Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 6 de abril de 2021

OFICIO DE LECTURAS DEL MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA

 

 

 

Himno 

¡Cristo ha resucitado!
¡Resucitemos con él!
¡Aleluya, aleluya!

Muerte y Vida lucharon,
y la muerte fue vencida.
¡Aleluya, aleluya!

Es el grano que muere
para el triunfo de la espiga.
¡Aleluya, aleluya!

Cristo es nuestra esperanza
nuestra paz y nuestra vida.
¡Aleluya, aleluya!

Vivamos vida nueva,
el bautismo es nuestra Pascua.
¡Aleluya, aleluya!

¡Cristo ha resucitado!
¡Resucitemos con él!
¡Aleluya, aleluya! Amén.

¿A QUIÉN BUSCO?

 

Cuando rezo y participo en la Eucaristía, ¿a quién busco, a quién rezo y con quién participo? Porque, dependiendo de lo que yo crea dependerá lo que realmente busco. Es posible que haya, y siga actualmente, realizando prácticas piadosas sin haberme, siquiera, planteado esta pregunta e interrogante: ¿Creo en ese Jesús con quien hablo y a quien le rezo y que Vive? Y, si es así, ¿cómo lo manifiesto y lo doy a convencer en mi vida?

Dame, Señor, la frtaleza, sabiduría y paz
para saber ponerte en el centro de mi vida,
de modo que Tú seas siempre,
el primero y lo primero, y todos mis actos se
realicen, previo consulta a Ti
y según tu Voluntad. Eso es lo que quiero y
te pido, porque sé que yo solo
no puedo realizarlo. En tus Manos lo pongo, 
Señor. Amén.

domingo, 4 de abril de 2021

JESÚS NO ESTÁ EN LA RAZÓN NI TAMPOCO EN LAS PRUEBAS

 

No es el camino buscar a Jesús con la razón y con la exigencia de pruebas que te satisfagan y te demuestren que ha Resucitado. Y no lo es, porque, incluso dadas estas, te quedaría igual y buscarías justificaciones para traicionarte y autoengañarte. La autotraición busca justificar tus mentiras y falsedades. Ya lo dijo Abrahan en la parábola del rico epulón - Lc 16, 19-31 - cuando advirtió a aquel epulón - valga la redundancia - que "si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite." 

Búscalo dentro de ti. Es ahí donde Dios ha puesto esa chispa - el alma - que inquieta tu vida y te mueve a buscarle. Esfuérzate en dar respuesta a esa inquietud - llamada - que está impresa en tu corazón. No te exijas grandes cosas, ni grandes hazañas. Dios te quiere para algo concreto y, posiblemente pequeño. Piensa en María, ¿qué hizo?  Nada extraordinario, simplemente obedecer la Voluntad de Dios. Es Él quien hace todo lo demás. 

Por eso, aparentemente, toma lo más débil, lo más humilde y pequeño. ¿No lo advierte en la obra de Dios? Él se renueva cada día, cada instante dentro de ti y te invita a dejarte guiar por el Espíritu Santo, ese Espíritu de Dios que ha bajado a ti también en la hora de tu bautismo, tal y como lo hizo con y en Jesús en el Jordán. Todo lo demás correrá de su cuenta. Eso sí, no te será fácil ni cómodo. El camino que Dios nos propone lleva una cruz que tendremos que cargar. En eso son ejemplos hermosos y extraordinarios María y José, así como los apóstoles y muchos más.

Jesús ha Resucitado y Vive en cada uno de nosotros. Nuestro cometido es prepararle un lugar dentro de nuestro corazón para que, desde ahí, reine en nosotros y dirija nuestra vida según su Voluntad, que no es otra que nuestro bien, la de llevarnos a su Gloria para el gozo y felicidad eterna. Amén.

TE DEUM

 

 

 

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te proclama:

Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.

Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.

Amén.

sábado, 3 de abril de 2021

EN ESPERA Y SIN PALABRAS

 

 

Nos faltan palabras. Sabemos, por el Evangelio que Jesús Vive y, celebrando su Muerte y Resurrección, hacemos un previo silencio de espera para interiorizar esa esperanza de Resurrección en la que creemos por su Palabra y porque, Él, ha Resucitado. Nos alegra celebrar esa celebración - valga la redundancia - de esperanza de vida. De vida eterna en plenitud. Por tanto, tras la pena de la tristeza y sufrimiento, se esconde la esperanza de la alegría de Vida eterna.

Y no se nos ocurre otra cosa de permanecer en silencio y en oración. Una oración que brota de la profundidad del corazón y que dice:  

Gracias, Padre, por la donación de tu Hijo,
gracias por ese Amor Infinito que nunca llegaré
a comprender.
 
Gracias, porque ofreciéndote a una Muerte de Cruz
has entrega tu Vida para dárnosla a cada uno de
 nosotros.
 
Yo, humildemente, desde mi ignorancia, me abandono
en tus Manos Misericordiosa y lleno de esperanza espero
en confío en tu Palabra.
 
Me alegra y llena de gozo el saber que tu Resurrección
es también la mía, pues, para eso has entregado
tu vida, para hacer la mía
Eterna.
  Amén.    

viernes, 2 de abril de 2021

¡TÚ, SEÑOR, TE HAS HUMILLADO ANTE MÍ!

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

No solo con tu Palabra sino con tus hechos me has transmitido la locura de tu Amor. El cenit es esa noche de la Santa Cena. En ella la expresión de tu Amor llega al extremo de abajarte y humillarte lavando los pies a tus apóstoles y también a todos los que como Pedro, aun resistiéndose a primera vista, luego, al experimentar la fuerza e intensidad de tu Amor se entregan desde la cabeza a los pies. Sí, Señor, es una locura de Amor tan grande que llegas a entregar tu Vida incondicionalmente, aún a sabiendas que muchos se resistirán a tu Amor.

De esta manera, humilde y servicial, me dices que yo también tengo que amar hasta ese extremo. Ese es tu mensaje, así quieres que yo también lo haga. Y, experimento y descubro en mí la debilidad de mi naturaleza humana. Soy débil y pecador, y me siento arrastrado por el pecado, por mis apetencias, por mis sentimientos humanos que me incitan al odio, a la venganza, a la razón de dar y recibir, a la economía, a no regalar nada impidiéndome  darme gratuitamente. 

Indudablemente, Señor, es bueno descubrirse como se es y darse cuenta de que te necesito. Sin Ti, Señor, no daré un paso de verdadero amor. Siempre estaré marcado, señalado y arrastrado por el egoísmo, por el interés y por la falsedad. Necesito tu Mano y tu Gracia para transformar mi corazón de piedra y endurecido por el egoísmo, en un corazón de carne, amoroso y misericordioso. Ahora, que lo descubro, quiero, Señor, pedirte esa Fuerza y esa Gracia que, venida de Ti me dé la fortaleza y la valentía para amar a tu estilo. Un estilo sin condiciones, sin intereses, sin pedir nada a cambio. Un estilo gratuito y, simplemente, por Amor.

En esa esperanza seguiré, paso a paso, a tu lado e insistiendo siempre en lo mismo. Poniendo mi pobre, endurecido y pecador corazón en tus Manos, para, cuando Tú lo quieras, lo transformes en un corazón como el Tuyo. Gracias, Señor.

jueves, 1 de abril de 2021

JUEVES SANTO, LAUDES

 

 

H I M N O

 

¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de Cordero,
sacrificado en cruz, salvó la tierra.

Dolido mi Señor por el fracaso
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.

Y así dijo el Señor: "¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!"
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.

¡Oh plenitud del tiempo consumado!
Del seno de Dios Padre en que vivía,
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.

¿Quién vio en más estrechez gloria más plena,
y a Dios como el menor de los humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
le faja una doncella nazarena.

En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.

Vinagre y sed la boca, apenas gime;
y, al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo, y los redime.

Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este peso y esta muerte
que cuelga de tus ramas como un fruto.

Tú, solo entre los árboles, crecido
para tender a Cristo en tu regazo;
tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo
de Dios con los verdugos del Ungido.

Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
al que en la cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.