Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 8 de julio de 2021

DAME, SEÑOR, FORTALEZA Y SABIDURÍA PARA ANUNCIAR TU REINO

 

Cuando tu corazón descubre la presencia del Reino de los Cielos, queda inundado de paz y gozo. Se siente salvado y amado por y para la eternidad. Y su gozo es tanto que clama a gritos que Jesús - Reino de los Cielos - Vive y está entre nosotros. No puede contenerse y corre a anunciar - con su vida, testimonio y palabra - esa Buena Noticia que nos da felicidad y Vida Eterna.

Pero, no será empresa fácil. En el camino experimentamos pobreza y debilidades. Son nuestras tentaciones y seducciones, nacidas desde nuestro endurecido y egoísta corazón, que nos someten y nos esclavizan encadenándonos al pecado. El mundo nos pone las cosas difíciles intentándonos convencer de que nuestra felicidad, esa felicidad que deseamos y anhelamos dentro de nosotros mismos, está en él. Mundo, demonio y carne son nuestros grandes peligros.

Experimentamos nuestra débil fortaleza y de que no podemos liberarnos de esas tentaciones a las que, por nuestra naturaleza herida por el pecado, nos sentimos prisioneros, esclavizados y encadenados. Danos, Señor, la Gracia de resistirnos a esas tentaciones mundanas; a las pasiones e instintos primarios de nuestra pecadora naturaleza humana que nos somete y esclaviza.

Y, danos también, Señor, la sabiduría de saber anunciar que Tú estás entre nosotros para ofrecernos esa Felicidad y Salvación Eterna. Gracias, Señor. Amén.

lunes, 21 de septiembre de 2020

¿CÓMO TE SIENTES, LIBRE O ESCLAVO?



Las apariencias engañan y creyéndote libre, si ahondas en la profundidad de tu corazón, adviertes y descubres que quienes mandan sobre ti son tus propios instintos y las apetencias a tus placeres y satisfacciones egoístas. Experimentas que no haces lo que muchas veces sientes y deseas hacer. Porque, tienes un corazón donde hay amor y que busca hacer el bien. Pero, tus ambiciones, los afanes de este mundo lo vician de envidia, de odio y venganza, poder y riqueza.

E, irramediablemente, tu corazón queda sujeto al mal. Desaparece toda bondad y se llena de mentira, ambiciones, envidias y afanes de riquezas y poder. Entonces, queriendo salir de esa situación, adviertes que no puedes y que estás sometida tu voluntad y encadenada tu libertad. Experimentas esa esclavitud que te condena y que te somete. Es el pecado que se apodera de ti.

El precio de la libertad exige lucha, resistencia y voluntad. Precisamente, Dios te ha dotado de voluntad para que puedas enfrentarte a esa inclinación - el pecado - que te arrastra al mal. Pero, caes en el error y la grave equivocación de querer arreglarlo tú solo. El demonio te lleva ventaja y te vencerá fácilmente seduciéndote con las cosas de este mundo a las que tú, yo y todos estamos sometidos. Necesitamos abrirnos, como hizo Mateo, a la Palabra de Jesús, a su llamada, y dejarnos llevar por ella. Escucharle y seguirle.

Solo así iremos descubriendo esa libertad que deseamos encontrar. Pidamos esa Gracia, que también llevó al apóstol Mateo a seguir a Jesús, dejándonos llamar por nuestro Señor Jesús y atender con solicitud su llamada. Amén.