Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 12 de diciembre de 2019

YO TAMBIÉN, SEÑOR, QUIERO PREPARAR MI CORAZÓN PARA ACOGERTE

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Todos los años celebramos la Navidad y, posiblemente, tengamos el peligro de hacerlo con cierta rutina y hasta nos resulte difícil cambiarla. Las familias se reunen para comer, beber y divertirse y se nos hace difícil tener presente que lo que celebramos es tu nacimiento. Muchos no lo creen así; otros te rechazan y otros, quizás si creen en Ti, pero, llevados por la corriente no se atreven a anunciar tu venida. Yo, Señor, quisiera que este año pasara algo diferente y, al menos, tengamos un minuto de silencio y de tenerte presente en nuestros corazones. Por los menos los que libremente quieran hacerlo.

Eso te pido, Señor, dame y danos fuerza, valentía, serenidad y palabras para pedir unos minutos de atención y de conciencia que lo que celebramos es tu venida, tu nacimiento, a pesar de que en muchos pase por debajo de la mesa y de que en nuestros corazones no hagamos ningún hueco preparado para recibirte. Perdonanos, Señor, y danos conciencia de que Tú eres lo principal de estas fiestas y de todo el año que, por tu Gracia, vamos viviendo.

Danos también, Señor, un corazón pobre, humilde y sencillo como el Tuyo, porque, Tú has querido nacer pobre, en un abandonado pesebre donde nadie ha querido nacer y donde otros te han obligado a hacerlo, pues no te han dejado sitio ni lugar junto a ellos y, menos en sus corazones. Sólo los pobres - los pastores - fueron capaces de escuchar tu anuncio. Los ricos y poderosos se resistían a que Tú fueras más que ellos y te acechaban para medir sus fuerzas con las tuyas. 

Tú, Señor, no venías a eso, sino a amarnos y a anunciarnos el Amor de tu Padre. Tu Poder es único en el mundo y no vienes a medirte con nadie. No hace falta. Todo lo creado y visible e invisible está bajo tu Poder. Tú, Señor, vienes a amarnos y a darnos la oportunidad de que, conociéndote y amándote, podamos también nosotros ser libres y gozar de Vida Eterna en plenitud. Por eso, Señor, sólo siendo pobre y humilde podemos encontrarte, conocerte y amarte. Danos, Señor, esa Gracia en este nuevo Adviento.