Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 6 de febrero de 2018

RENÚEVA MI CORAZÓN, SEÑOR, CADA DÍA

Sin darnos cuenta nos hacemos viejos y nuestro corazón, si no se renúeva, se endurece. Y, en la media que nuestra vejez nos aparta del trajín del mundo, nuestro corazón, también envejecido, se duerme y paraliza alejado de la actividad que lo rejuvenece y lo sostiene encendido. Necesito despertarlo y ponerlo en el camino para que siga latiendo y rejuveneciéndose.

Porque nuestra alma no envejece, y nuestro corazón, aunque maltrecho físicamente, unido a nuestra alma se mantiene joven y firme. Pero, necesita savia, savia nueva inyectada del Corazón y del Costado de Cristo. Savia que lo vitalice y lo sostenga activo y renovado. Esa es nuestra petición de hoy, Señor, manternos firmes, jóvenes y renovados en tu Amor.

Porque, el Amor tiene muchos aspectos y matices que sirven para hacer el bien. El amor es misericordioso, pues si le falta la misericordia queda mutilado y enquistado en un amor exigente y radical. El amor es comprensivo, paciente, escuchante e integrador. El Amor nos viene del Señor y de Él nos nutrimos y nos miramos. Si el Señor acoge a todos y mira lo fundamental, no nos paremos nosotros en lo accidental, pues heridos por el pecado buscamos satisfacernos y escondernos en nuestras apetencias y egoísmos.

Te pedimos, Señor, que nos renueves nuestros corazones y nos limpies de nuestros pecados que se esconden en segundas intenciones y en falsos preceptos. Tratamos de eludir nuestra responsabilidad con falsas e hipócritas costumbres para escapar de nuestros compromisos con el cuarto mandamiento según las tradiciones de nuestros antepasados. Y ahora, quizás ponemos en lugar de esas tradiciones, nuestras nuevas formas de vivir, consumir, viajar. Detrás de esa frase "yo también tengo derecho a vivir" se esconde una actitud de autoengaño que quiere justificar nuestras responsabilidades.

Danos, Señor, la fortaleza, la sabiduría y la valentía de ser fieles a nuestro compromiso de Bautismo y de contemplar la vida como un camino donde responder a nuestros compromisos, conforme a tu Voluntad y según tu Palabra, sea nuestra prioridad, responsabilidad y cumplimientos. Amén.

lunes, 5 de febrero de 2018

DAME, SEÑOR, LA FE PARA VER Y ESCUCHAR TU PALABRA

Mi naturaleza busca el efecto inmediato. Son de carne y me duele y atormenta el dolor y la enfermedad. Mis sentidos reclaman salud y sin ellos mi vida pierde calidad y bienestar. Quiero, Señor, que me cures y vivir saludablemente. Sé que Tú lo sabes, porque me conoces y me entiendes, pero, Tú buscas otra cosa en mí, quieres enseñarme a ser generoso, a compartir y a darme a los demás, incluso a pesar del dolor y el sufrimiento. Porque, sólo dándose y sufriendo por el otro, expresamos realmente nuestro amor.

Y no porque sólo lo digan tus Palabras, sino porque lo atestiguan tus obras y hechos. Tú te has entregado en Cuerpo y Alma a cada uno de nosotros. Y lo haces cada día de nuestra existencia, pero lo has hecho hasta el extremo de dar tu Vida en la Cruz como pago por nuestra salvación. Nos has demostrado que sólo con amor se pueden salvar los hombres. Un amor como el tuyo, hasta el extremo de entregar nuestro vida.

Ese es tu mensaje y lo que quiere enseñarnos. Indudablemente, nos cura y nos sana para que vemos tu poder. No buscas gloria en eso, ni tampoco fama ni populismo. Incluso te escondes y mandas a callar a los espíritu inmundos que expulsas. Simplemente, quieres que la gente se dé cuenta de que eres el Mesías prometido, el Hijo de Dios hecho Hombre, y que has venido para salvarnos, no de una forma temporal, sino para toda la eternidad.

Por tanto, Señor, te pedimos que nos des esa sabiduría, la de darnos cuenta de lo que nos dices con y en tu Palabra. Ilumina nuestras almas y fortalece nuestros cuerpos, para que sepamos soportar las mortificaciones y las herida de nuestras diarias batallas contra los espíritus inmundo que quieren arrastrarnos y alejarnos de Ti. Y apoyarnos en la esperanza, confiados y fortalecidos por la fe, de la Vida Eterna.

Danos, Señor, la paciencia, la mansedumbre, la Caridad, el gozo, la paz, la longanimidad, y todos los frutos del Espíritu Santo para, con y en ellos perseverar y servir a los demás como Tú nos mandas. Amén.

domingo, 4 de febrero de 2018

LAUDES



HIMNO 

Es domingo; una luz nueva
resucita la mañana
con su mirada inocente,
llena de gozo y de gracia.

Es domingo; la alegría
del mensaje de la Pascua
es la noticia que llega
siempre y que nunca se gasta.

Es domingo; la pureza
no solo la tierra baña
que ha penetrado en la vida
por las ventanas del alma.

Es domingo; la presencia
de Cristo llena la casa:
la Iglesia, misterio y fiesta,
por él y en él convocada.

Es domingo; «este es el día
que hizo el Señor», es la Pascua,
día de la creación
nueva y siempre renovada.

Es domingo; de su hoguera
brilla toda la semana
y vence oscuras tinieblas
en jornadas de esperanza.

Es domingo; un canto nuevo
toda la tierra le canta
al Padre, al Hijo, al Espíritu,
único Dios que nos salva. Amén.
                                                                                  V Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B, solemnidad
Salterio: domingo de la primera semana