Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 9 de diciembre de 2016

GRACIAS, SEÑOR, POR TU SALVACIÓN

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


Dios nos viene a salvar, y, pensemos lo que pensemos, estamos salvados si somos capaces de abrir los brazos al abrazo, valga la redundancia, que nos da nuestro Padre Dios. No es cuestión de lamentos ni tampoco de protestas o discusiones, sino de levantar el corazón a Dios y ponernos en sus Manos.

Nuestro camino es camino de esperanza, pero también se puede convertir en lo contrario, camino de desesperanza. Y, para eso, necesitamos caminar bien asesorado y rodeado. La Iglesia, nuestra madre, nos asiste y nos acompaña, y en y con ella podemos caminar seguros. Dichosos aquellos que no siguen los consejos de los impíos y se dejan aconsejar por los consejos de Dios y por su compañía a lo largo de la travesía.

Necesitamos estar pendientes y avispados para no perdernos en el camino. A pesar de la esperanza que experimentamos con la promesa del nacimiento del Mesías, permanecemos expectante ante las diversas cuestiones que delatan la debilidad de nuestra fe. Danos, Señor, la fortaleza y la sabiduría para saber interpretar los signos de los tiempos y descubrir tu presencia en este mundo. Un mundo que nos sirve para encontrar el camino que nos conduce a Ti.

Te pedimos, Señor, que sepamos encontrar los medios que Tú pones a nuestro alcance con el fin de utilizarlos para prepararnos y descubrir tu presencia entre nosotros. Presencia que, agarrados e injertados en ella, hallaremos el camino que nos lleva a tu Casa, donde estamos invitados, po tu amor y misericordia, a pasar nuestra vida eterna en gozo y plenitud. Amén.

jueves, 8 de diciembre de 2016

MARÍA NOS ENSEÑA Y NOS ACOGE

María es Madre. Madre de Misericordia y de gracia. Nos acoge, pero también nos enseña y nos cuestiona para que, siguiéndola, encontremos a su Hijo, Gracia de su seno, fruto bendito, que el Espíritu Santo concibió por mandato del Padre Dios.

María, Madre buena, queremos caminar a tu lado y contigo llegar a Jesús, tu Hijo y Salvador de todos los hombres. Tú, elegida como fuente de Gracia para que dieras tu seno como morada del Salvador, eres la puerta por donde entra nuestra liberación y salvación al mundo. Madre Inmaculada, que das tu vientre Inmaculado para morada del Señor, alúmbranos también a nosotros el camino que conduce a tu Hijo.

María, engalanada de sencillez, humilde y pequeña, nos muestra las actitudes que al Padre le gusta y nos exige. Porque sin humildad no podemos encontrar el camino que conduce a Jesús. Enséñanos a ser humildes y sencillos; enséñanos a revestirnos de la acción del Espíritu Santo abriéndonos a su Gracia, para que toda nuestra tierra se haga fecunda y, abonada por el Espíritu, dé los frutos que el Padre espera de nosotros.

Hoy, en este hermoso día de la Inmaculada, Madre, queremos que intercedas por nosotros y que nos señales el camino, también recorrido por ti, que nos lleve al encuentro con tu Hijo Jesús, Señor nuestro. Y que nos ayude a pedirle fortaleza y perseverancia para, cómo Tú, Madre nuestra, permaneciste hasta los últimos momentos de su Vida, aquí en la tierra, también nosotros permanezcamos sin desfallecer hasta los últimos momentos de nuestro camino terrenal.

Madre de Gracia y de Misericordia, enséñanos a ser pacientes y confiados, y a no desesperar. Enséñanos a mantenernos erguidos, firmes y esperanzados, porque su Palabra tiene siempre cumplimiento y, creyéndole, le esperamos en su segunda venida para nuestra, por su Misericordia, liberación. Amén.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

SÓLO EN TÍ, SEÑOR, DESCANSAREMOS

No hay otra posibilidad por mucho que nos lo propongamos. No podremos descansar en nuestros egoísmos, vanidades y anhelos sino solamente en el Señor. Las referencias que tomamos del mundo no nos llenan ni nos satisfacen plenamente. La vida nos arrastra y cuando creemos haber encontrado la solución o la cima de nuestra paz y descanso, caemos en nuestra propia trampa. 

Nuestra vanidad, orgullo, soberbia y egoísmo nos destruye y nos abate. La paz sólo está en el Señor. Él es nuestro descanso, y así nos lo promete en el Evangelio de hoy: "Venid a Mí los que estáis cansados y agobiados, y Yo os aliviaré" Y eso queremos y te pedimos hoy, Señor, la sabiduría y la fortaleza para no desfallecer y descansar de todos nuestros fracasos y pecados en Ti. Porque Tú nos salvas y nos liberas de todas nuestras debilidades y frustraciones.

Danos la perseverancia para saber esperar y sostenernos en espera paciente hasta que Tú, Señor, decidas venir para salvarnos. Porque está vida, Señor, sin Ti se hace rutina y absurda. No valdría la pena ni vivir ciento de años, pues nos cansaríamos de lo mismo y no entenderíamos la misma vida que va evolucionando y avanzando. Quedaríamos marginados y desubicados de nuestra misma realidad, porque el tiempo y la ciencia nos superarían y quedaríamos fuera de lugar.

No tenemos otro destino sino descansar en Ti, Señor e igual que de Ti hemos salido, a Ti regresaremos. Y eso esperamos y en esa esperanza apoyamos nuestra vida, que, entonces, cobra todo su sentido y realidad. Eso, llenos de esperanza y confianza te pedimos, Señor. Amén.