Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 25 de septiembre de 2017

QUIERO SER LUZ PERMANENTE

Quiero ser vasija de barro, modelada por Ti,
para dar luz que alumbre según tu Palabra.
Señor, escucho que Tú nos hablas mucho de la perseverancia, y, pienso, que si lo dices y lo pides es que debe ser muy importante. Yo también lo creo así. Sin perseverancia poco se consigue. Yo trato de ser perseverante. Por un lado, porque así lo siento y lo creo. Y te doy gracias por darme esa virtud, y por otro, quizás la más importante, porque Tú lo dices.

Perseverar es insistir, seguir adelante, tener constancia, a pesar de que la fe empiece a debilitarse y a no ver claro esa insistencia. Perseverar esconde fe y obediencia. Perseverar busca creer y encontrar razones que respalden esa continuidad, a veces ciega, por seguir tu Camino, Señor.

Yo, Señor, quiero ser perseverante. Eso te pido hoy. Quiero citarme contigo todos los días, pero no sólo por la oración y el diálogo contigo, como lo estoy haciendo ahora a través de este blog y esta entrada, sino en un cara a cara contigo en la Eucaristía. Donde te puedo ver con los ojos de mi fe y de mi alma, y tocarte con mi lengua, labios y corazón al comerte como alimento espiritual. No quiero perderme ni un día sin poder recibirte, y me fastidia perdermelo, incluso cuando lo gasto en preparar tu Palabra para nuestra comunidad.

Por eso, Señor, consciente de que eres Tú mi Luz y mi salvación, yo te pido que alumbres mi vida y mis palabras, porque, aunque mi debilidad humana me tienta, no las quiero para mi gloria, pues mi vida aquí tengo que dejarla para reunirme contigo en el mundo, que Tú nos tienes preparado. Así que, necio de mí si así lo pretendo. Sólo busco, incluso contra mis propias inclinaciones humanas, tu Gloria.

Tú, mejor que nadie, sabes leer mi corazón y conocer lo que busca. Pero, yo quiero experimentarlo así y verlo claro si Tú me lo permites. Quiero ser luz para Ti, y buscar tu Luz para otros. Quiero evitar, que por no poner todo lo que está de mi parte, alguien se quede en la oscuridad y no vea la Luz que eres Tú. Por eso, Señor, te pido la sabiduría, no la del mundo, sino la que viene de Ti. Dame, Señor, esa sabiduría que alumbra y da luz para que otros te descubran. Amén.

domingo, 24 de septiembre de 2017

NO HACE FALTA CURRICULUM

Hay trabajo para todos, y no hay día ni hora, se premia la disponibilidad y la entrega de hacer bien el trabajo. Un trabajo que lo puedes hacer desde tu propio ambiente, desde tu casa, desde tu tiempo de ocio, desde tu propio trabajo. Pero, también desde y en tu parroquia, en tu comunidad y, sobre todo, con la ayuda del Espíritu Santo. Porque sin Él estamos perdidos.

Todos son bienvenidos y también bien pagados. Tanto los llegados a una hora como los últimos. El premio es gozo eterno y eso se gana no con el tiempo, sino con el corazón. Un corazón convertido, entregado, suave, bueno y misericordioso. Un corazón forjado en la Gracia del Espíritu Santo y trabajado con el esfuerzo de cada día en la Viña del Señor.

¡Señor, danos esa fuerza para perseverar y para estar atentos a tu llamada! No queremos permanecer ociosos y pasivos, ni tampoco pensar en nosotros mismos. Queremos estar disponibles para servir en la Viña de tu Reino. Queremos contribuir a hacer un mundo mejor desde nuestro esfuerzo personal, con nuestro testimonio de cada día, con nuestro bien obrar y empeño por hacer las cosas lo mejor que podemos y sabemos. ¡Señor, necesitamos tu Gracia, para que nuestro trabajo, asistido por la Gracia del Espíritu Santo, ayude a mejorar la vida de los que lo necesitan.

Hoy, te pedimos, Señor, que nos infunda ese don del trabajo y del servicio. De forma gratuita y por amor. Queremos transmitir tu mensaje de amor con nuestra honestidad, con nuestra disponibilidad, con nuestra actitud generosa y entregada a ayudar y servir. Somos consciente que es fácil decirlo, pero muy difícil realizarlo. Estar atento y disponible no es cosa fácil. Se necesita desprendimiento y renuncia a nuestros propios egoísmos, apetencias y apegos.

Por eso, Señor, también consciente de que contigo podemos lograrlo, aprovechamos este rincón de oración para pedírtelo. Danos, Señor, la Gracia de ser buenos trabajadores en tu Viña. Amén.

sábado, 23 de septiembre de 2017

¡TRANSFORMAME, SEÑOR, EN BUENA SEMILLA!

Soy semilla lanzada a boleo sobre la tierra. Y, también soy consciente que puedo caer en tierra buena, pero también en tierra mala. Puede, incluso, quedarse sobre la orilla del campo y ser alimento de pajarillos del campo. Hoy te pido, Señor, que hundas mi pobre vida en tierra buena. En esa tierra donde pueda echar raíces profundas hasta el punto de, bien abonada y alimentada por el agua de la Vida de la Gracia, ser fértil y dar buenos y hermosos frutos.

Soy consciente, Señor, de mi pobreza y de mi vulnerabilidad. Soy tierra seca, de poca profundidad; terreno pedregoso, lleno de zarzas y sin posibilidad de dar buenos frutos. Por eso, mi súplica de hoy va dirigida precisamente a eso, a pedirte que conviertas mi tierra mala en tierra buena y fértil. Necesito esa tierra buena de la Vida de la Gracia, que sólo Tú, Señor, puedes darme.

Riega mi humilde tierra con tu Gracia, Señor, y fertilizada. No permitas que, distraído por las apetencias y pasiones que me inclinan a este mundo sea arrastrado a mala tierra, y mis pobres raíces se queden al borde de los caminos y sean devoradas por los pajarillos del campo; o en terreno pedregoso que, siendo poco profundos, me ahoguen y sequen por falta de humedad. No permitas, Señor, que mis frutos queden en la mediocridad de una vida instalada, tibia y sin esfuerzo quedándose en la esterilidad.

Dame la paciencia y la perseverancia  de soportar mis debilidades y levantarme desde mi fragilidad herida y tocada por el pecado. Fortaléceme en la esperanza y afirma mi débil fe, Señor. Apóyala sobre roca, esa roca de tu Palabra, y revísteme de tu Gracia para que ilumine mi pobre vida y la asista con la sabiduría del discernimiento, diferenciando lo bueno y lo malo; lo hermoso y lo mediocre.

Yo, Señor, quiero ser semilla buena y, hundida mis raíces en ella, dar hermosos y buenos frutos para tu Gloria. Pero, no basta sólo con mi voluntad. Necesito tu Gracia, Señor, porque sin Ti nada soy. Tú, Señor, eres mi Creador y mi Hacedor, y sólo en Ti podré vencer mis miedos, mis debilidades, y mis pecados. Dame, pues, Señor, la Gracia de ser semilla plantada en tierra buena, para que mis frutos sean también buenos. Amén.