Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 22 de agosto de 2020

SALMO 50 : MISERICORDIA, DIOS MÍO

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Ant: Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme.
Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la nueva condición humana (Ef 4,23-24)
(El vestido de fiesta que tendremos que llevar al Banquete al que hemos sido invitados)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, 
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme.

miércoles, 4 de octubre de 2017

ANTE LA OSCURIDAD NO QUIERO DESESPERAR

Hay un serio y grave peligro. Porque, ante la oscuridad nos desesperamos y nos resignamos a seguir en la mediocridad e instalarnos tal y como hemos quedado. Descubrimos que damos pasos, pero, ¿son esos pasos suficientes? ¿Significa eso que hemos llegado a la meta? ¿Se acabaron los esfuerzos de conversión? ¿Estamos ya en la cima del monte? Sin desesperar, pero esas preguntas necesitan respuestas.

Porque, podemos quedarnos en la mitad del camino, y, creyendo que caminamos permanecemos parados e instalados cómodamente. O resignados y pasivos. Adaptados a una serie de normas, de practicas, de reflexiones escritas y algunas cosillas más. Como pueden intuir me estoy retratando. Y es que es mejor hacerlo, porque sólo a partir de nuestro propio retrato podemos iniciar el camino. No importa cuantas veces tengamos que hacerlo, lo que verdaderamente importa es hacerlo.

Es hora de levantar la mirada y no volverla atrás. Es hora de dejar todo lo que nos puede entretener y desviar y poner en el centro de nuestra vida al Señor. Está claro: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios». Son Palabras del mismo Jesús.

Pero, no nos confundamos, porque el demonio utiliza esta debilidad nuestra para ponernos la misión imposible y proponernos una misión más cómoda y fácil. Quiere que nos instalemos en la mediocridad y seamos cristianos de normas y preceptos, sin mucho compromiso. No, tampoco, desesperemos. Tengamos confianza. Primero desnudemos nuestras cartas y veamos nuestros vestidos. Posiblemente no llevemos el vestido apropiado al banquete, pero pidámosle al Señor que sea Él quien nos vista del vestido de su Gracia.

Tengamos confianza, porque el Señor quiere salvarnos y, por y para eso, nos invita al banquete. Pero, preparemos el vestido apropiad. Nosotros pongamos nuestra disponibilidad. Al estilo de María, ofreciendo nuestra actitud de esclavo o esclava, y dispuesto a dejarnos cambiar para la misión que el Señor tiene pensado en nosotros. ¡Hermanos, llegará ese momento! 

El Señor cambiará nuestros corazones y nos hará, en el buen sentido de la palabra, sus predilectas marionetas, siempre en pie y dispuestas a continuar el camino. Es decir, nos dará un corazón nuevo, creado para amar que nos hará felices y gozosos para toda la vida. Amén.