Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 31 de octubre de 2018

ESE ES EL CAMINO

Resultado de imagen de Lc 13,22-30
Lo sabemos y lo experimentamos cuando lo vivimos. Todos tenemos experiencias del gozo que sentimos cuando hacemos una buena obra. Todos hemos experimentados la alegría y el regocijo de sentirnos bien, satisfechos y plenos interiormente cuando nuestro corazón nos dice que hemos hecho lo que debíamos hacer. Independientemente del resultado.

Pero, a pesar de esas experiencias nos cuesta comprometernos y molestarnos por ayudar a aquellos que sufren y lo pasan mal. Es una lucha interna que se establece a cada momento en mi interior. Una lucha entre el bien y el mal; entre la comodidad y la diligencia; entre la humildad y la soberbia; entre la caridad y la avaricia; entre la castidad y la lujuria; entre la ira y la templanza; entre el amor y la envidia. Una constante lucha que debemos librar confiados en el Señor y en la asistencia y auxilio del Espíritu Santo.

Una lucha por vivir en su Palabra y en el esfuerzo diario por entrar por la puerta estrecha. Esa puerta del amor de la que nos habla Jesús. Y reconocemos y sabemos lo pequeño y débil que somos y lo mucho que te necesitamos, Señor. Sin Ti nada podemos hacer. Y es eso lo que hoy te pedimos desde este rincón de oración, que nos mantengamos siempre atentos a tu Palabra y en la actitud del constante esfuerzo por vivirla y transmitirla.

Danos, Señor, paciencia y perseverancia, a pesar de nuestros errores y pecados y que nuestras obras no sean lo buenas que deseamos ni den los frutos apetecidos. En tus Manos, Señor, las ponemos. Ayúdanos a soportar los defectos del prójimo y a perfeccionar los nuestros para que no sean carga para los demás. Danos, Señor, la preocupación constante de esforzarnos para entrar por la puerta estrecha que Tú nos señalas, porque detrás de ella está nuestro gozo y nuestra plena felicidad eterna. 

Y, sobre todo, Señor, a escucharte y discernir, a la luz del Espíritu santo, tu Palabra, para conocerla bien y llevarla plenamente a cumplimiento. Amén.

martes, 30 de octubre de 2018

ABONA CON TU GRACIA, SEÑOR, LA SEMILLA DE AMOR QUE HAY EN MI CORAZÓN

Resultado de imagen de Lc 13,18-21
Sé, Señor, que estás dentro de mí y que tu Palabra fertiliza la pobre tierra de mi corazón, pero necesito tu Gracia, esa Agua que la riegue y la fertilice para que produzca buenos frutos. Y Tú, por tu Voluntad e Infinita Misericordia has querido exigirme mi libre voluntad. Me has creado libre y has puesto en mis pequeñas manos la responsabilidad de decidir dejarme fertilizar por tu Amor Infinito.

Y me experimento como esa semilla o levadura pequeña de la que Tú hablas en tu Evangelio de hoy, y que sin tu Gracia no podría crecer. Por eso, Señor, postrado a tus pies te suplico que riegues con tu Gracia la humilde semilla sembrada en mi corazón para que dé los frutos deseados que Tú esperas de mí.

Llena, Señor, el humilde huerto de mi corazón de tu Amor, para que, fertilizado derrame la Gracia y produzca frutos abundantes que extiendan tu Reino por todo el mundo al que alcance su tierra. Un crecimiento que no se ve ni se nota. Un crecimiento que crece en el silencio de cada día y cada noche. Unos frutos que, quizás no veamos, pero que están ahí y que su semilla germinará sin darnos cuenta.

Danos, Señor, paciencia y esperanza para saber esperar y aguardar el tiempo de la cosecha. Danos la fe y la confianza para no desesperar y aguardar serenamente que la semilla crezca, madure y dé buenos frutos. Sabemos de la lentitud y del tiempo que la tierra del hombre necesita para que la semilla eche raíces y dé frutos. En Ti confiamos Señor,

domingo, 28 de octubre de 2018

TU GRACIA, SEÑOR, PARA VER

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No dependerá de nosotros ver la Luz. Mejor, diría que en cierto modo Dios nos ha dado la Gracia de ser libres y de, con nuestra libertad, esforzarnos en buscar y pedir esa Luz que nos salva. Pero, todo, tanto la capacidad de libertad para elegir, decidir, poner voluntad y esforzarnos en buscar y pedir, como el don de la fe, es obra de Dios. Por eso, todo está en sus manos.

Pero, nosotros, sus hijos, podemos, porque Él así lo ha querido, aceptarlo como Padre, o rechazarlo y no querer su amistad ni su oferta de salvación. Podemos optar por el mundo, el placer y la satisfacción de nuestras apetencias y egoísmo y no obedecerle, pero, quizás lo que se nos olvida o no tenemos tan presente  es asumir nuestras responsabilidades y consecuencias. Ni tampoco lo que nos jugamos al final de nuestra vida, cuando nos llegue nuestra hora.

Por eso, Señor, repetimos como Bartimeo: ¡Haz que veamos, Señor! Ver la Luz de tu Palabra y la Gracia de tu Amor Misericordioso. Ver la única y verdadera salvación que nos da Vida Eterna en gozo y plenitud. Ver, Señor que el único camino es vivir en tu obediencia y en tu Amor. Y que amando, tal como nos ha enseñado tu Hijo, nuestro Señor, es la plenitud de la verdadera felicidad.

Llénanos y aumenta nuestra Fe, Señor, para que sea la Luz que nos guíe y nos fortalezca en perseverancia tu seguimiento. Danos fortaleza para poner todos nuestros talentos en buscarte, en seguirte y en pedirte la Luz de la Verdad. Danos voluntad para no desfallecer y gritar y pedir como Bartimeo hasta escuchar tu respuesta, Señor, y llegar a ver. A ver la verdadera y única Luz que eres Tú, mi Señor. Amén.