Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 25 de julio de 2018

LA CLAVE ES EL AMOR

Resultado de imagen de Mt 20,20-28 por Fano
El problema empieza con nuestras propias pretensiones. Entramos en una comunidad, una parroquia o un grupo, y, al poco tiempo, cuando ya entramos en confianza, queremos que las cosas sean de nuestro agrado. O encontramos muchas cosas que no nos gustan y criticamos. Hacemos capilla y causa común con aquellos otros que piensan como nosotros y queremos cambiarlas. Eso choca con los otros u otros que piensan otras cosas. Y se arma el lío.

Y nunca se acaba, porque cuando se decide una cosa, aparecen otros que piensan diferente. El problema es eterno porque nuestro corazón no ama como ama el de Cristo, nuestro Señor. Por lo tanto, la clave es amar como ama el Señor. Por eso, Él es el fundamento de la comunidad, de la parroquia, del grupo o de aquellos que se unen para amarse. Porque, cuando se trata de amor se trata de poner a Cristo Jesús en el medio. Son Palabras dichas por Él: "dónde dos o tres se reúnen en mi Nombre, allí estoy Yo con ellos -Mt 18, 19-20-.

Por lo tanto, no desesperemos cuando aparezcan los problemas en la comunidad, grupo o parroquia ni tampoco rasguemos nuestras vestiduras, porque es lo lógico dada la naturaleza de nuestra capacidad de amar. Tengamos paciencia y miremos al Señor que está entre nosotros. Él suavizará nuestro corazón y nos convertirá en la medida que nosotros colaboremos con Él. 

El Espíritu Santo está para fortalecernos, danos la sabiduría de aprender, de tomar buenas y acertadas decisiones y de superar todas esas dificultades que se desprenden de nuestro corazón humano y carnal. Nos irá convirtiendo en la medida que también nosotros nos dejemos convertir, porque la clave no es cambiar al otro, sino aceptarlo tal y como Cristo me acepta a mí. Será Él que nos cambie. Simplemente necesitamos confiar y tener fe en el Señor. Así se lo pedimos. Amén.

martes, 24 de julio de 2018

NOS UNEN LAS DIFERENCIAS

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Pensamos que en una comunidad familiar nos debemos sentir a gusto, y si no es así nos parece que, o no es una comunidad o la comunidad, valga la redundancia, falla en algo. Nuestro criterio es que la comunidad debe ser un lugar donde nos sintamos integrados y a gusto, y si no es así algo sucede y la comunidad falla.

Sin embargo, quienes fallamos somos nosotros. La comunidad no es precisamente un lugar de confort, aunque muchas veces lo sea. Es también un lugar de confrontación y diferencias que nos va a exigir amar. Para eso es precisamente la comunidad, para entrenar nuestro amor. Porque no se entrena el amor donde todo transcurra como tú lo ves y te gusta, sino donde hay diferencias que tienes que integrar, soportar y amar. Es lo que hace Jesús con cada uno de nosotros, ¿no te parece? Y, por eso, sabemos que nos ama.

Es Jesús quien fundamente la comunidad, el grupo o la familia, y es Él quien la hace posible. Porque, ¿quién nos une? Nadie puede unirnos sino Jesús. Por tanto, en Él podemos vencer todas las diferencias que nos separan y tratar de amarnos. Así descubrimos que realmente estamos en una comunidad auténtica, cuando nos duele amar. Porque, nuestro amor le costó sangre a nuestro Señor Jesús hasta entregar su Vida.

Pidamos al Señor que, con Él en el medio, seamos capaces de unir nuestras diferencias, aceptarnos y entregarnos para que el Espíritu de Dios transforme nuestros corazones pecadores en unos corazones transparentes y amorosos que, viviendo en su Palabra y su Voluntad, seamos verdaderamente hermanos. Amén.

lunes, 23 de julio de 2018

INJERTADOS EN JESÚS PARA DAR FRUTOS

Resultado de imagen de Jn 15, 1-8


Igual que la madre da la vida a su hijo en su seno alimentándolo con su sangre, de la misma forma, nosotros, hombre y mujeres, no podremos dar frutos sin permanecer injertados en el Señor. Él es nuestro alimento y nuestra vida.

Pidamos que nunca quedemos alejados de Él y que permanezcamos injertados en el Señor como lo está, para tener vida, el niño en el seno unido a su madre.

Himno

Dichosas sois vosotras que guardasteis
con amor maternal en vuestro seno
la palabra del Hijo que engendrasteis
en la vida de fe y de amor pleno.

Dichosas sois vosotras que en la vida
hicisteis de la fe vuestra entereza,
vuestra gracia en la Gracia fue asumida,
maravilla de Dios y de belleza.

Dichosas sois vosotras que supisteis
ser hijas del amor que Dios os daba,
y así, en la fe, de muchos madres fuisteis,
fecunda plenitud que nunca acaba.

No dejéis de ser madres en la gloria
de los hombres que luchan con anhelo,
ante Dios vuestro amor haga memoria
de los hijos que esperan ir al cielo. Amén.

domingo, 22 de julio de 2018

DOMINGO, DÍA DE DESCANSO

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El domingo se ha establecido como día de descanso. Se hace necesario descansar y hasta Dios eligió un día de descanso, el séptimo día descansó. Y ese día ha sido elegido como el domingo. Es bueno y necesario descansar, pero, ¿qué significa y es descansar? 

El diccionario español explica: cesar en el trabajo; reparar las fuerzas con la quietud; tener algún alivio en las preocupaciones; desahogarse, tener alivio o consuelo comunicando a un amigo o a una persona de confianza los males o penalidades; reposar; dormir; Dicho de una persona: Estar tranquila y sin cuidado por tener la confianza puesta en algo o alguien.

No parece que sea esa la actitud de descanso en estos tiempos nuestros. La vacaciones son tiempos de recreo y de posiblemente más preocupaciones y cansancio. De tal forma que se regresa a casa más cansados y, sobre todo, deshabituados de la disciplina habitual acostumbrada. Realmente, no han sido vacaciones sino cambio de actividad, pero, ¿realmente hemos descansado?

El descanso debe servirnos para pararnos, reflexionar y, junto al Señor, reparar fuerzas y cargarnos de energía espiritual que nos alimenta y nos repone. Es un alimentarnos de la oración y de la presencia del Señor en nuestra vida para, reforzados y fortalecidos, emplearnos de nuevo en el servicio de cada día. Porque, las necesidades no se acaban y siempre se necesita esa palabra amiga que dé consuelo y esperanza.

Pidamos al Señor que nos dé descanso y reposo para, fortalecidos y animados, poder servir mejor y estar siempre disponible a las necesidades de aquellos que nos necesitan. Y busquemos en Él el verdadero descanso que nos predispone, ilumina y nos da fuerza para, viviendo su Palabra, servir mejor al prójimo. Amén.

sábado, 21 de julio de 2018

ESPÍRITU SANTO, ILUMINA MI VIDA

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No es cuestión ni se trata de que tú inicies tu conversión, porque, entre otras cosas, no podrás hacerlo. La conversión no depende de ti. Lo que depende de ti, porque así lo ha querido Dios es tu decisión libre y voluntaria. Para eso se te ha dado libertad y voluntad. A partir de ahí, el Espíritu Santo, enviado para esa misión, tomará tu vida y la irá transformando de un corazón endurecido a un corazón suave; de un amor humano a un amor divino semejante al de Jesús.

Esa es tu misión, y también la mía, ponernos en Manos del Espíritu Santo y dejarnos cambiar y convertir por Él. Y es en tu bautismo, como en el mío, donde empieza todo. En el recibimos al Espíritu Santo y por Él nos convertimos en sacerdotes, profetas y reyes. Sacerdotes para llenarnos de una vida de piedad alimentada en la oración y los sacramentos. De manera especial la Penitencia y la Eucaristía. Profeta, para lleno de su Palabra en la reflexión y estudio diario, derramar el anuncio de la buena Noticia de salvación. Y Rey para, ser líder, primeros, en el servicio y la caridad a los demás siguiendo la estela y referencia de Jesús.

Y todo eso, no porque nosotros podamos, sino por la fuerza del Espíritu Santo, como asistió y vino sobre nuestro Señor Jesús en su Bautismo en el Jordán. También nos asistirá y acompañará durante toda nuestra vida a partir de su venida en nuestro bautismo. Por eso nos adelantó Jesús que podemos hacer cosas, y aún mayores como Él hizo, porque el Espíritu Dios lo puede todo. Esa es su misión, dirigir a la Iglesia y a cada uno de nosotros dentro de ella.

Ahora, nadie puede decidir por ti. Te corresponde a ti saber de quien te fías y para eso ha bajado el Espíritu Santo, para auxiliarte y orientarte. Pidamos, pues, al Espíritu Santo, enviado a cada uno en nuestro bautismo, que por su acción y Gracia encontremos el verdadero camino, verdad y vida que en Xto. Jesús nos lleva a la Gloria Eterna del Padre. Amén.

viernes, 20 de julio de 2018

LAUDES (del viernes -20 de julio -2018)

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


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Himno

La noche, el caos, el terror,
cuanto a las sombras pertenece
siente que el alba de oro crece
y anda ya próximo el Señor.


El sol, con lanza luminosa,
rompe la noche y abre el día;
bajo su alegre travesía,
vuelve el color a cada cosa.



El hombre estrena claridad
de corazón, cada mañana;
se hace la gracia más cercana
y es más sencilla la verdad.



¡Puro milagro de la aurora!
Tiempo de gozo y eficacia:
Dios con el hombre, todo gracia
bajo la luz madrugadora.



¡Oh la conciencia sin malicia!
¡La carne, al fin, gloriosa y fuerte!
Cristo de pie sobre la muerte,
y el sol gritando la noticia.



Guárdanos tú, Señor del alba,
puros, austeros, entregados;
hijos de luz resucitados
en la Palabra que nos salva.



Nuestros sentidos, nuestra vida,
cuanto oscurece la conciencia
vuelve a ser pura transparencia
bajo la luz recién nacida. Amén.




jueves, 19 de julio de 2018

EN LA HORA DEL SUFRIMIENTO

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Vivimos con el sufrimiento, porque sabemos que él llegará. Hoy podemos sentirnos bien, pero, mañana, sin saber cómo, aparece don sufrimiento y nos ataca. Nos cambia la vida cuando sufrimos y también es cuando solemos acercarnos y acordarnos de Dios. De alguna manera debemos estar agradecidos al dolor, porque es la causa de que en muchos momentos nos acerquemos al Señor.

Es verdad que no queremos sufrir dolores, y, quizás ahora no lo entendamos, pero en la hora de nuestra despedida de este mundo comprendamos el bien que nos ha podido hacer. Y, Jesús, que conoce nuestras debilidades y sufrimientos nos acoge, nos anima y nos invita a descansar en Él.

«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

No perdamos de vista que el final será lo más hermoso. Vale la pena pasar ese desierto de dolor. Igual que le sucede a la madre, cuando está en período de gestación, que da por bueno todo el dolor sufrido ante el nacimiento de su hijo, también nosotros debemos no perder de vista el final que nos espera: gozo y plenitud eterna junto al Padre. Eso nos puede ayudar a descansar nuestras fatigas en la esperanza de lo que nos espera al final.

Y Jesús, el buen Pastor, nos invita a descansar en Él. Tengamos confianza y fe en el Señor, y confiados en su Palabra dejémonos consolar, animar y fortalecer en Él para, por su Gracia, continuar el camino con renovadas fuerzas y ánimos. Pidámoslo con fe y esperanza. Amén.