 2020

DAME, SEÑOR, LA GRACIA DE ABRIRME A TU HUMILDE PRESENCIA

Mateo 13, 54-58 | Evangelio del dia, Quien es jesus y Hermanas
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Cuando experimentamos la impotencia y la pobreza ante el poder establecido, que proclama la fuerza y el poder del prestigio, de la ley y del gobierno sobre los demás, pensamos que el Mesías esperado, desde la promesa mesiánica, viene auspiciado por la fuerza y el poder de Dios para liberar al pueblo elegido de toda imposición y esclavitud.

Sin embargo, ocurre todo lo contrario, Jesús, el Mesías prometido, viene a nosotros en la más absoluta pobreza y humildad. Nace humildemente en un abandonado establo, y en un acondicionado e imprevisto  pesebre en Belén y sin ningún tipo de publicidad, de presentación ni escándalo. Asume sus circunstancias y su situación, cumpliendo así todo lo profetizado por los profetas. 

Todo esto establece que los que le esperaban no le aceptan, pues sus esperanzas no les coincidía con lo que veían y esperaban. De esta forma les cuesta mucho entender a ese Jesús que se les presenta en su propia ciudad como el Mesías prometido. No llegan a comprender nada, pues ellos tenían otra esperanza e imagen de ese Mesías prometido. 

Y, nosotros, Señor, queremos pedirte ahora que nos des esa sabiduría y, sobre todo humildad, para aceptarte tal y como te nos has presentado. Sí, Señor, te aceptamos pobre, sencillo y humilde para, abierto a tu Palabra, transformar ese nuestro corazón soberbio, suficiente, vanidoso y egoísta en un corazón manso y misericordioso. Danos, Señor, la inteligencia de comprender que solo el amor es bueno y bondadoso y se da gratuitamente y libremente por sí mismo, es decir, por verdadero amor. Amén.

miércoles, 29 de abril de 2020

LA NECESIDAD DE ABAJARSE

Miradas al cielo: '' MI YUGO ES SUAVE Y MI CARGA LIGERA ''
No puedes buscar a Dios en las alturas de este mundo soberbio, poderoso y engreído, porque, Dios no se encuentra ahí. Ha venido a este mundo, pero, siendo de condición divina - Dios - no codició el ser igual a Dios sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo - Flp 2, 5-7. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre.

Dios está en los hombres, pero en los hombres humildes, sencillos y, aún siendo ricos, en lo hombres capaces de despojarse de ellos mismos, para servir y amar a los demás. Dios es Amor, pero un amor comprometido hasta el punto de darse hasta el extremo. Ese es el punto a partir del que debemos reflexionar, porque, si queremos buscar a Jesús y seguirle, tendremos que buscarlo entre los humildes, los marginados y lo más pobres. Y eso no es nada fácil.

Abajarse de tu condición humana resulta muy duro y difícil de realizar. Presentarte ante los demás con verdadera humildad es contradictorio con tu propia naturaleza humana. Nos queda muy claro que a nuestra condición humana esa bajura le resulta muy difícil o casi imposible. Eso nos descubre que necesitamos la ayuda del Espíritu Santo, que para eso lo hemos recibido en nuestro bautismo.

 Por eso, Señor, te pedimos que vengas a nosotros y abras nuestro corazón, aún sin permiso nuestro, y nos lo cambies para que sea como el Tuyo. Un corazón capaz de amar con verdadera humildad, sencillez y pobreza. Pon, Señor, tu Mano en nuestros corazones y transfórmanos, porque, esa es nuestra débil voluntad, la de ser como Tú y amar como Tú nos amas. Amén.

domingo, 27 de octubre de 2019

LA HUMILDAD NOS ACERCA A DIOS

Resultado de imagen de Lc 18,9-14
Todos, por experiencia, sabemos que la humildad es una virtud que nos honra y nos hace mejores y buenos. Por el contrario, la arrogancia, la suficiencia y la soberbia no caen bien y nos separan de los demás. Todos hemos experimentado que aquellas personas arrogantes nos resultan antipáticas y nada agradables. Y si la humildad, sencillez y el servicio a los demás nos acercan a Dios, la arrogancia, la suficiencia y la soberbia nos alejan de Dios.

Pidamos al Señor la virtud de ser sencillos y humildes, y estar siempre disponibles a servir. Y, también, de nunca considerarnos mejor que otros y, menos, exaltarnos ante los demás, porque, a fin de cuenta todos nos ha sido dado gratuitamente para ponerlo, de la misma forma, en función y provecho de los demás.

Pidamos reconocernos pecadores, porque nuestra naturaleza está limitada y es débil, frágil y sometida al pecado. Tengamos, pues, la necesaria humildad para levantarnos, como hizo aquel hijo pródigo abatido por la desobediencia y el pecado contra su Padre, y emprender el camino de regreso a la Casa del Padre. Un Padre bueno y misericordioso, que nos espera con los brazos abiertos y nos perdona en lugar de reprocharnos. Y nos devuelve la dignidad, perdida por el pecado, de hijos de Dios. Un Padre que hace una fiesta para celebrar nuestro arrepentimiento y dolor y nuestro regreso. 

Demos también gracias a Dios por todos los dones recibidos y pidámosle la fortaleza y generosidad de ponerlos gratuitamente al servicio de los más necesitados. Amén. 

miércoles, 17 de julio de 2019

¡DAME, SEÑOR, UN CORAZÓN SENCILLO!

Resultado de imagen de Mt 11,25-27
Sé, Señor, y recuerdo que te lo he pedido muchas veces. Y no es que esté cansado ni que sienta vergüenza de insistir y volver a pedírtelo, sino que experimento una sensación de fracaso y decepción al no esforzarme y poner en práctica tu Palabra y tus mandatos. Sé también, casualmente esta tarde leyendo la historia de un personaje me ha quedado claro, que todo depende de Ti y mi papel es sólo seguirte y abandonarme en tus Manos, pero, lo cierto es que no te sigo. Te pido y luego yo hago otra cosa según mis gustos y las inclinaciones de mi soberbia.

Seguro que Tú, Señor, me has brindado muchas posibilidades de mostrarme para poder mostrarme humilde, pero yo posiblemente las he rechazado, y, peor, dándome cuenta no me he corregido. Quizás me creo que soy mejor que otros, o que con pedirlo me basta. Sé, Señor, que Tú lo puedes todo y sólo con tus Fuerzas puedo lograrlo, pero necesitas mi disponibilidad y mi consentimiento. Y, quizás, sea eso lo que te niego sin darme cuenta. Te pido humildad, pero, cuando llega el momento me resisto a dejar humillar.

Y lo entiendo, Señor, porque sólo de esa manera queda claro que mi corazón lo está pidiendo de verdad y con verdadera fe. Confiado y abandonado a tu Poder. Porque, la fe se muestra verdadera cuando la vida se hace vida, valga la redundancia, respondiendo con coherencia según tu Palabra. Y, ahora, Señor, quiero decirte que, contando, por supuesto, con tu Gracia, voy a esforzarme en tratar de ser humilde y asumir mis humillaciones y soberbia poniéndola en tus Manos.

Sin embargo, Señor, no puedo dejar de suplicarte que me ayudes en esos momentos donde tengo que humillarme y aceptar mis pecados. Amén.

lunes, 29 de abril de 2019

CARACTERÍSTICAS DE JESÚS

Resultado de imagen de Mt 11,25-30
Si te fijas en Jesús descubres que es humilde y sencillo. Un Personaje tan famoso, tan persuasivo con la autoridad, sencilla y humilde, que desprende sus Palabras y con la facilidad que arrastra y atrae a todos los que le escuchan. Un Personaje que no pasa desapercibido y que por donde quiera que vaya llama la atención por su Verdad y por su forma de obrar y de proclamar el bien.

Todos le aclaman y le buscan. Sus obras dejan admirados a todos y su estilo de Vida deja una huella imborrable en el corazón del que le escucha y se abre a su Palabra. Indudablemente, es el Camino, la Verdad y la Vida y todo en Él invita a imitarle, a seguirle.

Su Vida es un ejemplo y un testimonio de agradecimiento al Padre. Su Vida derrocha humildad, sencillez y es un fiel reflejo de todo lo que predica y nos invita a vivir. Es la máxima expresión de la humildad, pues siendo el Señor, nace en una familia humilde y en la discreción máxima de un pesebre en Belén. Son, precisamente, los pastores, los más bajos y casi excluidos de aquella época y sociedad, los que reciben el anuncio. Y sucede así porque otros, suficientes, ricos, poderosos y auto suficientes no se lo creen.

Y, ahora, Resucitado no hace alarde de triunfalismo sino, en el mayor de los silencios, se aparece a los suyos, a los que le esperan y, animándolos y fortaleciéndolos, le invita a proclamar esa Resurrección como esperanza de Salvación para todos los que decidan creer en Él. No les hace ningún alarde de poder ni de fuerza. Ni tampoco les capacita con poder y fuerza para imponerse y obligar. Simplemente, les da el poder de perdonar, amar y hacer el bien a todos los que crean el Él.

Sin lugar a duda, es la Persona que a toda persona de bien, valga la redundancia, nos gustaría imitar. Y eso te pedimos, Señor, la luz, la fortaleza, la Gracia de poder ser cada día más parecido a Ti. Danos, Señor, sabiduría, fortaleza y paz para poder imitarte cada día de nuestra vida y proclamar que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

viernes, 3 de agosto de 2018

ABRE NUESTRO CORAZÓN, SEÑOR, A LA VERDAD

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Tengo que confesar que me cuesta aceptar la palabra de otro. Mejor, según sea el otro. Mi corazón se endurece cuando me habla alguien sencillo que, incluso estimo menos que yo, o, como le ocurrió a Jesús, le conozco y no noto en él nada notable ni destacado. Al contrario, le veo muy sencillo e incapaz de decir nada notable o que llame la atención.

Y lo confieso públicamente, porque siempre será mejor que ocultarlo. Porque, también públicamente pido perdón y ruego al Espíritu Santo que transforme ese forma de pensar y de actuar al respecto. Porque, supongo que yo podría ser uno de esos que también hubiesen rechazado al Señor en aquel momento de su tiempo por este mundo. 

Por eso, consciente de mi pecado y arrepentido de ello le pido al Señor que me dé la paciencia, la humildad y la sabiduría de prestar atención a cualquier persona que quiera ser escuchada y razonablemente exponga su criterio o su verdad. Porque, el Espíritu Santo sopla donde quiera y según quiera. Y que abra mi corazón a la verdad que Él quiera revelarme a través de cualquier persona, acontecimiento o acción.

Aprovechemos este espacio para, unidos como el Señor quiere, pedir para abrirnos a la acción del Espíritu y, en la humildad y sencillez de nuestros corazones, reconocer que la verdad puede llegarnos por cualquier persona, como así ha sucedido a lo largo del plan de salvación que nuestro Padre Dios ha pensando y ha realizado a lo largo de toda la historia de salvación.

Luego, dispón, Señor, de nosotros y de nuestra libertad y voluntad para darnos a conocer tu Palabra y tu buena Noticia de salvación. Amén.

miércoles, 18 de julio de 2018

LA PUERTA DE LA SABIDURÍA ES LA HUMILDAD

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El hombre se pierde cuando se aleja de Dios. Todos sus conocimientos, que le asombra y, aparentemente, le hace grande, no le llena plenamente de esa felicidad que busca y esa vida que se le escapa. Porque, al final todo se desvanece con la muerte con la que el hombre no ha podido vencer. La muerte le amenaza diariamente y le descubre que todos sus afanes son limitados y no sirven para mucho.

Ante esta reflexión, el hombre tiene dos opciones, o darse cuenta de su pequeñez y abajarse con humildad, o creerse grande, poderoso y comer de la manzana como sucedió con Adán y Eva. Eso le llena de soberbia y de falsas aspiraciones que le alejan de Dios y cierran las puertas de su corazón impidiendo que entre la Palabra de Dios.

Sólo con humildad, experimentándose pequeño, necesitado e incapaz de salvarse por sí mismo, el hombre aspira a ser iluminado por la Gracia del Padre, que le ama profundamente, para revelarle la buena Noticia de salvación. Para, descubrirle el camino de felicidad que el hombre busca y persigue con todas sus fuerza. Sí, demos glorias y alabanzas al Señor por tanta Gracia y Sabiduría. Una Sabiduría que no la da el mundo, sino que viene de arriba enviada por el Amor del Padre que nos quiere y nos salva.

Por todo ello, pidamos hoy con humildad al Padre que transforme nuestro corazón endurecido, orgulloso y soberbio en un corazón contrito, arrepentido, humilde, transparente y lleno de sabiduría para aceptar con sumisión, voluntad y libertad su Palabra. Palabra que nos perfecciona, nos hace mejores, nos llena de felicidad y de plenitud eterna. Amén.

jueves, 29 de marzo de 2018

NO SÓLO NOS LO HA DICHO CON PALABRAS, SINO TAMBIÉN CON HECHOS

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El lavatorio de los pies es una lección práctica ejemplar y muy clara. Si quiere seguir a Jesús y amar como Él nos ama, ahí tienes el método o el secreto, por decirlo de alguna manera. No hay otro camino; sobran las palabras; manda el corazón y la acción que ordena el corazón. El amor se concreta en el cumplimiento de la palabra. Y la Palabra exige abajarse, empequeñecerse y servir al más pobre y humilde.

El diálogo de Pedro con Jesús lo descubre todo: "sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a sacárselos con la toalla con que estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?» Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.» Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.» Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.»"

¿Te recuerda a alguien? Quizás muchos de nosotros nos hemos encontrado y, posiblemente estemos todavía, en esa actitud. ¿Tú, Señor, lavarme los pies a mí? Y lo estamos porque todavía no hemos entendido bien lo que nos dice y nos transmite el Señor. Estamos en camino y, quizás, no hemos llegado a ese punto de entregarnos al servicio integro por amor. Pero, no por eso debemos desesperar. Por su Gracia estamos todavía vivos y en camino. 

Tratemos pues de pedírselo y de abrirnos a su Gracia para, recibiéndola, seamos capaces de abajarnos y de servir a los más humildes y pobres. Esa es la forma en la que Jesús nos ama y, por lo tanto, nos perdona. Dejémonos amar por el Señor y pidámosle que nos dé la fuerza, la sabiduría y, sobre todo la humildad de hacernos pequeños y, llenos de humildad, transformar nuestro corazón de piedra y soberbio en un corazón de carne, humilde y manos como el Señor. Amén.

martes, 5 de diciembre de 2017

EL IDIOMA QUE NOS LLEVA A JESÚS ES LA HUMILDAD

No se puede hablar con Jesús en actitud arrogante, suficiente y pidiéndole explicaciones. Mírate y reconoce todo lo que se te ha dado, empezando por la vida. Y la gran oportunidad de aprovechar esa vida para alcanzar su Misericordia y la salvación eterna. No, no podrás hablar con Dios desde esa actitud soberbia y de sabio. Tus palabras no llegarán a Él, y aunque esperará a que te des cuenta, el tiempo corre y la vida se te puede ir en cualquier momento.

No desaproveches la oportunidad de aprender ese idioma que Jesús escucha muy atentamente. Son palabras de humildad y de reconocimiento. Palabras que te ayuda a verte tal y como eres, pequeño y necesitado de verdadero amor que transforma. Y ese único amor sólo lo encontrarás en Jesús. Él, a pesar de tu soberbia, de tu suficiencia, de tu incredulidad, de tu sabiduría, te espera pacientemente. Porque, su amor es tan grande, que esperará hasta el último momento de tu vida.

Por eso, Padre del Cielo, te damos gracias por la vida de este mundo y por la oportunidad de poder aprovecharlo para, siendo pequeños y humildes, recibir tu revelación a través de tu Hijo Jesús, hecho Hombre, que nos señala el Camino, la Verdad y la Vida.

Sabemos que en algunos o muchos momentos tendremos que sufrir y pasarlo mal. Muchas veces por nuestros propios pecados y desobediencias; por nuestras pasiones, egoísmos y placeres, que nos enfrentan y nos esclavizan cegando nuestros ojos a la realidad. Pero, también sabemos que podemos salir de ahí y aceptar nuestros pecados, reconociéndonos humildes y pequeños, y aceptando todo lo que de mal hemos hecho.

Vivir en esa esperanza de sabernos tus hijos y de que llegará un día que nos llevarás a Ti, nos mantiene vivos, fortalecidos y con alegría. Por eso, te damos la Gracia, Señor, por todo lo que nos has dado y te pedimos que nos des un corazón más humilde cada día, experimentándose pequeño y necesitado de tu Amor. Amén.

domingo, 9 de julio de 2017

SEÑOR, QUIERO SER MANSO Y HUMILDE

El Señor nos ha dicho que pidamos, y, también, que insistamos. Quizás, lo que más debemos insistir es en pedirle que nos dé un corazón manso y humilde. Porque un corazón así es imprescindible para poder abrir la puerta del Cielo. Posiblemente, y no digo que no se pidan, gastemos nuestras plegarias de petición en nuestras necesidades, enfermedades y problemas que necesitamos. Estamos en este mundo y necesitamos muchas cosas, pero lo principal es ser manso y humilde.

Miremos a nuestra Madre, la Virgen, ella lo primero que descubre lo canta exultante en su Magnificat: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava... Y por eso es la elegida y ha alcanzado Gracia delante del Señor. Ella está llena de Gracia, porque es mansa y humilde.

Sí, Señor, Tú has querido revelar estas cosas recibidas de tu Padre a la gente sencilla y humilde. Danos esa condición y ese corazón humilde y sencillo que nos ayude a recibir la luz de tu Palabra. Despójanos de esa soberbia y arrogancia de creernos mejores y más sabios que los demás. Porque, la sabiduría no está en el saber y conocer, sino en abrirnos a la única y verdadera Luz que nos salva.

¿De qué te vale ganar, saber y conseguir el mundo, si pierdes lo más y único grande, la Vida Eterna? Al final tu saber de nada te sirve, porque has perdido la Vida Eterna. Esa debe ser nuestra meta y nuestra constante e insistente petición de cada día: "Danos, Señor, un corazón manso y humilde como el de tu Madre, María". Un corazón que nos abra a la Palabra del Señor, que nos alienta, que nos indica el camino, que nos anima a ser de los últimos, de los que se quedan para servir y hacer el bien para los demás.

En esa esperanza y actitud, te pedimos, Señor, que nos transforme nuestros corazones soberbios y vanidosos en corazones manos y humildes, que encuentren en Ti ese descanso que, erróneamente, buscan en las cosas del mundo. Amén.

domingo, 9 de abril de 2017

UNA ACOGIDA TRIUNFAL, PERO HUMILDE

Jesús no se deja embaucar ni seducir por la algarabía y los clamores triunfales. Le vitorean y aclaman y le proclaman el enviado en nombre del Señor, pero Jesús no se pronuncia ni se vanagloria. Se presenta sumido en la humildad y dispuesto a proclamar el Evangelio para el que su Padre le ha enviado.. Sabe las dificultades que le esperan y el rechazo de los hombres, que piensan en otro mesías tal y como ellos se lo imaginan.

Y yo, Señor. ¿qué Mesías tengo en mi cabeza? Y yo, Señor, ¿qué Mesías quiero imaginarme? Y yo, Señor, ¿qué Mesías espero y deseo? Posiblemente, de estar ahí, quizás, te hubiese rechazado, y quiero agradecerte, Señor, que eso no ha ocurrido, porque estoy aquí. Gracias por conocerte en este momento de la vida, mi vida, y creer en Ti. Gracias, Señor, por la fe y la esperanza.

Porque muchos amigos, familiares y conocidos no creen, Señor. Porque sabiendo y recibiendo lo mismo que he conocido y recibido yo, no creen. Te han rechazado y condenado. Y eso, perplejo y asombrado, lo experimento y lo valoro. Porque siendo peor que ellos, me has dado la fe de creer en Ti, y de acercarme a Ti. Y de experimentar mis debilidades, mis fracasos, mis errores y pecados. Y quiero, a pesar de mis caídas seguirte y estar siempre en tu presencia y contigo.

Yo no quiero imaginarme un Mesías, sino aceptar al Mesías que Tú me descubres y me presentas. Yo no quiero plantearte preguntas y exigencias, sino obedecerte y seguirte, tal y como Tú me indicas y me señalas. Porque Tú eres un Mesías bueno, justo y en verdad, y tu Palabra es Palabra de Vida Eterna. Y vienes enviado por tu Padre para salvarnos del pecado y la esclavitud.

Por eso, Señor, hoy, domingo de Ramos, esperanzado en lo que se avecina y en tu Resurrección pasada la Pascua de tu Pasión, quiero darte gracias y abrir mi corazón a tu Palabra. Amén.

viernes, 24 de marzo de 2017

SOLO SIENDO PEQUEÑO SEREMOS SALVADOS


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


La experiencia nos va diciendo que son los pequeños los que alcanza la salvación. Los grandes y poderosos se hunden y terminan ahogados por las olas descontroladas de las ambiciones de este mundo absurdo que los hombres vamos fabricando y destruyendo.Y por pequeño entendemos aquellos que saben compartir, poner su confianza en Dios y saber que todo está en sus Manos. 

Esa es la verdadera medida de nuestra altura, la de la humildad y el servicio. Porque, siendo así todo lo demás pierde valor y se utiliza fraternalmente para bien de todos. Y eso, sólo se puede hacer cuando somos consciente de lo que realmente somos, valga la redundancia. Es decir, lo primero es el Amor a Dios, y lo segundo, muy unido y superpuesto, el amor al prójimo. Porque amar a Dios se confunde con el amor al prójimo. Ambos se descubren mutuamente, pues si amas al prójimo está amando a Dios, y viceversa.

Experimentamos que nos es imposible amar con ese Amor con el que nos ama Dios. Nos es imposible, porque nuestro corazón está contaminado, herido de egoísmo e imposible de controlarse. Necesitamos, luego, volvernos a Dios y rogarle porque nuestro corazón se transforme, por su Gracia, en un corazón capaz de amar como nos Ama Él. 

Por eso, Él es lo primero, y quienes no lo descubramos estamos equivocados y perdidos. Es necesario redescubrir nuestro amor a Dios sobre todas las cosas, porque a partir de ahí todo lo demás irá cambiando en nosotros. Un amor que nos transforma y nos va perfeccionando. Un amor que nos lleva a crucificarnos también nosotros por los demás como Él lo hizo por nosotros. Un amor que sin Él no seremos capaces de lograrlo.

Y cuando queremos amar así estamos en el buen camino. Porque eso nos acerca al Reino de Dios. Son las palabras que Jesús responde a aquel maestro: «No estás lejos del Reino de Dios» Tampoco nosotros si nos empeñamos en, agarrados e injertados en Él, pedirle sin desfallecer que nos enseñe a amar.

miércoles, 1 de marzo de 2017

CONTRA NOSOTROS MISMOS

No es fácil mantenerse en el anonimato. Nada fácil, porque nuestra naturaleza está salpicada de vanidad y presunción. Y, a pesar de una aparente humildad, todos queremos y necesitamos ser halagados y reconocidos. Sólo nos hace falta mirar a nuestro derredor para ver todos los honores y reconocimientos que hacemos. El artista sin los aplausos no puede continuar su trabajo. Los necesita para sostener su ilusión y su constancia. Esa es nuestra esencia pecadora. Estamos revestidos de pecados y nuestra limpieza no depende de nosotros sino de la Misericordia de Dios.

Por eso, no podemos ir solos, sino de la Mano del Señor. Necesitamos su Gracia para, por su Misericordia, resistir todos los embates de nuestra soberbia, vanidad, ambición, egoísmo...ect., e irlos convirtiendo en humildad, generosidad, servicio, discrección, caridad y, sobre todo, amor. Un amor que se despoja de sus honores y halagos, para, en el silencio y lo oculto, servir humildemente sin ser advertido. O lo que es lo mismo, sin ser recompensado. Porque todo lo esperamos de Dios.

Eso no significa que tengamos que actuar a escondida, pero sí que nuestro corazón no busque su premio en este mundo, sino que descanse su buen obrar en el Señor. Por todo ello, consciente de que nos es imposible vencernos a nosotros mismos, te pedimos, Padre, que nos fortalezca y nos des la luz, la voluntad y la sabiduría de saber, pacientemente, vencernos, corregirnos y llenarnos de humildad y sencillez.

Nuestras vidas están llenas de peligros, de circunstancias en las que salen al primer plano nuestros egoísmos, nuestras vanidades y soberbias. Queremos siempre destacar y estar en los primeros puestos. Queremos siempre que se nos reconozca nuestra labor. ¡Qué ejemplo eres tú, María, que siendo la elegida para ser la Madre de Dios has guardado todo en tu corazón humilde, sin mostrarte ni llenarte de vanidad ni de altanería.

Danos, Señor, la Gracia de saber sostenernos humildemente y no vanagloriarnos de nuestras buenas obras, que son obras del Espíritu Santo que nos asiste y nos da lo necesario para poder actuar así. Amén.

martes, 29 de noviembre de 2016

SABIDURÍA MANIFESTADA EN LA VIDA

Las cosas cuando son sencillas se producen de forma natural y sin estruendo ni alharacas. La sencillez brota de la humildad y la humildad está siempre abierta a la verdad. Es por eso que la sabiduría, la verdadera sabiduría que se proclama, no sólo con la palabra sino también con la vida, está alejada de los sabios y entendidos que creen saberlo todo y no tener de quien aprender.

La humildad nos une y nos anima a aprender los uno de los otros. No sólo de los sabios y doctores, sino también de aquellos que humildemente vivencia su fe en las circunstancias más humildes y sencillas. Porque la verdad reluce y brilla, no cuando se proclama, sino cuando se vive. De ahí nace la verdadera y única autoridad. La autoridad de Jesús, el Señor, que hace lo que dice, y dice lo que hace.

Por eso, Señor, Tú tienes Palabra de Vida Eterna y a Ti recurrimos todos los que, humildes y pequeños, nos reconocemos hijos del Padre que Tú nos revelas y nos descubres. Abrimos nuestros humildes corazones para que nos lo llenes de sabiduría y Gracia en el Espíritu Santo. No para satisfacción y vanidad nuestra, sino para darla y compartirla gratuitamente, tal y como la hemos recibido, con los demás. Porque no somos mejores que los otros, ni tampoco peores. Somos sencillamente tus hijos.

Danos, pues, Señor, la sabiduría de sabernos hermanos y en servicio los unos de los otros. Danos la fortaleza de poder vencer nuestra soberbia, nuestro engreimiento de creernos superiores a otros y de reconocernos iguales. Con más o menos talentos, pero recibidos para compartirlos en servicio y caridad.

Te damos gracias, Señor, porque te alegras y llenas de gozo en el Espíritu Santo por la Voluntad del Padre de revelar sus misterios a los pobres, pequeños y humildes. Ahí queremos estar también nosotros, en ese grupo de tus elegidos. Danos esa fortaleza y sabiduría para perseverar y reconocernos simplemente pequeños y humildes siervos del Padre. Amén.

sábado, 15 de octubre de 2016

LLENA, SEÑOR, MI CORAZÓN DE SENCILLEZ Y HUMILDAD


Necesito un corazón sencillo y humilde para acercarme a Ti, Señor. Porque sin humildad no puedo verte ni escucharte, y menos llenarme de tu Gracia. Porque son tus Palabras las que me descubren que sólo a los sencillos y humildes les es revelado el Reino de Dios.

Y hoy, Señor, te pido esa Gracia con todo mi corazón. Inunda como un torrente mi corazón de sencillez y humildad, como tu Madre María, la Virgen y nuestra Señora. Y, siendo sencilla y humilde como ella, abre mi corazón a la Gracia de tu Palabra.

Dame, Señor, paz, fortaleza y sabiduría, para en contra de las propuestas de este mundo alcanzar la Gracia de ser solamente Tuya, y servirte en el servicio a los demás. Dame la sabiduría de poner en mi corazón tus Palabras y de proclamar tu Amor a todos los hombres, descubriéndoles que sólo en Ti encontraran el verdadero Tesoro que buscan y que les llena de paz y amor.

Porque, Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida, que nos acoge misericordiosamente, perdonándonos nuestros pecados y dándonos la salvación. ¿A quién iremos y en quién encontraremos el descanso, la paz y la Misericordia que nos salva? Amén.

sábado, 1 de octubre de 2016

EXULTANTE DE ALEGRÍA



Es para no parar de saltar y sonreír a cada instante. Saberse hijo de Dios e inscrito en el libro del Cielo es descubrirse salvado y dichoso eternamente. Es posible que la travesía que nos queda en este mundo sea penosa, a veces triste y desconcertante, pero, como Job, descubriremos el verdadero rostro de Dios y su Bondad, Generosidad y Misericordia al final de nuestro camino. Y eso es lo verdaderamente importante.

Y esa debe ser nuestra alegría y gozo. Exultar de alabanzas y cantos de alegría al Señor por tenernos un lugar preparado en el Cielo. Y rogarle que nos dé un corazón tierno, suave, bueno, humilde, sencillo, comprensivo y de niño para obedecerle y necesitarle como un Padre que nos protege y nos salva por amor.

Te damos gracias, Señor, por tanta dicha que, aunque no la experimentemos, la deseamos y la buscamos en Ti. Porque confiamos en tu Palabra y en tu Misericordia, a pesar de nuestros pecados, de no sentirte,  no experimentarte y de nuestras insensibilidad humana.

Pero, te damos gracias, Señor. Sí, te damos gracias y te ofrecemos nuestro empeño y voluntad para que Tú, como buen alfarero, nos modele y nos transforme. Nos abra los ojos y nos descubras tu presencia. Amén.

domingo, 28 de agosto de 2016

SIEMPRE EN ACTITUD HUMILDE



Revestidos de humildad es el vestido que siempre debemos llevar puesto. Y digo revestido, porque nuestro corazón está manchado por el pecado de la soberbia y el orgullo. Somos mejores que los demás y estamos en constante competencia. Por eso, debemos esforzarnos en cada momento, por y con la Gracia de Dios, estar revestido de la humildad y la misericordia para ocupar los últimos puestos y no los primeros.

Porque Jesús nos dice: "todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado". Y fue precisamente eso lo que hizo Jesús durante su vida aquí en la tierra. Se despojó de su Divinidad para revestirse de naturaleza humana e igualarse con nosotros menos en el pecado. El creyente en Jesús tiene que ser un hombre humilde y en actitud de servicio. No hay otra forma ni otro camino.

Sabemos que no es fácil, pero, también sabemos que no estamos solos. Contamos con la Gracia y el auxilio del Espíritu Santo, y con Él podemos lograr esa actitud humilde y misericordiosa. Pero eso nos exige oración, esfuerzo perseverante y fiarnos de su Palabra. Y, sobre todo, alimentarnos con su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía bajo las especies de pan y vino.

Pidamos con todo nuestro esfuerzo recibir esa Gracia Divina e, injertado en el Espíritu Santo, caminar confiados en su Palabra y abiertos a su Gracia experimentando como nuestro corazón, quizás altivo y altanero, se va transformando en un corazón de carne suave, sencillo y humilde. Amén.

lunes, 27 de junio de 2016

SOY UN ILUSO CUANDO ME CREO FUERTE PARA IR YO SÓLO A LA OTRA ORILLA



Me ocurre eso con mucha frecuencia. Es la fábula de la zorra y el cuervo. Apenas me lanzan elogios, apenas me creo que soy fuerte y estoy capacitado para navegar yo sólo hacia la otra orilla. Gracias que, en la travesía, el Espíritu de Dios me hace experimentar mis debilidades, mi fragilidad, mis pecados y me ilumina para darme cuenta de mi necedad e ignorancia. Perdóname Señor.

Sería el mayor disparate de mi vida tratar de saltar a la otra orilla yo sólo para ver lo que ocurre. Porque en mi aventura solitaria el Maligno me acecha y me estimulará a hacerlo y a creerme, como el cuervo con la zorra, que mi voz es una delicia y maravilla. Aprovecho, como nuestro Papa Francisco, para pedir oraciones, para que el Espíritu Santo me llene de humildad, de luz y de misericordia.

Danos, Señor, la sabiduría de sabernos necesitados de tu acompañamiento, y nunca dar el salto en nuestra humilde barca sin tu presencia, sin tu luz, sin tus consejos, sin tu asesoramiento y fortaleza. Danos, Señor, la paciencia y perseverancia de no ceder a las ofertas y deleites que el mundo nos ofrece con inteligencia y sabiendo de nuestras debilidades y apetencias. 

Refuerza nuestra voluntad, Señor, para que tengamos la suficiente valentía y coraje para sostenernos con firmeza en tu seguimiento y en la vivencia de tu Palabra y cumplimiento de tu Voluntad. Danos la capacidad y el poder de mantener nuestra mirada fija hacia delante. Nunca volverla atrás, sino mano en el arado y vista firme en tu Persona y en tu seguimiento.

Porque, Tú, Señor, eres lo primero en mi vida, y necesito sostenerme firmemente en tu Palabra. Ayúdame a abrirme y dejarme dirigir por la acción de tu Espíritu, porque lo importante no es que viva yo, sino que Tú me invadas y llenes toda mi vida. Porque así quedaré contagiado de tu Amor y responderé amando yo también. Amén.