Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta invitados. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta invitados. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de noviembre de 2020

SE TRATA DE AMAR, PERO, EL AMOR, SI REALMENTE ES AMOR, SE VE Y SE NOTA


Mi encuentro con el Señor no puede quedarse en un diálogo con Él cargado de buenas promesas e intenciones. Porque, si ahí empieza y termina mi oración, es falsa, hipócrita y solo de apariencias. El amor al que me invita Jesús es un amor comprometido, arriesgado, difícil, a veces duro, incomprendido, gratuito, quizás con frecuencia no reconocido y, sobre todo, doloroso - de cruz -.

Pero, a pesar de todo eso, el amor, por la Gracia de Dios, está siempre lleno de gozo y satisfacción. Porque, el encuentro en Jesús es el amor, quizás sin saberlo, que andabas buscando. Le ocurrió eso a Andrés y, posiblemente al mismo Juan cuando, estando con Juan el bautista, éste le señalo a Jesús como el Cordero de Dios. Y ese encuentro fue para ellos determinante, encontraron lo que andaban buscando.

Jesús te invita. Pregunta a Andrés y a Juan, ¿qué buscan? Y a las respuestas de ellos, les responden: Vengan y veréís. También nos lo dice a nosotros. Pero, ¿cuál es nuestra respuesta? Realmente, ¿queremos ver? Esa es la cuestión, la decisión que tengo que tomar. ¿Me arriesgo, me decido, me comprometo a conocerle y a escucharle? Y si me decido y doy el paso, ¿estoy disponible y entregado a seguirle con todas las consecuencias?

Pidamos esa fuerza y valentía para no volvernos atrás a causa de nuestros miedos y cobardías. Pidamos sabiduría y capacidad de discernimiento para saber realmente qué debemos hacer, e injertados y abiertos a la acción del Espíritu Santo, dar el paso de comprometernos por amor. Porque, es realmente ahí donde encontramos esa felicidad y gozo eterno que buscamos. Amén.

martes, 5 de noviembre de 2019

DESPOJADO DE TODA RIQUEZA MUNDANA

Resultado de imagen de Lc 14,15-24"
No cabe duda que nuestro corazón está apegado a las riquezas y bienes de este mundo. Eso significa y representa una esclavitud y encadenamiento a las cosas de este mundo. No sólo a las riquezas y bienes, sino también a las pasiones, apetencias y placeres con las que este mundo nos seduce. Ante esta realidad conviene liberarse de tanto apego y despojarse de todo lo que te somete y esclaviza. Porque, todo lo que te impide amar te esclaviza.

El Banquete, al que te invita Jesús hoy, lleva esa intención. Es decir, trata de liberarte de todo aquello que incide en tu corazón de carne y te seduce esclavizándote y apartándote de la Verdad y de la Vida. Concretamente, dicho en otras palabras, de Jesús, que es, precisamente, el Camino, la Verdad y la Vida. Y eso es lo que quiero yo ahora, Señor, pedirte. Quiero aceptar tu invitación y dejar atrás todo lo que el mundo me ofrece y quiere que acepte proponiéndote un lugar secundario dentro de mi corazón. 

No, Señor, me niego a apartarte para un lado dentro de mí, y quiero, despojando toda riqueza mundana, ponerte en el centro de mi corazón. Tú eres lo primero en mi vida y, por Ti, quiero amar a los demás como Tú lo haces también conmigo. Y es que cuando trato de esforzarme en parecerme a Ti, y lo logro por tu Gracia, experimento esa felicidad que verdaderamente busco. Gracias, Señor, y acepto tu invitación abriendo mi corazón a tu Palabra y a tu Amor. Amén.

martes, 6 de noviembre de 2018

¿SABEMOS DÓNDE REALMENTE ESTÁ NUESTRO TESORO?

Resultado de imagen de Lc 14,15-24
Presumimos de inteligentes, pero no lo somos. Es más, somos torpes y necios, pues cambiamos felicidad plena y eterna por unos cuantos años de vida mediocre y pobre. Y así y todo somos capaces de vender esa invitación plena por una vida más de infelicidad que felicidad. Posiblemente estés pensando que eso no es así, pero, sí sabes una cosa segura, y es que, caso de vivir unos cuantos años, te haces viejo y acabas con la muerte.

Luego, lo mejor y más sabio es preguntarse, ¿dónde vamos? ¿Se acaba todo? Realmente eso no tiene mucho sentido. Después de tanto trabajo y sufrimientos debe haber un premio o castigo. Debe hacerse justicia y poner todas las cosas en su lugar. Eso está escrito dentro de nosotros, pero también ese deseo trascendente de vida eterna.

Pero, lo más importante es la Revelación que nos trae nuestro Señor Jesucristo y que nos prueba su veracidad con su Resurrección. Puedes decir lo que quieras, pero esa es la realidad que nos espera. Estamos invitado al banquete de Vida Eterna y tú te empeñas en rechazar. Es posible que nadie te convenza, pero, al menos, los que creamos y aceptemos la invitación vamos a rezar por ti y por los que la rechazan.

Padre, danos la sabiduría de discernir y comprender que nada de lo que hay en este mundo nos hará feliz. Todo lo de aquí abajo se acaba y se consume y sólo quedarán aquellas buenas obras que hagas con verdadero amor y gratuitas. Y son esas buenas obras las que te darán la entrada a la invitación de ese eterno banquete donde reinará la plena felicidad eterna junto a la mesa del Padre. Pidamos que el Espíritu Santo nos ilumine y nos oriente para aceptar esa invitación. Amén.

miércoles, 17 de agosto de 2016

LLAMADOS PARA EL CIELO



Jesús es el Propietario que busca obreros para su Viña. Es decir, busca a hombres y mujeres para el Reino de Dios. No se queda quieto esperando que tú y yo vayamos a apuntarnos, sino que Él ya nos tiene apuntado desde el principio, y ahora viene a decírnoslo. Y nos busca a todas horas.

Es verdad que todos no estamos en el mismo lugar, ni tampoco en la misma situación. Unos necesita el trabajo, es decir, la salvación, con más urgencia que otros. Y son contratados desde las primeras horas de la mañana. Pero otros están más remisos o más gandules, y les llega la noticia de que les buscan para el trabajo a medio día. Y otros acuden a las últimas horas de la tarde. 

Sin embargo, todos han sido invitados. Es posible que algunos se hayan negado a ir instalados en sus comodidades y placeres. Pero, a pesar de eso, el Señor ha salido a buscarlos e invitarlos. Miremos para nosotros y preguntemonos: ¿He aceptado yo la invitación del Señor a trabajar en su Viña? ¿Y sé realmente que clase de trabajo tengo que hacer? ¿O qué es lo que Él me pide?

A veces pedimos sin ni siquiera saber que tenemos que hacer. Nos molestamos porque a otros le dan la misma paga que a nosotros. ¿Acaso somos nosotros quienes pagamos? ¿Nos han pagado menos que lo que nos han prometido? 

Perdóname, Señor, por tanta osadía y tanto descaro. Perdóname, Señor, por tanta rebeldía y orgullo creyendo que merezco lo que me dás y los otros no. Perdóname, Señor, por mi ceguera y mi necedad. Dame la sabiduría de entender que Tú eres el Señor de la Vida y la Muerte, y que todo te pertenece, incluyéndome a mí y a todos los hombres. Amén.