Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 6 de agosto de 2015

LA ESTRATEGIA ESTÁ DEFINIDA



El camino tiene una estrategia definida, no hay otra: seguir y seguir el camino del Señor hasta entenderlo. Porque de insistir y perseverar, lo entenderemos. El Señor no nos va a prometer y regalar algo que no podamos alcanzar ni entender. Eso sí, nos exigirá esfuerzo y fe. Sobre todo fe. Ese fue el camino de los apóstoles, continuaron, aun sin entender nada, al lado del Señor.

¿Qué nos ocurre a nosotros? Exigimos entender, y si no entendemos amenazamos con irnos. Nos vamos y nos alejamos, y nos ponemos en bandeja en manos del Maligno, aquel que nos ayudará para alejarnos más cada día. La estrategia es seguir y seguir, y frecuentar los sacramentos, la Palabra y la oración. Es el camino de las primeras comunidades.

Por eso, le pedimos al Señor que nos allane el camino, y nos lo ilumine a pesar de nuestras miserias y calamidades. Partimos de ahí, de lo que realmente somos y nos ponemos en Manos del Señor, porque de Él es la Gloria. Sólo en Él podemos encontrar la sabiduría y las respuestas a todos nuestros interrogantes. Y el camino, como decimos por activa y pasiva, está definido y claro: oración, sacramentos y Eucaristía. Son los pilares con los que estaremos pendientes a que el Señor, por y con su Gracia, nos dé la luz que nos haga ver claro.

A tus pies, Señor, nos postramos con la esperanza de sabernos tus hijos y perdonados por tu inmensa Misericordia. Esa es la esperanza que nos sostiene y nos anima a seguir el camino, a pesar de nuestras angustias y desesperaciones. Tú tienes la última Palabra, y es Palabra la esperamos llena de Misericordia y de Amor. Amén.

miércoles, 5 de agosto de 2015

PERDONA SEÑOR MIS LIMITACIONES Y PEREZAS



Quizás no incumpla ni rechace tu Voluntad Señor, pero soy consciente de mis limitaciones, de mis perezas, de mi torpeza, de mis fracasos, de mi continuos errores y de mis pecados. Indudablemente que en mi vida Tú eres el primero, al menos eso pretendo, pero sé que no lo cumplo. Y no porque no quiera, sino que, como bien decía Pablo, hago lo que no quiero, y dejo de hacer lo que quiero, que es, precisamente, tu Voluntad.

Por eso, y por muchas más cosas, quizás de omisión, te pido perdón, Señor. Pero también te pido que me des el aliento del impulso a hacer el bien. También que fortalezcas mi voluntad y afirmes mi fe y mi libertad para servirte sirviendo a los hombres. Te pido Señor la Gracia de saber poner por encima de todo mis afanes y objetivos en la vida, servir en tu Palabra, Palabra de Verdad y Justicia.

Dame Señor la sabiduría de saber discernir mi pobreza y nunca vanagloriarme de los frutos que Tú haces germinar en mí. Son tuyos, Señor, y son para tu Gloria. Que sepa advertirlo y darme cuenta, y aún,  a pesar de que me alegre y me sienta satisfecho, alabarte y darte gracias por todo lo que haces, porque sólo Tú eres merecedor de glorias y alabanzas y de adoración.

A pesar de mis fallos, que descubro a cada instante, me experimento sereno y en paz abandonado en tus Manos, porque me sé perdonado por tu Inmensa Misericordia; porque me has creado por amor y por ese amor me buscas, a pesar de crearme libre, para darme la oportunidad de vivir eternamente en tu gloria. Padre, eso colma toda mi dicha y me llena de esperanza, y en Ti pongo todas mis fuerzas para que, fortalecidas por tu Espíritu, den los frutos que Tú esperas.

Dios mío, en Ti confío y en Ti pongo todas mis esperanzas. Ese regalo de tu Amor me da fuerzas e impulsos para continuar el camino. Amén.

martes, 4 de agosto de 2015

INSISTIR EN PEDIR LA FE



Es la mayor petición que podemos elevar al Padre: Aumenta nuestra fe, Señor. Porque de nada nos vale vivir, placenteramente o cómodamente, si al final terminamos condenados a la eternidad alejados de Dios. Porque eso significa vivir en el remordimiento y constante sufrimiento sin posibilidad de perdón ni retroceso.

Aumenta, Señor, nuestra fe para que podamos abrirnos a la vivencia de tu Palabra y al amor en servicio a los hermanos- Aumenta Señor nuestra fe, herida y debilitada por el pecado, para que podamos alabarte y reconocerte verdadero y único Hijo de Dios.

Aumenta, Señor, nuestra fe, para que tratemos de imitarte entregando nuestra vida para el servicio de los demás. Aumenta Señor nuestra fe para que, cómo Pedro, seamos capaces de caminar sobre las aguas, y en caso de la duda y hundirnos, gritarte suplicándote perdón y salvación.

No queremos bajar los brazos y dejar de pedirte la fe. Sabemos que Tú nos has dicho que insistamos, y queremos insistir. No dejaremos de tocar para que ilumines nuestro corazón y abras nuestro entendimiento y nos inundes de fe para, con mayor entusiasmo y confianza, podamos seguirte con paso firme y seguro.

Unidos a todos los blogueros católicos y a los que, siendo blogueros no se siente unidos en la fe, queremos pedirte por todos, del signo o profesión que sean, para que nos una en trabajar por el servicio al hombre y la familia y por acrecentar nuestra fe en ese Dios Padre que Tú, Señor Jesús, nos has revelado. Amén.