Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 27 de octubre de 2014

NO DEJAMOS QUE NUESTROS OJOS VEAN



Ante tales prodigios, tal es una curación, prohibimos ver a nuestros ojos. Es como cuando percibimos que no tenemos razón, pero nuestro corazón endurecido y nuestra razón ensoberbecida nos impide asentir y reconocer que estamos equivocados. Creo que si somos sinceros con nosotros mismos, podemos confesar que algunas veces, o quizás muchas, nos ha sucedido esta experiencia.

Hoy, el Evangelio nos cuenta algo parecido. Jesús cura a una mujer que llevaba encorvada unos dieciocho años, y ante tal milagro, el jefe de la sinagoga no parece percatarse de lo que ha hecho Jesús y qué puede significarse tal prodigio. Su empecinamiento es la ley y su voluntad de ponerla por encima de todo. Para él la ley es su dios y su salvación.

Quizás nos puede estar ocurriendo a nosotros algo parecido, pues damos prioridad al trabajo y la economía antes que a las necesidades del hombre. Tanto en lo que se refiere a su bienestar físico como a su bienestar espiritual. Dios queda supeditado a los intereses del mercado y de la economía. ¿Es esa la ley que hoy manda y que prioriza su atención antes que al hombre y al mismo Dios?

Perdona nuestra osadía, Señor, y danos la capacidad de sorprendernos y admirarnos de tu Poder y tu Misericordia, y de prestarte todo el tiempo necesario para adorarte y entregarte nuestra vida como fruto de correspondencia por tu Amor. Amén.

domingo, 26 de octubre de 2014

PERDONA, SEÑOR, MIS MENTIRAS



Perdona, Señor, mis mentiras, porque cada vez que miro indiferente a una persona, por la que Tú has dado tu vida, estoy negandote mi amor. Soy conscientes de mis muchas mentiras cuando me he desentendido de tantas personas necesitadas. ¿Cómo, me pregunto, puedo dirigirme a Ti si me olvido de mi hermano?

Sé también de mis limitaciones, de mi impotencia ante las necesidades y miserias que otros pasan, pero siempre me pregunto si pudiendo hacer algo, no lo hago. Esa es mi diaria batalla, que en muchos momentos me atormenta y desespera. Quiero aprovechar esta oportunidad del rincón para orar para, junto con mis hermanos, pedirte luz y sabiduría para, sin por eso despreocuparme, encontrar respuesta a mis inquietudes y deseos de ayudar.

Hay momentos de sosiego, de comprender mi pobreza y descansar en tu Poder, Señor. No soy sino una menos que simple gotita de agua en este mar inmenso, para mí, que de salirse de él quedaría evaporada y seca en milésimas de segundos. Pero me consumo viendo a tantos que sufren y mueren por no tener lo necesario para vivir dignamente. 

¡Oh, Señor!, dame la paz que me permita continuar el camino y la lucha de proclamar la Buena Noticia de tu Evangelio y la sabiduría y capacidad de vivirlo y encarnarlo en mi vida. Porque no quiero Señor encenderte una vela por un lado, y apagarla por otro. Más me valdría no hacer nada.

sábado, 25 de octubre de 2014

SÓLO TÚ, SEÑOR, LIMPIAS MI VIDA



Mi vida está machada. Por mucho que la lave no podré dejarla limpia. Mi suciedad no acaba. Siempre deja rastro y secuelas que vuelven a mancharme. No encuentro ningún remedio ni elixir que me libren de esas manchas que amenazan mi limpieza. Estoy tocado por mis propios pecados y no puedo librarme de ellos.

Sólo en Ti, Señor, encuentro la Gracia que limpia mi alma sin dejar rastro de ninguna suciedad. Tu Gracia, Señor, me deja nuevo, completamente limpio. Sé que no lo merezco, y eso me da la medida de tu Amor. ¡Cuánto me quieres, Dios mío! Nunca llegaré a entenderlo hasta que Tú me lo permitas y reveles.

Dame la fuerza, la voluntad y la Gracia de soportar con paciencia y esperanza el castigo que he de sufrir por mis propios pecados. Tú, Dios mío, en tu Hijo Jesús has pagado por ellos, y nos has abierto la sabiduría de saber aprovechar, como la higuera seca, esa oportunidad de tu Misericordia, y dar frutos entregándome y dándome, para ser, por la Muerte de tu Hijo en la Cruz, digno de ser llamado hijo Tuyo.