Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 24 de abril de 2023

QUÉDATE, SEÑOR Y ACOMPÁÑAME EN EL CAMINO DE MI VIDA HASTA LLEGAR A TI

*ORACION EMAÚS*

Quédate conmigo, Señor! ¡Quédate y conviértete para siempre en mi acompañante en el camino de la vida! ¡Sé, Señor, mi maestro, mi amigo, mi compañero, mi huésped, mi protector porque la noche va decayendo y está repleta de oscuridades, de incertidumbres, de soledades, de desalientos, de turbaciones, de sufrimientos, de tristezas, de problemas que parecen no tener fin! ¡Siéntate, Señor, a mi lado reparte tu pan de vida!

 ¡Quédate conmigo, Señor, y no permitas que dude nunca, que me venza el desaliento, que me deje derrotar por las inseguridades y los miedos, que me sacuda el dolor, que me traspase el desencanto! 

¡Quédate, Señor, conmigo para crecer firme contigo, para regresar siempre siendo testimonio tuyo, para decirle al mundo que has resucitado y caminas a nuestro lado! Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

jueves, 8 de abril de 2021

CAMINO DE EMAÚS

 ´

 

EMAÚS

..
Porque es tarde, Dios mío,
porque anochece ya
y se nubla el camino;
porque temo perder
las huellas que he seguido,
no me dejes tan sola
y quédate conmigo.
.
Porque he sido rebelde
y he buscado el peligro,
y escudriñé curiosa
las cumbres y el abismo,
perdóname, Señor,
y quédate conmigo.
.
Porque ardo en sed de Ti
y en hambre de tu trigo,
ven, siéntate a mi mesa;
bendice el pan y el vino.
¡Qué aprisa cae la tarde!...
¡Quédate al fin conmigo!

miércoles, 15 de abril de 2020

SI BUSCAS LA VERDAD TE ENCONTRARÁS CON DIOS

Lectio divina del 23 de Abril de 2014 | Evangelio, Octava de pascua
No hay otro camino sino el de la verdad. Todos queremos saber la verdad y en ello nos afanamos y esforzamos. Sin embargo, nadie llega al conocimiento de la verdad ni tampoco de la libertad. Porque, la verdad y la libertad están intimamente relacionados. En la medida que conozca la verdad serás libre, porque la verdad te irá haciendo libre. Por eso, quienes buscan la verdad se encontrarán, tarde o temprano, con el Señor, pues, en Él está la Verdad y la Vida, y Él, precisamente Él, es el Camino para llegar a esa Verdad.

Afortunadamente, aquellos discípulos de Emaús la encontraron en el camino. Iban derrotados, pero, algo encerraban en sus corazones que la encontraron. La prueba fue que no la esquivaron sino que penetró en sus corazones hasta incendiarlos y ponerlos a arder. Abrieron sus ojos y reconocieron al Señor. También, a nosotros nos puede ocurrir eso. Claro, se necesita que, primero, busquemos la Verdad y que sea una búsqueda sincera, abierta y dispuesta a abrirse a ella y a acogerla.

Sabemos que vivimos en la oscuridad y que estamos sometidos por el pecado. Incapaces de ver la luz te pedimos, Señor, que nos ilumine y abras nuestros oídos y ojos para escucharte y verte hasta el punto que nuestros corazones ardan de entusiasmo y alegría. Que la esperanza renazca de nuevo en nuestros corazones y que, fortalecidos por tu Amor y Resurrección, volvamos al camino de la vida para llevar y anunciar tu Resurrección. Amén.

miércoles, 24 de abril de 2019

DEL TRISTE REGRESO A LA ENCENDIDA ESPERANZA

Resultado de imagen de Lc 24,13-35
Perdemos la esperanza y nuestro corazón se entristece. Sin esperanza se hace difícil vivir. Todo el mundo espera algo. Y ese algo tiene un significado de avance, de mejoría, de conseguir algo mejor. No puede ser lo contrario, porque lo contrario generaría tristeza y desolación e incluso la muerte. Necesitamos creer en algo que dé sentido a nuestra vida y le dé esperanza de un mundo mejor.

Ese es el motor de tantos inmigrantes que, arriesgando sus vidas, se lanzan a la aventura de buscar y alcanzar un mundo mejor. Es una aspiración universal de cualquier hombre y mujer. Pero, podemos equivocarnos en el objetivo a buscar. Porque, sin despreciar, pues se hace necesario, luchar por conseguir unas circunstancias que nos permitan una vida mejor, debemos buscar lo que realmente vale y significa nuestra gran Tesoro. Y ese no es otro que encontrarnos con el Señor. Porque, Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida.

Por eso, regresemos de Emaús y volvamos a la comunidad, al ámbito parroquial donde nos encontraremos con los hermanos en la fe y con los que podamos compartirla y fortalecerla. Volvamos con el corazón alegre, como aquellos de Emaús, después de escuchar la Palabra y ver como nuestros corazones se activan y se encienden llenos de gozo y felicidad. Volvamos con esa alegría y deseo de anunciar en todas direcciones que Cristo Vive, pues ha Resucitado.

Y eso significa que también resucitaremos nosotros. Pidamos que, como los de Emaús, encontremos al Señor y no le cerremos nuestros corazones, sino que, acogiéndole los abramos y le escuchemos atentamente con verdadera atención y entusiasmo y no le dejemos ir porque su Palabra nos entusiasma, nos alegra y enciende el corazón y nos desborda de gozo y alegría. 

Gracias, Señor, por quedarte con nosotros y por acompañarnos cada día, a pesar de nuestros torpes pasos, y de, como a los de Emaús, abrirnos los ojos y encendernos el corazón llenándonos de gozo, alegría y esperanza. Amén.

miércoles, 4 de abril de 2018

TAMBIÉN A TI TE HABLA CADA DÍA

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No es cuestión de estar esperando, porque el Señor ya está contigo. Está vivo y te acompaña. Se trata de saber advertir su presencia y escucharle. Ahora mismo está dentro de ti y te habla desde dentro, desde tu corazón, desde lo más profundo. Primero, sosiégate, ponte en paz y serénate. El Señor está en lo tranquilo, en lo suave, en lo sencillo, en la brisa que te llena de paz.

Y, ahora, dispón tu oído para escucharle. No se trata de hablar, ni de pensar. Simplemente, permanecer en silencio. Deja que sea Él quien mueva tu corazón y tome los hilos de tu vida. Ábrete a su Amor y déjate amar por Él. Pronto empezarás tú también a amar. No desesperes, porque Él está a tu lado, ¿para qué entonces resucitar? ¿Para marcharse y dejarte solo? Concuerdas conmigo que eso no tiene sentido.

Luego, el Señor está contigo, y también conmigo. Sólo nos basta abrirnos y dejarnos amar por Él. Nos conducirá por el camino que Él quiere para nosotros. Ese camino que nos hace feliz y nos da la Vida Eterna. No te preocupes. Estar con el Señor no puede ser aburrido, ni cansado, ni preocupante ni darnos miedo. No puede ser nada de eso, pues, entonces, ¿qué Señor sería? ¿Nos ha engañado?

Estar con el Señor tiene que ser un remanso de paz, de tranquilidad, de alegría, de gozo, de fortaleza, y, sobre todo, de amor. Estar con el Señor tiene que ser la dicha más grande que podamos alcanzar. Y, si todavía no nos pasa eso, es que no hemos logrado estar con Él plenamente. Posiblemente no hemos sabido encontrarlo como les sucedía a los de Emaús en su retirada. Pero, sabemos cómo actuaron una vez que lo encontraron.

También nos sucederá a nosotros. Por lo tanto, sigamos buscándole y esperándole. Sigamos perseverando y atentos a su Palabra. Busquemos espacios de silencio y de paz para dejarnos embriagar por la Palabra del Señor, que nos atosiga, ni nos apresura, sino que nos llena de paz y de amor. Y cuando llega el amor se da todo, hasta la propia vida. Amén.