Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 8 de septiembre de 2025

ORAR CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO.

Señor Jesús, queremos seguirte con todo el corazón. Ayúdanos a dejar lo que nos aleja de ti y a ponerte siempre en el primer lugar. Danos fuerza para cargar con nuestra cruz cada día y caminar contigo con amor y fidelidad. Tú sabes que somos débiles, pero también sabes que te amamos. Fortalece nuestro espíritu para elegirte siempre, sin miedo a entregarlo todo, porque tú eres lo más valioso que tenemos. Padre bueno, enséñanos a amar con libertad. Y tú, María, acompáñanos como acompañaste a tu Hijo, para que nunca dejemos de seguir sus pasos. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

domingo, 7 de septiembre de 2025

Ahí estás Tú.

En las intemperies de nuestra existencia, cuando la noche cae, el camino se vuelve incierto y las dudas toman la palabra.

En los giros de la vida, cuando el fracaso es posibilidad, el miedo llama a la puerta y la inseguridad es compañera.

En la crueldad del azar, cuando llega la enfermedad, la soledad lanza su grito y la muerte merodea.

En las encrucijadas del futuro, cuando avanza la tormenta, no hay tierra a la vista y el mal anda cerca.

Ahí estás Tú, en lo escondido, sosteniendo el barco, llevándonos donde solo sabes Tú.

Ahí estás Tú, en lo profundo, hacia un mañana que será bueno, sencillamente porque proviene de ti.

Ahí estás Tú, en lo desconocido, cogiéndonos de la mano, hacia la tierra prometida. Amén.

(Por Álvaro Lobo, sj)

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

sábado, 6 de septiembre de 2025

MIENTRAS CAMINO

Dios Padre Bueno, guíame, acompáñame en mi caminar, hacia la felicidad plena contigo.

No dejes, Señor, que me detenga en el camino emprendido.

Enséñame a seguir esperando aunque no vea resultados; a seguir trabajando con paciencia a pesar de los fracasos.

En el camino de la conversión he de ir desprendiéndome de todo lo que me pesa y me hace fatigoso el caminar.

Pero creo, Señor, que Tú conoces mis anhelos y no dejarás mi vida infecunda.

Creo y espero porque amo y necesito ser amado. Y yo sé, Señor, que Tú me amas. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

viernes, 5 de septiembre de 2025

TE IMPORTO.

Señor, no te da igual si te busco o no, no te da igual si estoy triste, no te da igual si estoy en medio de una tormenta. No te da igual cómo me pesan mis errores, no te dan igual mis heridas. No te da igual si estoy cerca o lejos, No te dan igual mis sueños. No te doy igual, te importo. 

Me recibes como soy, con mis errores y aciertos. Siempre con alegría y la mirada tierna. Te importa cómo estoy, cómo me siento, me das aliento a través de pequeños detalles. Te importa hacerme saber que tu amor y tu misericordia son más grandes que cualquier daño que cause y que justamente, el perdón, aunque nazca del dolor, es una fiesta de reencuentro entre dos amigos que se aman, pero sobre todo entre yo que amo cómo puedo, y Tú, Señor, que me amas incondicionalmente. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

jueves, 4 de septiembre de 2025

ESPÉRAME

Dios misericordioso, espérame. Espérame porque el camino de regreso es largo y a veces me cuesta seguirlo.

Espérame, porque pierdo tiempo pensando en lo que pasó y no en el perdón. Espérame, porque me cuesta asumir el error.

Dios misericordioso, abrázame. Abrázame porque no sé elegir lo que es bueno.

Abrázame porque me duele alejarme de ti y mucho más me duele el vacío, la ruptura, el desamor.

Abrázame porque solo así tendré fuerzas para dejarme transformar.

Dios misericordioso, perdóname. Perdóname, porque solo así viviré la alegría. Perdóname y transfórmame porque tú conoces mi debilidad, y solo tu perdón amoroso puede conducirme hacia la verdad y darme nueva vida. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Tú me harás fuerte

Como la cierva anhela los arroyos, así te anhela mi ser, Dios mío. Mi ser tiene sed de Dios, del Dios vivo, ¿cuándo podré ver tu rostro?

Cuando mi vida se vuelve gris, cuando me pregunto: '¿dónde estás?' Cuando me asalta la nostalgia por tiempos mejores, cuando desfallezco y me siento apagado, entonces me vuelvo a ti, Dios mío.

Te preguntaré: '¿dónde estás?' Te diré: 'no me olvides', y tú me responderás. De día me enviarás tu amor y de noche cantaré tu canto.

Cuando me sienta cansado, cuando me invada la duda, cuando me duelan las cosas, cuando me falte el amor, entonces me volveré a ti, Dios mío.

Enviarás tu luz y tu verdad; ellas me guiarán, me llevarán por el camino de la vida y me darán la alegría profunda, la esperanza firme, la luz única. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

martes, 2 de septiembre de 2025

ORACION: ESCUCHAR Y DISCERNIR

Tú que rezaste al Padre en la noche, antes de elegir a los apóstoles, ¡guíame en mis decisiones!, enséñame a hacer silencio y a escuchar.

Háblame, Señor, con tu infinita dulzura, incluso si no puedo escuchar tus palabras. Sigue hablándome, hasta que se abran mis oídos y mi corazón.

Enséñame a escucharte, en cada estremecimiento del corazón, en un pensamiento repentino, en la voz de un amigo, un hermano, un extraño.

Te doy gracias, Jesús, porque en cada acontecimiento y en cada persona me indicas la dirección de la felicidad más grande, el camino en el que podré amar más y mejor. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina