Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 20 de abril de 2021

EN BÚSQUEDA DEL VERDADERO PAN QUE SACIA

 

Nos pasamos toda la vida buscando saciarnos tanto de alimentos como de felicidad. Buscamos el alimento, no solo del cuerpo sino del alma pero, llegamos a cansarnos al quedarnos siempre insatisfechos, o, dicho de otra forma, no llegar nunca a satisfacernos plenamente. El peligro está escondido en que nos acostumbremos y lleguemos a resignarnos. ¡No hay tal alimento!, y nos establecemos en la mediocridad, en la tibieza y en la convicción de solucionar nuestros problemas como el mundo nos da a entender. Y, lo peor, a esperar que llegue, resignado, la hora final de nuestra vida. 

¿No te das cuenta que si buscas y deseas encontrar un alimento que te satisfaga plenamente, es que existe ese alimento? ¿Quién ha puesto ese deseo dentro de ti? ¿Lo tienen los animales? Ellos, una vez satisfechos no quieren más, se siente llenos y a descansar y dormir. Sin embargo, tú y yo nunca quedamos llenos, siempre queremos y buscamos más. Claro, no lo encontramos porque en este mundo no está. Es Jesús quien nos lo da. Él es el Pan bajado del cielo que viene a satisfacer ese deseo interior de nuestra alma de Vida Eterna.

Danos, Señor, ese Pan que, quizás sin saberlo, ignorándolo y ciegos a tu Palabra dejamos escapar, o no acogemos como el verdadero alimento que nos da esa Vida Eterna que, equivocadamente buscamos en este mundo caduco y perecedero. Danos esa sabiduría de entender tu Palabra y escucharla confiado y dispuesto a hacerla vida en nuestras vidas.

«En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

viernes, 1 de mayo de 2020

NECESITAMOS ALIMENTARNOS

Juan 6 : 30 - 35
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

No hay discusión, todos necesitamos alimentarnos y, por supuesto, buscamos alimentos, que en muchos momentos de nuestra vida han sido el detonante de guerras, conflictos y enfrentamientos entre los hombres. Sin alimentos no se puede vivir y eso es primordial para el hombre. 

Pero, una vez saciada el hambre material, experimentamos que esa felicidad que creíamos que se iba a alcanzar con la abundancia de alimentos, no se logra. Y siguen los enfrentamientos, quizás, ahora satisfechos materialmente, por otras causas que motivan las ambiciones de poder y riqueza. Entonces, descubrimos muchos y diferentes alimentos: no sólo material, sino también de riquezas, poder...etc.

Nos cuesta más descubrir el alimento espiritual. Ese alimento que nos sosiega y nos llena de paz y serenidad. Ese alimento que nos calma y nos satisface hasta el punto de experimentarnos gozosos y felices. Hablo del alimento del Pan de Vida. La Eucaristía, donde Jesús, el Hijo enviado por el Padre, se nos da plenamente en Cuerpo y Sangre, para fortalecernos y darnos esa Gracia que nos lleva a la Vida Eterna. Nos lo ha dicho el mismo, y su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

Nada mejor que leer sus mismas Palabras y meditarlas serenamente. Es el Señor y su Palabra es Palabra de Vida Eterna. Pidamos al Padre que nos de la fe de creer en la Palabra del hijo. Amén.  «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».

jueves, 30 de abril de 2020

UN PAN QUE LIBERA

Sergio E. Valdez Sauad: PAN DE ETERNIDAD Juan 6,44-51.
Hoy se nos habla mucho de alimentos y de cuidados con respecto al cuerpo. Precisamente, en estos días de confinamiento se ha puesto más de moda, si se puede decir así, las dietas con predominio de proteínas y los ejercicios para mantener el cuerpo con buen aspecto y en buen estado. Se piensa en lo físico, porque eso es lo que se valora en este mundo y lo que importa. Sin embargo, todos conocemos el camino que el cuerpo tiene que tomar y cuál es su fin.

Pero, mi intención no es quedarme en esto, sino preguntarme, ¿no hay más aspectos aparte del físico? Y en ese supuesto, ¿no hay más caminos que el que nos lleva a la muerte? Hoy, el Evangelio, nos habla de otro alimento. Un alimento que no nos habla de las proteínas, ni de ejercicios físicos para el bien estado del cuerpo. Es un alimento espiritual que nos habla del alimento de nuestro espíritu y que nos llama y fortalece para alcanzar la Vida Eterna.

Ahora, pregunto: ¿no es eso lo que todos buscamos y queremos? ¿No es eso de lo que siempre nos ha hablado nuestro Padre Dios? ¿Dónde has estado? ¿Acaso como los discípulos de Emaús, vas derrotado sin ni siquiera saber si lo que dicen las mujeres es verdad? ¿Tampoco te importa lo que verdaderamente te importa mucho? ¿Estás dormido, manipulado, distraído, sometido, embobado y engañado? Pues, despierta, porque tienes a tu alcance el Pan de Vida Eterna.

Danos, Señor, ese Pan de Vida que nos lleva a la Vida Eterna. Es verdad que solos corremos el peligro de desconectarnos, de desmoralizarnos, de descentrarnos y de perdernos. Necesitamos compartir en medio de Ti, Señor, y comer de tu Pan de Vida Eterna, para que, injertados en el Espíritu Santo, podamos sostenernos contra la corriente del mundo y llegar hasta Ti. Amén.

jueves, 9 de mayo de 2019

DANOS, SEÑOR, DE ESE PAN DE VIDA ETERNA

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Poco a poco, y en la medida que comamos su Cuerpo Eucarístico, vamos asemejándonos a Cristo Jesús. Él es el verdadero Pan bajado del Cielo que nos alimenta y nos conforta. Es un alimento que nos va asimilando a su estilo de vida si le ofrecemos la morada de nuestro corazón bien intencionado y arrepentido de todas nuestras faltas y omisiones. 

Jesús nos atrae y nos va haciendo asimilar su estilo de vida. Nos hace ir despertando nuestra hambre de Dios y sed de escuchar su Palabra. Su comida y bebida es de Vida Eterna. Por eso, Señor, consciente de la necesidad de alimentarnos Eucarísticamente te pedimos que nos des esa voluntad de acercarnos diariamente a la Eucaristía y participar de ese alimento que te haces para cada uno de nosotros.

Infunde en nosotros, Señor, el deseo de desearte como alimento y centro de nuestra vida. Danos tu Pan vivo. Quiero vivir cada Eucaristía como un encuentro personal contigo, reconocer tu presencia, sentir tu calor y alentar tu amor en mí pobre corazón. Y, sobre todo, Señor, no desfallecer, porque hay momentos que me cuesta ir y que me distraigo. Hay momentos de confusión, de desgana y abatimiento. Hay momentos de peligro de caer en la rutina y en la indiferencia.

Renueva, Señor, ese amor primero que tuve contigo y que mi corazón se llenaba de gozo y alegría. Haz que siempre mi pobre corazón se mantenga joven, en actitud renovadora y que crezca en vivir tus mismos sentimientos según tu Palabra. No permitas que me quede en la mediocridad y que transmita mediocridad, sino que viva intensamente tu Palabra y transmita tu Palabra con la Gracia que me viene de Ti, mi Señor.

Yo, por lo que a mí corresponde, trataré de esforzar toda mi voluntad para perseverar y estar a tu lado y alimentarme de ese Pan que eres Tú, bajado del Cielo. Un Pan que da Vida Eterna. Amén.