Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta casa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta casa. Mostrar todas las entradas

viernes, 19 de noviembre de 2021

TAMBIÉN YO, NECESITO LIMPIAR MI CORAZÓN

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

Reconozco, Señor, que yo también necesito limpiar mi corazón todos los días, porque, el polvo de cada día lo enrarece y lo enturbia impidiéndome ver y verme según tu Palabra. Porque, es eso lo que mi importa, Señor, vivir en tu Palabra. Ella me da vida, da pleno sentido a mi vida y me descubre cada día que esa felicidad que busco está escondida en ella.

No es el placer, apetencias y satisfacciones egoístas, ni tampoco el poder, la fama y todo lo que el mundo me ofrece, con intención de seducirme, lo que me da la felicidad. Sí, es verdad, las apariencias me engañan momentáneamente, pero, luego, la realidad vuelve y se hace presente. La única, plena y verdadera felicidad, Señor, está en vivir en tu presencia. Es esa experiencia la que nos llena plenamente de gozo y felicidad.

Y, tu Casa, Señor, donde siempre estás y nos esperas, es un lugar adecuado para verte y establecer un diálogo personal e íntimo. Es verdad, que no es necesario ir, porque, fundamentalmente Tú estás en nuestro corazón, pero, sí es verdad que allí tenemos un lugar de recogimiento, ambiental y silencioso que nos ayuda a entablar una serena, reflexiva conversación y escucha contigo.

Gracias, Señor por poder disfrutar de estos hermosos,  bien cuidados y tranquilos lugares donde Tú te haces presente en la Eucaristía y nos regala tu Cuerpo y Sangra como alimento espiritual que nos fortalece y nos da vigor y fuerza para seguir adelante. Amén.

jueves, 6 de diciembre de 2018

EN VANOS NOS CANSAMOS SI TÚ, SEÑOR, NO EDIFICAS CON NOSOTROS

Imagen relacionada

Es absurdo, pero vivimos en esa espiral disparatada cuando nos afanamos en construir nuestra vida apoyada en las cosas de este mundo. Tarde o temprano sabemos que todo acabará. La marca de todo lo que hay aquí abajo es la caducidad. Todo tiene su fecha de caducidad, y nuestra vida también. Quien la puede cambiar y darle fecha de eternidad es nuestro Padre Dios. Él da verdadero sentido a nuestra vida.

Por lo tanto, construir sin Él nuestra casa es absurdo, porque las tempestades de nuestra propia vida la derribaran. Necesitamos construir con Él para que nuestra casa se mantenga erguida y firme. Y eso es lo que en confianza y llenos de esperanza te pedimos hoy, Señor. Construye nuestra casa con cada uno de nosotros, para que nuestra vida esté fundamentada y apoyada en Ti.

No nos vale nada construir bien y organizar nuestra vida lo mejor posible con las cosas de este mundo, porque es como ir por camino equivocado o fuera de concurso. Aunque lleguemos primero si no estamos dentro de lo reglado no nos valdrá de nada. Igual nos puede ocurrir en esta vida si nos afanamos en construirla por nuestra cuenta y fuera del alcance de Dios.

Caminar por el camino del mundo y no por el que Dios nos señala es construir en vano, porque al final de nuestra vida nuestra casa se destruirá. Tratemos de dar todos nuestros pasos en la presencia de Dios y, desde Él, hagamos nuestra casa según su Voluntad. Vivamos en y dentro de sus enseñanzas, porque son las que nos señalan el camino correcto y verdadero.

Sí, es un camino a veces duro y complicado, pero el único camino verdadero, porque tras el sufrimiento y los sacrificios se esconde el gozo y la felicidad que buscamos. Confiemos en su Palabra, pues el Señor todo lo que dice lo cumple y su Palabra siempre es veraz y eterna. Amén.

jueves, 5 de diciembre de 2013

TÚ, SEÑOR, ERES MI ARQUITECTO



Tú, Señor, construyes mi casa, porque yo no sé cómo construirla firme y sólida. Soy un mal constructor y de nada valen mis afanes si Tú, mi Dios y Señor, no la construye. Hoy, aprovecha tu Palabra para pedirte que no quiero estar entre aquello que dicen sólo Señor, Señor... sino que quiero ser de los que, además de decirlo se esfuerzan en cumplirlo y llevarlo a sus vidas.

Por eso, quiero invitarte a que seas Tú quien construyas mi casa. Yo simplemente seré un mal albañil, al que Tú tendrás que despertar muchas veces de su adormilada siesta, o de su despistada faena. No seré capaz de construirme una casa segura y firme ante las tempestades de ese mundo y las tentaciones de los que persiguen derrumbármela. Necesito tu protección y tu Gracia.

Por eso, Señor, necesito el cemento y la arena que bien mezcladas conviertan mi casa en casa de oración. Una oración constante, sensata, consciente, firme, comprometida, dispuesta, abierta, dialogante, entregada, solidaria, alegre, compartida, silenciosa, escuchante y, sobre todo, llena de amor. De ese Amor que sólo Tú posees y sabes dar.

Dame, pues, esa Gracia de saber amasar mi vida con esa mezcla de tu Amor para construir mi casa de tal forma que ninguna tempestad ni huracán pueda hacerla tambalear.