Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 13 de febrero de 2020

TODO CUESTIÓN DE FE

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Jesús no ha venido a mendigar una oportunidad para que crean en Él. Jesús ha venido a salvar a los que crean en Él. Es cosa muy diferente. Así que el problema es para ti y para todos los que se obstinen en no creer en Jesús. No es problema de Él ni tampoco nuestro, los cristianos. Y digo esto porque, si no, no se entendería lo de la libertad. Hemos sido creados libre para decidir que queremos hacer: salvarnos o condenarnos. Pues bien, tú tienes la palabra.

Nuestro Padre Dios, como Padre, nos quiere hasta el extremo de enviar a su Hijo, nuestro Señor Jesús, para, libremente, transmitirnos su promesa de salvación por amor y demostrárnosla hasta el extremo de entregar su propia vida en su Pasión. ¿Se puede hacer más? Toda su Vida ha sido una oferta de servicio, de sanaciones, de amor para decirte que tu Padre quiere tu felicidad eterna. Pero, ¿tú le escuchas o te has cerrado los oídos?

Ejemplos de quienes le han escuchado hay bastantes conocidos y ¡cuántos que desconocemos! El del Evangelio de hoy es uno de esos, esa mujer sirio-fenicia. También tú puedes hacer lo mismo, fiarte del Señor y buscarle para que atienda tus ruegos y problemas. Te escuchará con toda seguridad, porque, Jesús, el Señor, ha venido a eso, a escucharte y a que tú también, confiando en Él, le escuches y veas el camino por donde tienes que ir.

 Eso es muy importante. Hay que escuchar al Señor, porque, sólo Él sabe el camino por donde debemos transitar en esta selva del mundo llena de peligros y tentaciones escondidas en la apariencia y la hipocresía. Y para escuchar hay que acercarse, tener espacios de paz, de tranquilidad y de atención a su Palabra. Si Él está entre nosotros, también nos hablará. No tengas miedos, siéntate y deja que te hable. Experimentarás como el camino se te va presentando más claro, incluso hasta cuando encuentres espinas y dolor. Danos, Señor, ese don y capacidad para oír tu Palabra. Amén.

domingo, 6 de octubre de 2019

TE PEDIMOS DE NUEVO, SEÑOR, QUE AUMENTES NUESTRA POCA FE

Resultado de imagen de Lc 17,5-10 por Fano
También nosotros, Señor, queremos aumentar nuestra fe. Una fe que nos fortalezca y comprometa más en nuestro compromiso de bautismo; en nuestro compromiso de amor a los demás. Una fe que supere y venza nuestros egoísmos, nuestras apetencias, nuestros apegos y encienda nuestros corazones abriéndonos a la solidaridad, al servicio fiel y obediente y a la disponibilidad a la ayuda y alivio de los que sufren, carecen de lo más necesario y son excluidos socialmente.

Nuestra fe, si es fe verdadera, adulta y comprometida tiene que notarse, porque, la fe no se puede esconder. Si se tiene se ve. Se ve en tu forma de actuar, de acoger, de servir, de estar disponible y atento a las necesidades de los más pobres e indefensos. La fe se descubre en tu forma de mirar y de presentarte ante los demás. Posiblemente, sucede que nuestra fe, al menos la mía, es pequeña, muy pequeña y se nota muy poco o casi no se ve. Un cristiano no tiene que identificarse sino dejarse ver, y lo hace en la manera que trata de vivir su fe de forma natural y normal.

Un cristiano sobrenaturaliza todo lo natural que hace en su vida, porque entiende que lo hace al mismo Xto. Jesús y se siente siempre en su presencia. Pero, también naturaliza todo lo sobrenatural, porque lo hace como un servicio y como el acto más religioso de su vida. Sabe que su principal público es el Señor y todo, aunque se mueva dentro de la más absoluta intimidad sabe que Jesús, el Señor, está en su presencia. 

Por todo ello, Señor, te pedimos que aumente nuestra fe. Una fe que no se esconda, que no duerma o se despierte sólo en los templos o en los actos puntuales religiosos, sino una fe que camine en el mundo entre los hombres y mujeres del mundo y que se note. Se note en mi relación con ellos; se note en mi forma de hablar y de escucharles; se note en mi forma de comprenderles y atenderles; se note en la dulzura de mis palabras y atenciones; se note en mi disponibilidad a preocuparme por sus sufrimientos o problemas. Una fe que sorprenda y que interpele por su buena conducta y amor a la gente con la que me relaciono. 

Una fe, Señor, como la Tuya. Esa es la fe que quiero vivir y la que hoy te pido. Sé que tendrá que poner algo de mi parte, porque Tú ya me has dado parte de lo que necesito, pero, soy tan pobre y tan pequeño, Señor, que sin Ti y de tu Mano ando perdido y sin rumbo en la vida. ¡Aumenta mi fe, Señor! Amén.