Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 31 de enero de 2016

CADA DÍA NECESITO CONVERTIRME



Cada día trae un nuevo amanecer. Nada se repite, aunque nos parezca la película repetida. Si pone los ojos del alma en acción, observarás que las cosas que ves cambian de color y presentan actitudes y formas diferentes a las del ultimo día. Porque, cada día, damos un paso más hacia el camino último de este mundo, para empezar el nuevo, el definitivo y eterno.

No se repite el camino. Cada día es diferente. Por eso necesitamos la Gracia del Espíritu de Dios para mirar con los ojos de Jesús. Tal y como se nos presenta en el icono del Padre Misericordioso de este año de Gracia proclamado por el Papa: Misericordiosos como el Padre.

Cada día es diferente porque Jesús, a igual que el Padre, no se cansa de perdonar. Su venida es por locura de Amor y de Misericordia, y cada día tenemos esa nueva oportunidad de lavarnos y limpiarnos en su Amor y su Misericordia. ¿Cómo van a ser iguales? Hoy, por la Gracia de Dios, veremos las cosas más imperfectas que mañana, porque la acción del Espíritu Santo nos asiste, nos guía y nos perfecciona. También, injertados en el Señor, y dóciles a su Gracia, cada día puede ser un paso más para amar más que ayer y menos que mañana. Esa es nuestra esperanza, que sólo la podemos hacer realidad en Xto. Jesús.

Por eso, Señor, yo creo en tu Palabra, y no te exijo nada. Sé que a Ti te gusta que te hable y que te pida, pero, a pesar de que lo hago, me conformo con lo que Tú me das y me ofreces. Porque siendo un Hermano tan bueno, y enviado por un Padre Bondadoso e Infinito, tu Palabra es Eterna y vivirla es la garantía mayor de ir por el camino correcto y verdadero.  

Sé que no es tan fácil vivirlo, y más fácil decirlo, pero ahí esta el esfuerzo de mi fe y mi confianza. Fiarme y dejarme llevar por Ti. Por eso, cada día es diferente, y viene cargado de emociones, de relación contigo y de esperanzas. Porque Tú, mi Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

sábado, 30 de enero de 2016

A PESAR DE LAS TEMPESTADES DE MI VIDA, EN TI, SEÑOR, PONGO TODAS MIS ESPERANZAS



La vida es un camino de salvación. Es fundamental conocer esta Verdad, porque de conocerla o no, nuestro caminar puede ser de una manera u otra; más activo que pasivo; más participativo que indiferente; más alegre que triste; más lleno de amor que de odio; más de vida que de muerte.

La vida es un camino que nos presenta muchos momentos inesperados y de sorpresas. La calma se ve asaltada por la tempestad sin apenas darnos cuenta, y nos sorprende en medio de la travesía. Cuando no, negligencias propias, accidentes o casualidades que inciden en momentos trágicos. Y nuestra vida, sin previo aviso, cambia de rumbo. A veces un buen rumbo, y otras veces, un rumbo desconocido, violento, sufrido e incierto.

Está claro, lo sabemos por propia experiencia, que el mundo no nos ofrece seguridad. Ni, la que puede ofrecer, garantiza nuestra salvación de todo riesgo, y menos de la vida eterna. En esa partida, junto al mundo, no nos hace falta reflexionar mucho para darnos cuenta que la guerra la tenemos perdida. Es posible que ganemos algunas batallas, pero pura fantasía y espejismos. La guerra está perdida.

Necesitamos una seguridad plena, de total garantía. Y no la hay sino en Ti, Señor. Tú eres Palabra de Vida Eterna, que nos salva y nos das el gozo en plenitud de felicidad eterna. En Ti todo se ha cumplido, y nuestra confianza fortalece nuestra fe. El testimonio de los apóstoles nos lo descubre y transmite. Danos, Señor, la fe de fiarnos de Ti, y de confiarnos plenamente en tu Palabra.

Y eso es lo que hoy te pedimos desde este rincón de oración, la fe de ser dócil en el Espíritu Santo a tu Palabra, y de, a pesar de los peligros, tempestades y sufrimientos de mi vida, abandonarme siempre en Ti, Señor.

viernes, 29 de enero de 2016

TAMBIÉN HAY CIZAÑA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Es verdad que la semilla crece de forma irrevocable, te preocupes o no. De la misma forma, la verdad nace en tu corazón, y también madura y crece. En ese tiempo tú vas aprendiendo y diferenciando el bien del mal. Experimentas lo que está bien y lo que está mal. Y, en caso de dudas, sabes que lo puedes preguntar a quien puede saber más que tú.

Pero, también es verdad, que si no preguntas a nadie, tus conocimientos pueden irse quedando desfasados, y tus posibilidades de errar y equivocarte aumentan. Pues bien, la semilla, a pesar de que una vez plantada, crece por sí sola, necesita cuidados, tierra buena y buen cultivo para dar buenos frutos. Todo no dependa de ella, porque tu colaboración se hace necesaria.

También hay cizaña, tierra mala y abrojos que enredan y ahogan las raíces de las buenas semillas, e impiden que den buenos frutos. Y si esa tierra mala, cizaña y abrojos no se apartan y destruyen, terminarán ellas por destruir las buenas semillas y sus frutos. Y creernos que, nosotros solos, podemos es un error. Necesitamos la Gracia de Dios y la presencia continua de su Espíritu para, fortalecidos e iluminados en Él, poder sostener y mantener bien cultivado el jardín de nuestra vida en cada momento.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des esa capacidad de esfuerzo y cuidados con los que mantener nuestro propio jardín bien cultivado. Un jardín dónde los frutos sean frutos de verdadero amor, y que establezcan tu Reino, Señor, entre todos los hombres.

Danos, Señor, esa sabiduría de conocer todos los entresijos que nos pueden estropear los frutos de nuestro corazón, y los remedios y defensas para impedir que se estropeen. Y, por tu Gracia, sostenernos siempre en tu presencia y en tu Amor. Amén.