Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 15 de abril de 2019

LAS SEGUNDAS INTENCIONES

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No cabe duda que lo que define la moralidad de un acto es su intención, independiente de que su resultado sea malo o bueno. A veces, teniendo buena intención, lo realizado sale mal, pero la moral del acto es buena porque la intención también era buena. Sin embargo, en el acto que nos cuenta hoy el Evangelio, la intención de Judas Iscariote no es buena. Le parece, para sus intereses, que se gasten un buen dinero en el coste de ese caro perfume de nardo en ungir los pies a Jesús cuando él, encargado de la economía del grupo lo podía conseguir para su provecho.

Por lo tanto, su mala intención define como malo su murmuración y protesta. María experimenta admiración y agradecimiento a Jesús por la resurrección de su hermano Lázaro y en deseos de manifestarlo unge sus pies con perfume de nardo. Un perfume de gran valor económico que, de alguna manera, quiere dejar señal patente de su gran agradecimiento y de su agradecido amor.

Lázaro, a quien quieren matar también los sumos sacerdotes y fariseos, representa esa vida nueva que nos promete Jesús a todos aquellos que se acercan a Él con verdadera fe y confianza. Es lo que está prometido y conseguido con su Pasión, Muerte y Resurrección. Jesús gana para todos nosotros la Vida Eterna. Eso que quede bien claro. 

Es posible que no te lo creas como aquellos sumos sacerdote y fariseos, que a pesar de tener muchos testimonios de la resurrección de Lázaro reaccionan queriendo matar a ambos. Hoy está sucediendo lo mismo. Hay muchos que siguen queriendo quitar del medio a Jesús y a todos los que le proclamar y dan testimonio de Él. Pero, ya han pasado dos mil diecinueve años y sigue Jesús en pie. No podrán con Él porque Él está donde haya una persona que crea en Él y no podrán acabar con todas.

Además, nos ha prometido venir de nuevo para llevarnos a la Casa de su Padre -Jn 14, 2-3- donde viviremos eternamente y en plenitud de gozo y felicidad. Pidamos que perseveremos y nunca perdamos la fe. Amén.

lunes, 10 de abril de 2017

NOSOTROS SABEMOS MÁS

Nuestra Pascua no es como la de Marta, María o Lázaro. Ni tampoco como la de los discípulos, ni, mucho menos como la de Judas. Nosotros gozamos de mucha más ventaja, y, lógicamente, se nos pedirá mucha más responsabilidad y cuenta. Es de sentido común, porque, ellos, no sabían lo que iba a suceder y mucho más difícil creer. Sin embargo, muchos estuvieron al lado del Señor, incluso en los momentos de mayor dificultad.

¿Y nosotros? ¿Qué hacemos? Porque nosotros sabemos el desenlace final. Sabemos de la Resurrección del Señor y del testimonio de todos los que le vieron después de la Pascua. Y de nuestra Madre la Iglesia que nos lo ha transmitido hasta nuestros días, y continúa haciéndolo por su Palabra y el testimonio de tantos santos que le han seguido y nos han dejado su testimonio.

Vivamos esta Pasión y muerte del Señor con esperanza y fe, confiados en su Palabra y abierto a la acción del Espíritu Santo, que nos acompaña y nos alienta a continuar el camino del Señor. A vivir con intensidad y con fe nuestra propia pascua, con nuestras dificultades, fracasos, incomprensiones y pecados, pero siempre esperanzados en que con el Señor resucitaremos para la vida gozosa y eterna junto al Padre. Amén.

domingo, 2 de abril de 2017

¡¡RESURRECCIÓN!!

Nuestra esperanza es la resurrección. El Evangelio de hoy nos lo deja claro, pues, si Jesús ha resucitado a su amigo Lázaro, y más tarde, ha Resucitado Él, la pregunta es: ¿Cómo no va a resucitar a aquellos que creen en Él? Los signos son evidentes, pero la ceguera de los hombres, que se obstinan en permanecer en la oscuridad también se pone de manifiesto.

La resurrección de Lázaro está puesta como prueba y signo para Gloria de Dios. Jesús así la preparó, para demostrar al mundo el Poder de Dios y dar testimonio de su Amor por y para la salvación de los hombres.Y nosotros confesamos nuestra fe y te pedimos, Señor, que nos la aumentes. Como Marta y María queremos expresar que creemos en Ti, Señor y sabemos de tu Amor y tu Poder, y que nos resucitarás al final de los tiempos.

Pero, también queremos expresar que vivir en el amor que Tú nos manifiesta es el gozo y la alegría mayor que el hombre puede alcanzar. Porque, dentro de cada hombre, hay una llama de amor, que, de no prenderla, quedará en tinieblas y oscuridad, y su vida se perderá en la tristeza y la angustia. Hemos sido creados para amar, y si no amamos vamos contra nuestro destino. Y ello nos perderá y hará nuestra vida un infierno.

Y es que precisamente el amor nos llevará a la resurrección. Es lo que nos dice Jesús, "amar a Dios y al prójimo tal y como nos ama Él". Por eso te pedimos, Señor, que nos des la fuerza y la capacidad de amar a tu imagen y semejanza. Porque cuando amamos nos sabemos resucitados. 

Danos, Señor, esa Gracia de amar a nuestros hermanos y de saber en cada momento responder a las necesidades de todos aquellos que realmente lo necesitan, como Tú lo haces con nosotros. Amén.