Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta Bautismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bautismo. Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de abril de 2015

AUNQUE NO LO ENTIENDA, GRACIAS SEÑOR POR MI BAUTISMO



Podría haber nacido en la India, en China o, África. O en cualquier otro sitio u otra familia que no sea la que el Tú me has dado. Mi vida podría ser de otra forma y circunstancias, pero, ahora, después de un largo camino recorrido, es la que es. La que Tú, Padre del Cielo, has querido y pensado.

Y, rendido y postrado a tus pies, Señor Jesús, tengo que darte las gracias porque no he tenido, como Nicodemo, que buscarte entre las sombras de la noche para reconocerte como enviado por el Padre. Tú me lo has dado situándome en una familia y unas circunstancias que lo han aceptado. Y yo, más tarde, he decidido que ha sido el mejor regalo de mi vida.

Y tengo ahora la oportunidad de, con bastante frecuencia, así compartirlo con muchos padres y madres que se acercan a tu Iglesia, Señor, a Bautizar a sus hijos. Y lo hago con verdadero fervor. Por eso, te doy gracias Señor de la Gracia que me has concedido sin merecerlo, y te pido que, por tu Misericordia, me des la fuerza, sabiduría y voluntad, no solo para proclamarlo, sino para dar testimonio, con vida y palabra, de tu Mensaje.

Aprovecho también para pedirte perdón. Perdón por todos mis fallos, mis errores y pecados; por todos mis fracaso y debilidades; por todos mis reproches, rechazos a tus planes sobre mí vida y por mis vanidades, orgullos, soberbias y egoísmos. Porque a pesar de tantas ofensas me perdonas y mantienes tu Palabra de salvación.

Y, por último, dame, Señor, la Gracia de no desfallecer e, injertado en el Espíritu Santo, continuar detrás de tus pasos y entregar la vida por cumplir y vivir tu Voluntad al servicio de la salvación de todos los hombres. Amén.

lunes, 15 de diciembre de 2014

JUAN, SEÑOR, PROCLAMA QUE TÚ ERES EL HIJO DE DIOS



El Bautismo de Juan fue un Bautismo de agua. como preparación para el Bautismo en el Espíritu que Tú, Señor, nos invita a tomar. Un Bautismo que nos hace sacerdotes, profetas y reyes para proclamar tu Palabra en verdad y justicia. Un Bautismo que nos capacita en el Espíritu para vivir y defender la Verdad.

Señor, aumenta nuestra fe y danos la Vida de la Gracia para que no se nos paralice nuestra lengua, sino que hable en verdad y justicia dando a conocer tu Reino. Danos la fortaleza y la valentía para gritar, como Juan, que Tú eres el Hijo de Dios Vivo, y que la salvación viene por y de Ti.

No permitas, Señor, que tiemble nuestra lengua y se esconda para dejar que tu Nombre se pierda y no se conozca. No permitas, Señor, que mi vida y los acontecimientos que en ella vivo queden excluidos de tu Mirada y tu Palabra. Impregna y empapa mi vida de tu Gracia, Dios mío, para que al respirar, todo el ambiente que me rodea, quede contagiado e impregnado de tu olor y tu presencia.

 Hoy, como ayer, la Palabra de Jesús molesta e hiere a los que viven en la mentira y el pecado. Haz, Señor, que los cristianos de occidente seamos solidarios y comprometidos con los de África y orientes. Allá, ellos sufren persecuciones y amenaza de muerte, y según estadísticas muere uno cada cinco minutos. No podemos permanecer pasivos y callados. Debemos, además de rezar, denunciarlo.

Te pedimos, Señor, que tu Fuerza nos fortalezca y nos dé el valor necesario para aceptar la cruz que los hombres, ciegos y sometidos al pecado, nos imponen. Y que, como Juan, a pesar de la amenazas de muerte, no dejemos de gritar y proclamar tu Palabra.

domingo, 7 de diciembre de 2014

LOS TIEMPOS NO SON FAVORABLES



Cada momento trae sus circunstancias, dificultades, cultura y sus problemas. No podemos que estos sean mejores que aquellos. Cada cual tendrá que resolver su hora y responder a ella desde su época, su situación, circunstancias y cultura. Juan el Bautista predicó la venida del Señor. Eran momentos que exigían penitencia, arrepentimiento, y conversión.

No hay conversión sin dolor de contrición. Se hace necesario dolerse del mal realizado para, arrepentido, encontrar el perdón. Y Juan anuncia ese perdón bautizando con agua en la esperanza de la llegada de Aquel que Bautiza en el Espíritu Santo y perdona los pecados. 

Se hace duro escapar de esta preparación mundana de la Navidad. Una preparación donde se canta la venida del Señor, pero no se le espera. En cambio, se esperan loterías, comilonas, regalos y diversiones. Se disfraza el corazón de amor, pero se vive el egoísmo y los placeres. Se recuerda al que sufre con alguna que otra visita y bajamos el telón. Y dentro de esta tela de araña, abstraerte se te hace difícil.

Buscar tranquilidad, espacios de tiempo de reflexión y despojarte de la algarabía de luces y consumismo exige aislamiento y paz. No es difícil si hay búsqueda de encuentro. Sí, necesitas voluntad, pero cuando has salido al desierto las luces quedan lejos y la voz que clama se acerca. La Gracia te invade y el corazón palpita de deseos de purificarse y de limpiarse.

Te cuesta desprenderte, pero no ignores que el Espíritu de Dios lo puede todo, y sólo necesita tu sí, como lo dio María, y lo demás corre por cuenta del Espíritu Santo. No midas tus fuerzas, porque te asustarás y no seguirás adelante. Confía en las fuerzas del Espíritu y ponte en sus Manos. Experimentarás como las luces de la mentira empiezan a apagarse y se encienden las luces de la Verdad, las que alumbra el único y verdadero camino hacia la esperanza.

La esperanza de que vuelva a nacer en mi corazón un Niño Dios que me siga alimentando, alumbrando a discernir el bien del mal, la justicia de la injusticia, el amor del desamor. Amén.

jueves, 10 de julio de 2014

ASUSTADO POR TANTA RESPONSABILIDAD



Era pequeño, recién nacidos. En mi caso catorce o diecinueve días cuando fui bautizado. No sabía la gran responsabilidad que contraía contigo Señor. Sí, fueron mis padres, pero ellos, como ocurre con casi todos los de hoy, no saben a qué se comprometen. Por el Bautismo he sido revestido de sacerdote, profeta y rey, y también he recibido la Gracia del Espíritu Santo para vencer los efectos del pecado original.

Estoy dotado y armado, por la Gracia de Dios, para la lucha contra el mal, y con la garantía de vencer sin lugar a duda. Pero, la ignorancia, la poca fe y la apetencia del camino fácil nos pierden y nos hace dudar y, sin darnos cuenta, caemos en los dominios del demonio que nos somete y nos esclaviza. 

Eso me asusta, Señor. Experimento miedo de no ser capaz de responder a tu Gracia y de no creer que pueda vencer las tentaciones del demonio. Empiezo, en la medida que he crecido a sentir la presencia en mi corazón del hombre viejo que soy, tentado y lleno de debilidades, de apetencias y falsas promesas de gozo y felicidad. Necesito tenerte cerca y tocarte, experimentarte y sentir tu presencia dentro de mí.

No dejes que, llevado por las falsas corrientes de este mundo, deje ni un día de visitarte, de escuchar tu Palabra y de comer tu Cuerpo. Me sé indigno de ello, pero sólo puedo ofrecerte mi voluntad de estar allí suplicándote misericordia y aguardando que tu Gracia, por tu Amor y Misericordia, me llene de tu Espíritu para que pueda proclamar tu Mensaje a todos aquellos que lo quieran recibir.

Inúndame, Señor, de tu Perseverancia y de tu Amor para, por tu Gracia y la acción de tu Espíritu llevarte a cuantos corazones se abren a la acción de tu Palabra.