Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 26 de abril de 2015

TU, SEÑOR,CONOCES HASTA LOS SECRETOS MÁS PROFUNDOS DE MI CORAZÓN



Sería de tonto y hasta disparatado tratar de aparentar delante de Ti, Señor. Tú me conoces y sabes todo lo que ocurre dentro de mí, hasta los secretos más profundos de mi corazón. No hay otra alternativa sino la de descubrirse ante tu presencia. Y, aunque Tú lo sabes, yo, Señor, quiero confesar y afirmar que quiero seguirte y ser oveja de tu rebaño.

Sé que Tú me conoces. Hoy me lo dices en el Evangelio, pero yo también quiero decírtelo como prueba de mi buena fe. Me confieso débil y pecador. Sé que no cumplo con lo que Tú esperas de mí. Mis expectativas quedan muy por debajo de lo que Tú quieres de mí. Soy un pobre pecador y te pido perdón por mis pecados.

Te doy gracias por tus cuidados y por tu Amor. Nadie me quiere como lo haces Tú, porque me proteges hasta el extremo de dar la vida por mí. Y lo haces porque el Padre del Cielo te lo pide y Tú lo aceptas libre y voluntariamente. Me cuidas y te preocupas por mi vida y mi salud. Me procuras el bien y que no me falte nada. Contigo, Señor, voy seguro y nada temo. ¿Qué otro Pastor me cuida tan bien como lo haces Tú?

Nadie me ofrece la protección y salvación que Tú me ofreces. Señor, Tú eres mi Buen Pastor y estando contigo nada temo. Aunque camine por cañadas oscuras, voy seguro, porque tu vara y tu callado me protegen. No hay otro Dios como Tú.

Gracias, Dios mío, por tus cuidados y por tu interés en estar y caminar junto a mí. Eres un Dios que te comprometes y no dejas que camine sólo. Sabes de los peligros que me acechan y que necesito vigilancia y ayuda. ¿Qué Dios hace eso que no seas Tú? ¡Alabado y glorificado seas! Amén.


sábado, 25 de abril de 2015

MI FE MOVERÁ MONTAÑAS



Tú, Señor, me has dicho que si tuviera fe como un grano de mostaza, movería montañas. Y yo, puesto que no las muevo, creo y pienso que mi fe no llega todavía a ser ni como un grano de mostaza. ¡Cuánto me falta, Señor! ¿Llegaré algún día a tenerla?


Hoy, como tantos otros días, aprovecho para pedirte e insistir, una vez más, que aumentes mi fe. Creo que no sabría vivir sin Ti, Señor, y que mi vida no tendría ningún sentido si Tú no estás presente en ella. ¿A dónde iría? Necesito tu Amor, Señor, como la cierva necesita beber del agua fresca. Necesito que tu Amor me conforte y me anime para sostenerme en el camino.

Tú, Señor, sostienes mi vida y la llenas de esperanza. Esperanza de Vida Eterna, que este mundo no me da y que sin Ti sería desesperanza y muerte. Gracias, Señor, por tu presencia en mi vida, y por acompañarme en cada momento de mi existencia. Gracias Señor por darme la fe que empuja y fortalece mi vida cada día y le infunde aliento y esperanza. ¿Cómo podría caminar sin tu presencia?

Acompáñame, Señor, a proclamar tu Palabra. No como yo quiero, sino como Tú lo harías. No con mis palabras, sino con las Tuyas. Ilumíname mi inteligencia para proclamar glorias y alabanzas a tu Nombre Señor.

Gracias Señor porque no te has ido, y, al contrario, te quedas a mi lado para, no solo decirme e indicarme el camino, sino para acompañarme a recorrerlo, porque sin Ti no podría hacerlo. Ayúdame Señor a que mi fe no se quede pasiva, muerta y quieta, sino que camine conmigo y acreciente su fidelidad a tu Persona.

No me moveré de tu lado Señor, y esperaré confiadamente a que Tú quieras y decidas darme esa fe necesaria para mover montañas en tu Nombre. Amén. 

viernes, 24 de abril de 2015

¡SEÑOR, TU CUERPO Y TU SANGRE ME CONFORTAN!

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


 

No me voy a comer el Cuerpo del Señor, sino que en el Pan de Vida comulgo con el corazón del Señor y transformo mi corazón como el de Él. Comulgar es latir en la misma sintonía que el Corazón de Jesús. Es estar abierto a la vivencia del perdón y el amor. Es desprenderte de todo aquello que te ata y te impide salir de ti para darte al otro.

Es el caballo de batalla que todos los pecadores tenemos como frente de lucha. Vencernos a nosotros mismos. En la Eucaristía encontramos a Jesús que nos conforta y nos transmite ese impulso fortalecido por su Espíritu para vencernos y vencer las tentaciones que nos ofrece el Maligno. Comulgar es abrirme y dejarme llenar por el Espíritu de Dios que se me transmite en y bajo las especies de Pan y Vino.

Gracias Señor por hacerte alimento de mi corazón y de mi vida. Gracias Señor por infundirme la sabiduría, la fortaleza y la paz de tu Espíritu, para poder vencer todas las dificultades que la vida me pone y el demonio me presenta. Gracias, Dios mío, por estar cerca de mí y por no dejarme solo, porque me perdería y sería pasto de los lobos que acechan mi debilidad.

Gracias Señor por darme la voluntad de no desfallecer, y el cobijo de tantos hermanos que, con su compartir y vivir me fortalecen y ayudan por tu Gracia.

Pero, sobre todo, Señor, Gracias por permanecer con infinita paciencia pendiente de mí en la Eucaristía de cada día, porque gracias a Ella puedo alimentarme cada día para afrontar la batalla de cada día. Amén.