Gracias,
Señor, por darnos la Sagrada Familia de Nazaret como modelo para vivir en
comunidad, confiando siempre en tus promesas.
Gracias
por mostrarnos que no había un lugar mejor para que naciera y creciera tu Hijo
que en el seno de una familia, de una comunidad de amor.
Gracias
por José, el padre que cuidó y protegió a Jesús y le enseñó el oficio de
carpintero. Gracias por María, la madre que lo llevó en su vientre, lo crio y
estuvo siempre a su lado, incluso en el momento de la cruz.
Gracias
por Jesús, el hijo que nos enseñó a ser obedientes, a permanecer junto a los
padres hasta la vida adulta, a preocuparse por ellos hasta el último
momento.
Que su
ejemplo sea un modelo para nosotros a la hora de convivir y de creer hasta qué
punto la familia es un lugar sagrado donde Tú te manifiestas. Amén.

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