Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 4 de diciembre de 2021

ENVIADOS A EVANGELIZAR

 

En y desde la hora de nuestro bautizo, recibimos al Espíritu Santo para fortalecernos y asistirnos en la fe en los instantes de peligros, de adversidades y tentaciones. Pero, sobre todo, para anunciar esa Buena Noticia que nos llena de esperanza de salvación. Y es que hay mucha necesidad de dar razón de nuestra y de, con nuestra vida y obras manifestar que Dios vive y que nos ha creado para salvarnos del pecado y la esclavitud de este mundo.

Por tanto, tenemos que anunciar  esa buena noticia que, grabada en nuestro corazón, da plena esperanza de gozo y felicidad y de Vida Eterna. Y es que los obreros son pocos y la mies es abundante, nos dice hoy el Señor en el Evangelio. Tenemos que rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies para den a conocer esa Buena Noticia.

Pero, ¿cómo lo hacemos? Pues, dando testimonio de nuestro sencillo y humilde ser y obrar. Sin escondernos y dejando salir de nuestro corazón esa sonrisa, bondad, servicio y actitud de acogida con alegría y esperanza para transmitir que nuestra máxima aspiración esta en vivir eternamente en la Gloria del Padre que nos llama y nos ama misericordiosamente. Pidamos, pues, al Señor, sabiduría y fortaleza para que nos atrevamos con confianza y valentía a dar razón de nuestra fe y animar a otros a hacer lo mismo. Pidamos que aumente nuestra fe y, confiados en el Espíritu Santo – recibido en la hora de nuestro bautismo – vayamos dispuestos a anunciar – tal como nos envía el Señor – la Buena Noticia que todos esperamos. Amén.

jueves, 28 de octubre de 2021

ELEGIDOS PARA AMAR

 

Seguir a Jesús nos compromete a ser parte de ese anuncio de la Buena Noticia. Un anuncio que, no solo consiste en proclamar y anunciar – valga la redundancia – sino que nos exige dar testimonio de vida con nuestro actuar y obrar de cada día. Pero, pronto nos damos cuenta que la característica principal de ese anuncio es el amor. Sin amor no hay testimonio ni verdad ni justicia. Amar es la primera exigencia que Jesús nos manda ensenándonos con su Vida y sus Obras.

Ahora, por experiencia lo sabemos. Amar es muy difícil. Nos cuesta mucho y solo con nuestras fuerzas nos es imposible. Nuestras debilidades son manifiestas y nuestra naturaleza está contaminada y sometida por el pecado.

¿Qué hacer entonces? Orar, hablar con Él de la misma manera que Él nos enseña a hablar con el Padre. Antes de acometer la difícil tarea de elegir a los doce, pasó – nos lo dice el Evangelio – toda la noche orando. Digamos que estuvo de consulta con su Padre. ¿Sirve de ejemplo eso para nosotros?

Pues, recojámoslo y añadámoslo a nuestra vida. Pidamos la capacidad y la fuerza de poner todos los momentos de nuestra vida en la presencia de nuestro Padre Dios. Lo decíamos el otro día. Orar es estar en cada instante de nuestra vida en la presencia de Dios. Ora duermes y descansas; ora trabajas; ora vas de ocio con los amigos; ora estás con la familia. Siempre en presencia de tu Padre Dios y mirando para Él para actuar según su Voluntad.

 ¿Acaso no lo dices cada día varias veces en el Padrenuestro? Pidámosle las fuerzas para ponerlo en práctica. Amén.

jueves, 8 de julio de 2021

DAME, SEÑOR, FORTALEZA Y SABIDURÍA PARA ANUNCIAR TU REINO

 

Cuando tu corazón descubre la presencia del Reino de los Cielos, queda inundado de paz y gozo. Se siente salvado y amado por y para la eternidad. Y su gozo es tanto que clama a gritos que Jesús - Reino de los Cielos - Vive y está entre nosotros. No puede contenerse y corre a anunciar - con su vida, testimonio y palabra - esa Buena Noticia que nos da felicidad y Vida Eterna.

Pero, no será empresa fácil. En el camino experimentamos pobreza y debilidades. Son nuestras tentaciones y seducciones, nacidas desde nuestro endurecido y egoísta corazón, que nos someten y nos esclavizan encadenándonos al pecado. El mundo nos pone las cosas difíciles intentándonos convencer de que nuestra felicidad, esa felicidad que deseamos y anhelamos dentro de nosotros mismos, está en él. Mundo, demonio y carne son nuestros grandes peligros.

Experimentamos nuestra débil fortaleza y de que no podemos liberarnos de esas tentaciones a las que, por nuestra naturaleza herida por el pecado, nos sentimos prisioneros, esclavizados y encadenados. Danos, Señor, la Gracia de resistirnos a esas tentaciones mundanas; a las pasiones e instintos primarios de nuestra pecadora naturaleza humana que nos somete y esclaviza.

Y, danos también, Señor, la sabiduría de saber anunciar que Tú estás entre nosotros para ofrecernos esa Felicidad y Salvación Eterna. Gracias, Señor. Amén.

lunes, 11 de enero de 2021

EL COMPROMISO DEL ANUNCIO

La hora del Bautismo de Jesús es la hora del comienzo de su Vida pública y, por tanto, la hora del comienzo del Anuncio de la Buena Noticia. Jesús tras su retiro al desierto, comienza el anuncio de la Buena Noticia: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva».

Y enseguida comienza a la búsqueda de sus discípulos para que le acompañen en ese anuncio. Unos discípulos, algunos venidos por indicación de Juan el bautista, y otros llamados por Jesús.

Unos discípulos que, después de pasar tres años en convivencia con Jesús y aprender de sus enseñanzas  la Buena Noticia, continúen su proclamación. Pero, ahora, realizada ya su aportación, nos toca a nosotros - discípulos de hoy - continuar esa misión anunciadora. Y, de responder o no responder a la llamada del Señor, dependerá que la Buena Noticia llegue a muchos que solo tendrán esa oportunidad de tus palabras y ejemplo.

Pidamos la fortaleza, sabiduría y paz necesaria para anunciar la Buena Noticia a todos aquellos que estén en nuestro camino y dependan de nosotros. Y, también, pongamos de nuestra parte todo lo que - gratuitamente - hemos recibido para llevar la Buena Noticia a los que no la conocen.

sábado, 8 de junio de 2019

¡VEN ESPÍRITU SANTO E IMPRIME EN NOSOTROS LA LLAMA DE TU AMOR!

Resultado de imagen de Jn 21,20-25
A la hora de dar testimonio y proclamar la Palabra nos encontramos con serías dificultades que nos impiden hablar y proclamar la Palabra de Dios. Unas son dificultades que naces desde dentro de nosotros mismos, y otras nos vienen de afuera. Sin lugar a duda, las más peligrosas y difíciles de vencer son las interiores, es decir, las que nacen de dentro de nuestros corazones.

Nuestros propios miedos, nuestras pasiones, nuestras perezas, desganas, apetitos, comodidades, consumo y muchas otras. Pero, también hay otras afuera que, aunque estimo que en menor medida, también nos presentan serias dificultades para poder proclamar la Palabra de Dios. Tales como el poder, la fuerza, la riqueza, la ambición, la vanidad, el respeto humano, la envidia...etc. Tanto unas como otras son murallas que se levantan en nuestro camino impidiéndonos dar a conocer la Palabra de Dios.

Pero, también nos impide dar testimonio y ejemplo el sentirnos ridículos y amenazados en otras ocasiones por aquellos que quieren excluir a la Palabra de Dios de la sociedad y del círculo social donde vives. Por eso, se hace necesario utilizar a diario nuestra principal arma, la oración. Una oración encarnada en nuestra propia vida que, auxiliada por la acción del Espíritu Santo, nos dé paz, sabiduría y fortaleza para superar todos los obstáculos y anunciar la Palabra desde la vivencia y el testimonio personal.

Por todo ello, Señor, desde esta sencilla y humilde página, abro mi corazón a tu Gracia para que derrames ,en mí y en todos los que también lo deseen y lo pidan, la sabiduría, la fortaleza y la paz que nos fortalezca y nos capacite para anunciar y transmitir tu Palabra, Señor. Amén.