Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 8 de octubre de 2019

ORAR PARA SERVIR

Resultado de imagen de Lc 10,38-42
Sin notarlo ni ser consciente nuestra vida se va sumergiendo en el trabajo hasta el punto de quedar atrapados en el tiempo y sometidos a la esclavitud laboral. Sin embargo, a pesar de ello nuestro trabajo será fecundo y generoso con respecto a los demás en la medida que nuestro corazón sea semejante al de Xto. Jesús. Porque, un corazón simplemente humano es por su propia naturaleza un corazón egoísta y sólo en Manos del Espíritu Santo puede transformarse en un corazón suave, sencillo, manso y humilde, capaz de entregarse al servicio de los demás, tal y como hizo Jesús y como nos enseñó. 

Por todo ello, Señor, te pedimos que nos transforme nuestro corazón egoísta en un corazón generoso, compasivo y abierto al servicio y alivio de los que sufren y padecen esclavitud, egoísmo y sometimiento de los poderosos y dictadores de este mundo. 

Te damos gracias, Señor, por todo lo que nos has dado y te pedimos también que no lo guardemos, como ocurrió con aquel siervo que enterró el talento recibido, sino que lo negociemos con nuestro esfuerzo y riesgo para ponerlo en función del bien de los demás. Danos, Señor, esa fortaleza y capacidad para no desfallecer y para saber gastar nuestro tiempo en hablar contigo, abrirte nuestro corazón, escucharte y poner por obra tus enseñanzas en nuestra vida.

Es ese el Tesoro más preciado, Señor, y el que te pedimos para, teniéndolo, llevarlo a nuestra vida y ponerlo por obra. Gracias, Señor. Amén.

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