Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

QUIERO PREPARARTE MI PESEBRE, SEÑOR

Esa es nuestra alternativa. Y no es fácil, porque el mundo en que vivimos nos lo pone difícil. Hay mucho ruido, muchas luces, muchas celebraciones y fiestas, muchos regalos, muchos banquetes, comidas, panderetas y cantos, pero, ¿Tú, Señor, dónde estás? Porque lo que sé de Ti es que naces en el silencio de la noche, en la oscuridad que Tú mismo alumbras. Naces pobre, en un humilde pesebre abandonado y en las afueras de la ciudad. Podría hablar que con los excluidos, rodeados de pastores, la última escala social.

Sólo los ángeles celestiales te cantan alabanzas y anuncias a los pastores que has nacido. Y escuchan el anuncio de tu nacimiento, y corren a verte y adorarte. ¿Seremos nosotros capaces de revestirnos de pastores y, humildemente, ir a adorarte? ¿Dónde estás, Señor? Porque quiero prepararte mi pesebre y arreglarlo de tal forma que te sientas acogido, cómodo y calentito. Quiero, Señor, que dentro de mí se haga la luz, la luz que Tú traes al mundo y, alejado de los ruidos y algarabías festivas, hacer silencio dentro de mí para que Tú, Señor, acampes tranquilo y me llenes de tu paz.

Líbrame de tanta alegría falsa, apoyada en cosas, fiestas y regalos. Líbrame de tanta risa obligada, forzada y engañosa. Líbrame de tanta rutina y alegría contagiosa, irreflexiva y vacía. Líbrame, Señor, de aparentar pesebre y construir palacios, de hablar de pobreza y vestirme de rey. Líbrame, Señor, porque naces y no te veo; porque naces y no te preparo mi corazón; porque naces y no te abro la puerta de mi vanidosa y ostentosa posada. 

Líbrame Señor de tantas tentaciones y pecados. Líbrame Señor de mis esclavitudes y miserias para poder celebrar contigo y con lo que quieran una Navidad de luces, de silencio, de amor y de compasión con los que sufren y padecen. Amén.

martes, 13 de diciembre de 2016

EL REINO DE DIOS PASA POR LOS POBRES

No es para los ricos, los soberbios, los orgullosos, los sabios... ¡No!, el Reino de Dios no pasa por ellos, porque ellos tampoco lo desean. Están satisfechos con las cosas de este mundo. Y encima se creen sabios, inteligentes y suficientes. ¿Es qué ignoran que las cosas de aquí abajo son caducas? ¿Es qué se les esconde que este mundo tiene sus días contados? ¿Es qué descubrir eso es de inteligentes y sabios?

Jesús, el Señor, nos lo ha dicho muchas veces. Su Reino no es de este mundo, y eso significa que este mundo terminará, porque el único Reino Eterno es el suyo. Por lo tanto, pensar y creer que este mundo es nuestra solución y felicidad es perder, además de ser poco inteligente, el tiempo de manera inútil y tonta. Es lógico pensar que son los pobres, los marginados y excluidos, los pequeños y miserables, los que estén más comprometidos y dispuestos a realizar sus compromisos y buenas obras.

Porque son ellos los más expectantes y deseosos de ser liberados y salvados. Porque son ellos los más dispuestos a escuchar y creer. Porque son ellos los que más necesitan la salvación, y se fían de la Palabra del Señor y se esfuerzan en cumplirla. Así, es de sentido común suponer que serán ellos los primeros en el Reino de Dios, porque han creído en su Palabra.

Pidamos al Señor que tengamos abiertos los ojos de nuestra fe y que sepamos vivir de acuerdo con los que decimos. No pensemos que estamos, por estar en la Iglesia, salvados, sino que seremos acogidos por la Misericordia de Dios si nuestra vida va de acuerdo con el esfuerzo de vivir y obrar con lo que decimos y proclamamos. Porque esa es la palabra eficaz que deja mudo y sin palabras a aquellos que no creen. Ya lo dijo el Señor, Jn 10, 37-38.

No nos va a resultar fácil. Que nadie se lleve a engaño. Pero que sepamos que no estamos solos y que con la asistencia del Espíritu Santo podemos, a pesar de decir no, terminar cumpliendo lo que realmente sabemos que debemos y tenemos que cumplir. Con tu Gracia, Señor, podemos hacerlo. Amén. 

lunes, 12 de diciembre de 2016

TÚ, SEÑOR, TIENES PALABRA DE VIDA ETERNA

Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Tu Palabra es transmitida con Autoridad. Una Autoridad que te viene dada desde lo alto, y que da Vida Eterna. Por eso, Señor, te pedimos fuerza, sabiduría y humildad para ser capaces de doblegarnos y abajarnos y recibir, abiertos a tu Palabra todas tus enseñanzas.

Limpia nuestros corazones de toda las alimañas del desierto de nuestra vida y hazlos fértil a la siembra de tu Palabra regada por la Gracia de tu Espíritu. Te pedimos paciencia y perseverancia. Paciencia, para, como tu Madre, María, saber esperar y confiar en tu Palabra, y mantenernos firmes y fieles a tus enseñanzas y mandatos. Y perseverancia, para no desfallecer y, a pesar de las tormentas, las tempestades de arenas que nos cierren nuestros ojos, mantengamos abiertos los ojos de nuestro corazón y sostengámonos erguidos y firmes en tu presencia.

El camino de nuestras vidas se hace desierto, y el horizonte se desdibuja. Y, al acercarse, desaparece llevándose nuestras esperanzas. Ciegos y sin horizontes tratan de confundirnos y seducirnos con los espejismos que el mismo desierto nos presenta y buscan que sucumbamos y nos sometamos a sus caprichos y vicios. Una felicidad engañosa, aparente que, como espejismos, desaparece.

No, Señor, no queremos alejarnos de Ti, a pesar de las dificultades y las tempestades del desierto. Queremos permanecer en tu Palabra y ser dócil a ella. Danos esa fortaleza y firmeza para sostenernos en ella y permanecer abiertos a tus enseñanzas. Vigoriza y fortalece a tu Iglesia con el Papa a la cabeza y darle la luz para que ilumine el camino de todos, y perseverando junto a María, vayamos unidos y fortalecidos en la fe. Amén.