Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 8 de noviembre de 2016

¿MERECEDORES DE RECOMPENSA?

Se nos atraganta el corazón cuando nos encontramos con personas que se consideran merecedoras de halagos, honores y agradecimientos. Personas que, por su habilidad, riqueza o situación se creen en y con derechos a que le vayan poniendo alfombras y tirando flores a su paso por el mundo. Se creen superiores y merecedores de recompensas. Ignoran de dónde le vienen sus habilidades, riqueza o talentos. 

El problema es que todo lo valoran y a todo le ponen precio. Incluso al asalariado que ya está pagado con su trabajo. Ellos esperan siempre la recompensa a su caridad, misericordia o protección. Son los bienhechores de los pueblos o países. Muchos premios se reparten a lo largo del año donde se recompensa la labor de muchas horas de trabajo en bien de todos.

Pero la cuestión que hoy nos lleva a esta reflexión es que, independiente de que esos premios o recompensas sirvan de estímulos y acicates para ayudar y seguir impulsando el trabajo de los hombres y mujeres, lo importante es darnos cuenta que el trabajo bien hecho ya está premiado. Está premiado con nuestro salario, y es nuestro deber. No merecemos más ni propina de ninguna clase, porque simplemente has cumplido con lo que debías hacer.

Y eso es lo que nos revela el Evangelio de hoy. No esperes propina por todo el bien que hagas, porque lo has recibido gratuitamente y de la misma forma tienes y debes darlo. Nuestra recompensa está en el Cielo y será el Señor, nuestro Padre, quien nos dará lo que, por amor, Él ha establecido por revelación de su Hijo, el Señor Jesús. 

Por lo tanto, Padre bueno, te pedimos que conviertas nuestros corazones apegados y egoístas, que buscan y esperan recompensa, en corazones entregados, dados al servicio y sin ningún interés. Que podamos experimentar el gozo, la paz y la alegría de darnos gratuitamente sin esperar nada a cambio, porque sólo el estar en tu presencia será la dicha eterna que colmará todas nuestras ansias de felicidad. Amén.