Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 3 de noviembre de 2020

LAUDES - Martes, XXXI semana del Tiempo Ordinario



 

H I M N O

 

Señor, el día empieza. Como siempre,
postrados a tus pies, la luz del día
queremos esperar.
Eres la fuerza
que tenemos los débiles, nosotros.

Padre nuestro,
que en los cielos estás, haz a los hombres
iguales: que ninguno se avergüence
de los demás; que todos al que gime
den consuelo; que todos, al que sufre
del hambre la tortura, le regalen
en rica mesa de manteles blancos
con blanco pan y generoso vino;
que no luchen jamás; que nunca emerjan,
entre las áureas mieses de la historia,
sangrientas amapolas, las batallas.

Luz, Señor, que ilumine las campiñas
y las ciudades; que a los hombres todos,
en sus destellos mágicos, envuelva
luz inmortal; Señor, luz de los cielos,
fuente de amor y causa de la vida.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Amén.

lunes, 2 de noviembre de 2020

ENVEJECER BIEN

P. Teilhard de Chardin

«Cuando los signos de la edad marquen mi cuerpo,
y más aún cuando afecten a mi mente,
cuando la enfermedad que vaya a disminuirme o a causarme la muerte me golpee desde fuera o nazca en mi interior;

cuando llegue el doloroso momento de tomar conciencia de pronto de que estoy enfermo o envejeciendo;
y sobre todo en ese último momento en que sienta que pierdo el control de mí mismo y que estoy absolutamente inerte en manos de las grandes fuerzas desconocidas que me han formado;

en todos esos oscuros momentos, oh Dios, concédeme comprender que eres tú -supuesto que mi fe sea lo bastante fuerte- quien está separando dolorosamente todas y cada uno de las fibras de mi ser para penetrar hasta la médula misma de mi esencia y llevarme contigo».

domingo, 1 de noviembre de 2020

AFECTOS DE AMOR - SAN FRANCISCO JAVIER SJ

San Francisco Javier SJ

 

Para serviros, Dios mío, 
no me mueve el terror de vuestra mano arrojando rayos,
ni el horror del fuego del infierno ardiendo eternamente:
Tú me mueves, Dios mío, por ti mismo:
Tú Jesucristo, atravesado, me atraes,
la cruz que me obliga, y me enciende, 
oh Jesús; la sangre que brota de tus llagas.
Si no existiese el fuego del infierno y
se quitase la esperanza de la gloria,
yo, sin embargo, oh Criador mío,
prendado de vuestras bondades,
admirando vuestra sublime divinidad, santa y probida,
proseguiré en el amor ya comenzado.
A ti, Jesús, Hijo de Dios, 
a ti, Hijo de la Virgen,
manso, fuerte, inocente,
que te dignaste morir por nosotros,
que todo lo mereces,
te amaré sin recompensa.

sábado, 31 de octubre de 2020

HUMILLARTE PARA SERVIR

 

Cuesta quedarse el último, sobre todo a la hora de recibir, de presidir, de elegir y de muchas cosas más. Queremos siempre sobresalir y estar en los primeros puestos y, eso de humillarse, quedarse el último y ser siempre el servidor de los demás no lo entendemos desde nuestra razón y condición humana. 

Nos exalta ser destacado y notorio, admirado e importante ante los demás. No nos importa saber si nos lo merecemos o no, lo que nos importa es figurar, estar y que nos admiren. Ocupar, por tanto, los primeros puestos es algo que nos gusta mucho. Sin embargo, Jesús, que observa esa inclinación nuestra,  destaca y exalta a aquellos que ocupan los últimos puestos y les dice:                                                                                                                                                                      «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa.

La razón es muy sencilla y todos la comprendemos, pues, por experiencia no nos gustan aquellas personas trepadoras y que se aprovechan de circunstancias y debilidades de otros para conseguir primeros puestos y que los utilizan para figurar y ser vistos. Jesús lo rezume en pocas palabras y los pone en su justo lugar: 
                                                                                                                                                   Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

viernes, 30 de octubre de 2020

¿DÓNDE ESTÁS, SEÑOR?

 

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Posiblemente lo hayas buscado infructuosamente y, esa infrutuosidad te haya arrastrado a darlo por imposible justifacando que Jesús no está vivo. El mundo hace su papel y atrído por sus ofertas placenteras que conectan con nuestras apetencias naturales y propias de nuestra naturaleza humana dan como resultado el abandono de nuestra búsqueda. 

Sin embargo, la pregunta que me asalta es: ¿Dónde lo buscas? Porque, si lo buscas simplemente en el Sagrario, posiblemente te será difícil encontrarlo. Incluso, me atrevería a incluir también la Eucaristía. Sí, Jesús está en el Sagrario y también en la Eucaristía - una presencia real -. Pero si tu búsqueda se concreta solo en Él, a quien no ves, y te olvidas del que está a tu lado, y ves, tu oración no llegará al Señor. Y no llega porque todo lo que le digas lo estás falseando. Es decir, son mentiras tras mentiras.

No puede amar a Dios si no te empeñas en amar al prójimo. Es el primer mandato que te enseña Jesús. La Voluntad del Padre es amar a Dios y al prójimo como a ti mismo. Luego, ¿cómo y dónde buscas al Señor? Porque, si lo buscas desencarnado de los hombres estás buscando a un Dios diferente al que te ha anunciado Jesús.

Por todo eso, Señor, te pido que me des la sabiduría y, sobre todo, la fortaleza y voluntad de, acercándome a los necesitados y ofreciéndome incondicionalmente y libremente mis servicios y ayuda, tanto material como espiritual, pueda vivir ese amor primero que Tú me has dado derramándolo en los demás. Porque, sucede que hay muchos momentos en mi vida en los que no sé como actuar ni qué hacer, y tengo miedo de ser engañado y traicionado. ¡Alúmbrame y guíame, Señor! Amén.

jueves, 29 de octubre de 2020

PADRE, ENSÉÑAME EL CAMINO


 

Hay momentos en mi vida en que me siento desorientado y que no sé qué camino tomar o elegir. Se me hace de noche y la oscuridad impide que sepa dónde ir y por donde caminar. ¿Qué hacer en esos momentos de difícil solución, Señor? Porque, solo a Ti, mi Dios y Padre mío puedo preguntar.  Y es que solo tu Hijo Jesús, a quien Tú has enviado a este mundo, sabe, conoce y es el Camino, la Verdad y la Vida.

Por todo ello, Señor, aprovecho este momento de oración para pedirte que alumbres mi camino y que vea, si no directamente, sí firmemente y decidido a seguir tras tus pasos superando dificultades y dudas. Soy consciente de los obstáculos que el mundo, demonio y carne me ponen delante y con los que tendré que luchar cada día, porque tratarán de tentarme y alejarme desviándome de tu camino.

Sin embargo, Señor, yo confío en Ti y, esperanzado en tu Amor misericordioso, sigo adelante a pesar de las oscuridades y nieblas que se presentan en mi camino. Amén.

miércoles, 28 de octubre de 2020

LA ORACIÓN, ANTESALA DE LA ACCIÓN

 

Jesús cuenta con su Padre para la elección de los apóstoles y ante de elegirlos se retira a orar. Es una característica suya contar su con su Padre y de su diálogo - oración - con Él, toma orientación y consejo. El Evangelio nos dice: En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración con Dios.  Es decir, previo a la elección de los doce apóstoles, Jesús pasa la noche en contacto con su Padre. No se trata de una simple elección sino de elegir a los que van a continuar su misión.

Es el Plan y Proyecto del Padre el que va a realizar, y esos doce serán elegidos por Jesús según la Voluntad del Padre, así que el contacto - oración - con el Padre se hace no solo necesario sino fundamental. Porque, se trata de la Voluntad del Padre para la que fue enviado el Hijo a realizarla.

Hablar con el Padre - también nuestro Padre - es la forma de orientar mi vida según su Voluntad. Por eso, mi oración no consiste en una rutina leída o recitada de memoria, sin en un diálogo en el que me esfuerzo, no solo en hablar sino también escuchar y adecuar mi vida a la Voluntad del Padre. ¿Y cuál es la Voluntad del Padre? Eso exigirá la necesidad de la atenta escucha y el discernimiento de la verdad, que está escrita en mi corazón.

Es notorio y claro que no te gustaría ser engañado ni explotado, ni traicionado o estafado ni muchas cosas más. No hagas a otro lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Y esa buena actitud vive dentro de ti, ha sido sembrada, por el Padre en tu corazón. Por eso, no podemos decir que no conocemos la Voluntad del Padre, pues Jesús, el Hijo, nos lo ha anunciado y enseñado claramente en el primer y segundo mandamiento. Por tanto, abramos el corazón al Padre y, atentos y disponibles, sigámosle. Amén.