Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 9 de marzo de 2015

LO NUESTRO NOS CUESTA MÁS



Supongo que es algo natural, la mancha del pecado original, que nos predispone al rechazo de lo nuestro, de lo cercano y conocido. Porque siempre nos cuesta aceptar más lo que nace de nuestro entorno que aquello que viene de afuera. En este sentido hay refranes que nos ayudan a cambiar esta tendencia natural: "Es mejor un ruin conocido, que un bueno por conocer".

Sin embargo, lo natural es que nos inclinemos al bueno por conocer aún a riesgo de que sea peor que lo que tenemos en casa. Hacemos bueno el refrán: "Nadie es profeta en su tierra". Ocurre, entonces, que nuestro testimonio y predicación tiene mejor acogida fuera de nuestro pueblo que dentro. Así son la viuda de Sarepta y el sirio Naamán, extranjeros, los que se ven beneficiados por el favor del Señor.

Y nos cuesta aceptarlo. Y hoy posiblemente ocurre lo mismo. Muchos que están alejados de la Iglesia pueden estar más cerca del Señor hasta el punto de recibir su bendición. Porque la proximidad o lejanía no responde a las prácticas o rezos, sino a las intenciones del corazón. Y el Señor sabe lo que cada uno realmente guarda en su corazón.

Por eso Señor, te pido perdón de todos mis pecados, y soy consciente de la necesidad que tengo de convertir mi corazón. Experimento mis propias limitaciones y la impotencia de no poder convertirme sin tu Gracia. Doblega mi malas intenciones y transforma mi corazón, para que la proximidad de estar cerca de Ti se corresponda también con el sentimiento y deseos de mi corazón. Amén.

domingo, 8 de marzo de 2015



No son importante las cosas externas, sino las internas. Negociar en el Templo está mal, porque el Templo es un lugar sagrado donde adoramos a Dios, pero negociar con el templo de tu propio cuerpo, verdadero Templo del Espíritu Santo, es una falta muy grave.

Porque cada hombre es un Templo del Espíritu Santo, donde Dios se hace presente y por el que Dios entrega a su único Hijo para redimirlo. Prostituir ese Templo de tu propio cuerpo es una ofensa y delito muy grave contra Dios. Tan grave que de ello depende nuestra salvación.

Y lo hacemos sin darnos cuenta, y creyéndonos dueños y señores de nuestro propio cuerpo. Incluso, las mujeres, tomándose la libertad de decidir sobre la vida de un tercero que es concebido en su propio seno. Ilumina nuestros corazones, Señor, para que veamos la realidad y sepamos elegir el verdadero camino que debemos recorrer.

Danos, Señor, la capacidad de discernir y elegir el camino que nos hace ver la verdad y la necesidad de renuncia a tantas cosas que nos sobran y que sólo nos predisponen a la mentira, la soberbia, el odio y el pecado. Limpia, Señor, nuestro Templo y no permitas que se contamine de mercantilismos sucios y  bajos que predisponen al hombre a la venganza, la envida y la ambición.

sábado, 7 de marzo de 2015

¿NECESITO ORAR?



Cuánto me cuesta hacer las cosas como Tú, Señor, quieres. Me doy cuenta que actúo mal, o por lo menos inclinado a mis intereses. Mi egoísmo me pesa mucho, y a veces no soporto su carga y lo consumo. Me escondo para no ser visto, pero mi conciencia me descubre y me delata. Sé, Señor, que te defraudo.

Sin embargo, observo, que otras personas aún aparentemente más alejadas, por lo menos, en prácticas y rezos que yo, hacen tu voluntad de forma natural. Se identifican con esa forma de actuar. Sus conductas son bien intencionadas y justas. Y yo, Señor, rezando más, presento más dificultad y soy peor. ¿Por qué, Señor? ¿Necesito rezar más?

¿Quizás sea esa la viña que me has dejado y la que tengo que trabajar? ¿Quizás sean esos los frutos que he de cultivar? ¿Quizás mis frutos  sean los frutos de la inquietud,  de la lucha infértil, seca y vacía y del celo apostólico?

Dame Señor la constancia y perseverancia de no desfallecer y esperar aceptando con paz los silencios, ausencias y tardanzas a las que Tú, Señor, quieras someterme, porque es en el crisol del fuego donde se purifica el oro. Amén.