Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 27 de febrero de 2020

NO SE ENTIENDE EL OLVIDO DE TI MISMO

Resultado de imagen de Lc 9,22-25
En un mundo donde la cultura del yo tiene toda la importancia y donde tú eres lo importante, tu cuerpo y tus apetitos sensitivos. El hombre busca satisfacciones, vivir cómodamente y bien, por lo que todo lo que sea renunciar a esas apetencias son cruces que no asume ni quiere. Aceptar el anuncio de la Buena Noticia, donde hay que sobreponer el servicio y la entrega al servicio de los demás, sobre todo los más pobres y débiles es algo contracorriente y que nos invita a descentralizarnos y negarnos olvidándonos de nosotros mismos.

Y nuestra naturaleza, herida por el pecado, no puede desapegarse de sus propias apetencias. Salir de sí misma es superior a sus propias fuerzas. Necesitamos estar unidos a Cristo para poder, en y por Él, vencernos y renunciar a nuestro propio yo. Ese es nuestro problema, querer hacerlo desde nuestras fuerzas y nuestros criterios. ¿Es qué no nos damos cuenta de nuestra debilidad? ¿Es qué no nos descubrimos pecadores y vencidos por nuestras inclinaciones y apetitos?

Necesitamos abrazar nuestras cruces unidos al Señor y sin Él estamos vencidos. Necesitamos mucha oración para permanecer injertados al Señor y abiertos a la acción del Espíritu Santo porque, sólo desde sus Manos podremos fortalecer nuestra voluntad para vencernos y superar el sacrificio y la lucha de cada día contra nuestra propia naturaleza caída. Pidámosle al Señor esa Gracia y Fortaleza para poder sostenernos y perseverar por el camino de nuestra vida cargando con nuestras cruces. Amén.