Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 6 de enero de 2016

YO TAMBIÉN TE BUSCO, SEÑOR, PARA ADORARTE




A partir de aquel día, cuando los Magos y los pastores adoraron al Niño Dios en Belén, y hasta hoy, muchos hombres de la tierra han adorado y adoran a ese Niño Dios. Y yo también quiero adorarte, Señor. Porque Tú eres el Hijo de Dios Vivo. Dios hecho Hombre, que has venido a este mundo para sacarnos de la esclavitud del pecado y ofrecernos un vida eterna dichos a tu lado.

Pero, ¿dónde puedo adorarte yo Señor? Los Magos de Oriente se movieron estimulado por aquella luz que les llevó hacia Ti, saliendo de sus casas y, a pesar de los riesgos del camino, emprendieron la marcha de búsqueda. Pero, ¿yo me muevo? ¿Y por qué? Esos interrogantes nacen dentro de mí y buscan respuestas.

Y yo, Señor, que sé que estás en Cuerpo y Alma, bajo las especies de Pan y Vino, en el Sagrario de cada Iglesia o capilla, quiero visitarte y pasar un rato contigo, cada día, adorándote y contándote muchas cosas de mi vida. La buenas, pero también las malas, las que me pesan y me hacen caer; las que me dificultan el camino y amenazan con alejarme de Ti. Pedirte fuerza y sabiduría para discernir siempre lo bueno de lo malo, y valor para desechar todo aquello que me aleja de Ti.

Dame, Señor, la perseverancia e ilusión de moverme como aquellos Magos de Oriente, para estar siempre en movimiento de búsqueda y camino hacia Ti y contigo. Y, llenándome de ese Amor con el que Tú me amas y me das, poder yo también, en tu Nombre, amar a todos los hombres que pasan por mi vida y necesitan de mí.

Porque, sé, Señor, que cuando atiendo, sirvo y me doy a los demás, te estoy atendiendo, sirviendo y dando me a Ti. Porque cuando sirvo algún hombre o mujer aquí en la tierra, te estoy también abrazando a Ti en el Cielo. Amén.

martes, 5 de enero de 2016

CADA DÍA ES UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE BÚSQUEDA



Puede ser que con el paso del tiempo y las ofertas del mundo, tu fe se vaya apagando, y tus fuerzas se vayan debilitando. Y te pase por la cabeza, una y mil veces, la idea de abandonar. Eso le ha ocurrido a mucha gente, y todos lo hemos experimentado de una u otra forma. Muchos desistimos seducidos por el mundo y por la aparente indiferencia de Dios.

Lo primero, decirte que no desesperes. Los silencios de Dios tienen sentido y son siempre para nuestro bien. Él no deja de mirarnos y de acompañarnos. Sería absurdo pensar de otra forma, porque, ¿qué sentido tendría habernos creados y puestos en este mundo? Cada día es una nueva oportunidad de búsqueda y encuentro con el Señor. Ocurre que muchas cosas no entendemos, porque nuestro Padre Dios es Infinitamente sabio, poderoso y eterno. Pero, Él, nos ha demostrado que nos quiere enviando a su Hijo para pagar por nuestros pecados y obtener la salvación para todos nosotros.

Somos unos privilegiados por ser hijos suyos. Es la mayor dignidad que el hombre, por el Bautismo, puede tener, ser hijo de Dios. Y eso supone vivir en la esperanza de la Vida Eterna. ¿Hay mayor regalo de reyes y mayor alegría?

Te damos gracias, Señor, por tanta dicha, y te pedimos que nos llenes de tu Fortaleza y tu Gracia para nunca desfallecer, ni en los momentos más oscuros donde, el horizonte se pierde y la esperanza se vuelve cansina, difuminada por los nubarrones tristes de las adversidades y sacrificios.

Danos siempre un estimulo y una esperanza para levantarnos y emprender el camino. Ese camino del que Tú nos hablas y del que nos enseña con tu Vida y tu Palabra. Que nunca, Señor, dejemos de ver tu Camino, porque Tú nos lo has dicho. Eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

lunes, 4 de enero de 2016

EL IRRESISTIBLE ENCUENTRO CON JESÚS



Doy por hecho de antemano que encontrarse contigo, Señor, tiene que ser irresistible. Tu Mirada, tu Palabra y todo lo que de Ti se desprenda tiene que ser hermoso, lleno de gozo y de paz. Tiene que provocar éxtasis y amor. ¿Cómo no me ocurre eso a mí? La respuesta posible es que todavía no te he encontrado de forma plena. Porque de lo contrario hubiese experimentado lo mismo que Andrés y Juan.

Por eso, una vez más de las que todavía me quedan que pedirte, te ruego Señor que me abras los ojos, y también el corazón para encontrarme seriamente y responsablemente contigo. Necesito tu Mirada, para que mis ojos queden deslumbrados para la eternidad; necesito tu Palabra, para que mi corazón despierte de este letargo mundano que lo tiene dormido y ciego; necesito, Señor, tu Gracia, para que mi vida se levante y mi corazón arda con tu Pasión y Amor, y se esfuerce en imitarte.

Dame, Señor, la sabiduría de saber responderte y, sobre todo, esperarte. Porque yo sé que me escuchas. ¡Faltaría más! Tú tienes Palabra de Vida Eterna, y me lo has prometido. Y tus promesas siempre se cumplen. Sí, mi Señor, Tú me escuchas. Posiblemente ocurra que yo no tenga paciencia para escucharte ni para esperarte. Soy un pobre pecador que pide clemencia y perdón. No mires mis pecados, ni mis flaquezas, porque no soy digno de tu Amor, Señor.

Imploro tu Misericordia, precisamente el año que tu Roca, la que Tú fundaste en Pedro, hoy Francisco, ha proclamado en este año. Sí, mi Señor, ese Pedro, llamado Simón, que Tú cambiaste de nombre al serte presentado por su hermano Andrés. 

Cámbiame también mi nombre Señor, y transforma mi corazón, para que yo, como él, responda también a tu llamada y proclame tu presencia entre nosotros. Amén.