Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 3 de marzo de 2014

YO NO QUIERO IRME SEÑOR



Sé que la cosa no es nada fácil; sé que mis inclinaciones materiales, mi humanidad pecadora, mis egoísmos, mis apetencias y apegos y mi avaricia me tienen sometidos y encadenado. Sé que yo sólo no puedo, pero cuento contigo Señor, y sé que Tú no quieres que yo me vaya y me invitas a seguirte y a tu Reino.

Y yo quiero obedecerte y seguirte. No quiero abatirme ni entristecerme e irme de tu lado. Quiero seguirte y permanecer a tu lado. Pero sabes Señor que sólo no puedo. Necesito tu Gracia, tu Fuerzas y tu Fortaleza para poder vencerme y ponerme a tus servicios. Dame la sabiduría y la paz que necesito para permanecer y no impacientarme. Necesito encontrar la paz y perseverancia.

Me postro a tus pies Señor e imploro tu Misericordia y te suplico que me llenes de la Gracia del desprendimiento de todo aquello que se interpone entre yo y Tú, Señor.

domingo, 2 de marzo de 2014

HAY COSAS DE LAS QUE NO PUEDO PRESCINDIR, ¡AYÚDAME SEÑOR!



Experimentas tus limitaciones y tu dependencia de este mundo. Creo que es bueno saberlo y experimentarlo, porque eso te descubre la necesidad que tienes de liberarte y la pobreza de saber que tú sólo no puedes. Entonces empiezas a entender la importancia de la venida de Jesús. Dios hecho Hombre como tú, igual a ti menos en el pecado, para enseñarte y ayudarte a liberarte de todo este mundo que te somete.

Dejar tu corazón libre no es cosa, llegas a descubrirlo en el Espíritu Santo, a la que tú te puedes enfrentar. Sería, y verdaderamente lo es, un enorme disparate intentarlo sólo. Estás sometido, tocado y encadenado por tu humanidad pecadora a las tentaciones y apegos de este mundo. Eres carne aprisionada, sedienta de muchas cosas a las que no puedes renunciar: sed, alimentos, pasión, sexo, mentira, poder, gloria, posesión...etc. Somos una caja de egoísmos que nos pueden y someten.

Entendido esto, sólo Jesús, Hombre como tú, pero libre de todas esas ataduras por la Gracia del Padre, puede darte esa liberación que tú deseas y quieres, porque descubres y experimentas que las cosas de este mundo, aunque aparentemente prometen llenarte, te dejan vacío y carente de sentido. Anulan tu compromiso y debilitan tu responsabilidad. Te hacen una piltrafa.

Por eso, necesitas tú como yo, llenar nuestro corazón de verdad, de auténtica verdad que limpie nuestro corazón y lo haga libre, lleno de pureza, de buenas intenciones, de justicia y de paz. Sólo así tú vida y mi vida se llenarán de sentido y de verdadero amor.

Y eso sólo lo puede y lo da Jesús, el Señor al cuál tú y yo debemos servir.


sábado, 1 de marzo de 2014

CREA EN MI UN CORAZÓN PURO SEÑOR



Mi vida es una constante tempestad. Hay olas de enormes dudas; hay olas de vientos huracanados que levantan murallas de apegos y apetencias que se interponen en mi amistad contigo. Hay olas de comodidades y placeres que me arrastran a mares plácidos, dulces y fáciles de navegar. Hay olas que me mecen y duermen acunándome en corrientes suaves, favorables, indiferentes y permisivas con todo aquello que satisface mis intereses.

Y, sin embargo, no me siento tranquilo. Esas olas, aunque aparentemente me duermen y tranquilizan, me golpean y me hacen daño. Dame Señor un corazón puro como el de los niños. Un corazón no contaminado capaz de ser ingenuo, verdadero y cargado de buenas intenciones. Un corazón abierto a la verdad e incapaz de mentir. Dispuesto a obedecerte sin dobleces ni hipocresías. Un corazón nuevo, vuelto a nacer del agua y del Espíritu.

Un corazón abierto a tu Voluntad y a renovarse constantemente en camino de perfección y madurez hasta llegar a Ti.