Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 7 de enero de 2019

ESCUCHAR LA PALABRA Y VIVIRLA

Resultado de imagen de Mt 4,12-17.23-25
La buena Noticia es la Palabra que nos trae Jesús. Es la Noticia de la salvación, del triunfo de la vida sobre la muerte, porque, la muerte es la mala noticia y la que todos tememos. El ser humano lucha contra la muerte y contra la vejez, porque, hacerse viejo es acercarse a la muerte y la muerte es el fin de la vida. Por eso, el don de la vida es el tesoro más preciado.

Y que nos dice y anuncia el mensaje del nacimiento de Jesús. Pues, precisamente anunciarnos el triunfo de la vida sobre la muerte. Esa es la gran Noticia de salvación. Vencer la muerte y gozar plenamente de la felicidad eterna. Pero, para eso buena Noticia, primero hay que conocerla y tratar de vivirla. Para conocerla tenemos que acercarnos a Jesús y escucharle, y, luego, tratar de obedecerle. Eso es lo que hace Jesús después de saber que Juan está preso. Comienza Él a anunciar el mensaje de salvación y nos invita a convertirnos y a hacer penitencia.

No es fácil iniciar y perseverar en el camino. Amar exige mucho y solos no podremos vencer las exigencias de nuestra naturaleza herida y sometida al pecado. Por naturaleza somos egoístas, ambicioso, vanidosos e inclinados a las apetencias carnales. Nos cuesta vencernos y, para amar hay que renunciar a todas estas inclinaciones que nos lo pone difícil. Convertirse sería darle la vuelta a todo eso y quedarnos con el amor que se da y entrega gratuitamente y pacientemente. Y eso, repito nos resulta muy difícil.

Tan difícil que, por experiencia, sabemos que solos no podemos vencer. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo que hemos recibido en el momento de nuestro bautismo. Y eso nos exige acercarnos a la Palabra del Evangelio y a la oración para permanecer cerca y en contacto con el Señor. Sólo de esa forma iremos logrando esa conversión que necesitamos y que realizaremos poco a poco con el esfuerzo de cada día.

Pidamos con insistencia cada día que no nos falte la Gracia de Dios y que tengamos sabiduría, humildad y voluntad para esforzarnos en ser mejores según la Palabra que nos enseña el camino. Que tu Luz, Jesús, ilumine el mundo, que tu Voz resuene en nuestros corazones, que tú paz llene los corazones, y alcance a toda la tierra tu pregón. Amén.

domingo, 6 de enero de 2019

EPIFANÍA DEL SEÑOR - LAUDES -

Resultado de imagen de Mt 2,1-12


Himno

Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.

sábado, 5 de enero de 2019

NECESITO UN CORAZÓN ARDIENTE EN VERDAD

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El camino que nos prepara Juan el Bautista es un camino previo y necesario para llegar al Señor. No podemos encontrarnos con Jesús sin previamente, primero, encontrarnos con nosotros mismos. Se hace necesario ver la película de nuestra vida y vernos por dentro dándonos cuenta del pecado que habita dentro de nosotros. Un pecado que está implícito en nuestra propia naturaleza caída.

Pero, no podemos adentrarnos en nosotros mismos por nuestra cuenta. Necesitamos ir acompañados, pero no de cualquiera. Ni siquiera de alguien muy preparado. Necesitamos de Aquel que tiene poder para comprendernos, escucharnos y perdonar nuestros pecados. Necesitamos la Misericordia de nuestro Padre Dios. Y eso sólo lo podremos buscar y pedir si somos capaces primero de reconocernos pecadores.

Es entonces cuando, como Natanael, descubrimos la Infinita Misericordia y el Poder de nuestro Padre Dios para perdonarnos nuestros pecados. Y le pedimos que nos dé la sabiduría de darnos cuenta y de conocerle como el Hijo de Dios verdadero. Pidamos esa Gracia, no sólo de creerlo sino de vivirlo, porque hay mucha diferencia de confesarlo pero luego no ir coherentemente nuestra vida con esa confesión.

Pidamos un corazón limpio capaz de descubrir, sin segundas intenciones, la verdad con la claridad de sus acciones y sus intenciones. Así se presentó Natanael delante del Señor a pesar de sus tribulaciones. Y el Señor descubrió la limpieza y honradez de su corazón. Pidamos esa misma actitud para nosotros y tratemos de borrar y desalojar las malas intenciones que nos arrastran a la rebeldía y al rechazo.

Pidamos un corazón limpio y cargada de buenas intenciones para dejarnos acoger por la Bondad del Dios. Pidamos también paciencia para saber esperar ante el silencio de Dios y nunca desesperar. El sabe mejor que nadie qué realmente necesitamos y cuando lo necesitamos. Pongámonos en sus Manos y confiemos en su Misericordia y Amor. Amén.