Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 18 de abril de 2017

NO ME CANSO DE PEDÍRTELO, SEÑOR: AUMENTA NUESTRA FE

He repetido hasta la saciedad que Tú, Señor, has Resucitado. Pero, por mucho que lo repita nunca estaré seguro de mi fe. Experimento que en muchos momentos se tambalea y se presentan dudas. Experimento mis debilidades humanas, mis apetencias y comodidades que tiran de mí y me zarandean por dentro. Mi alma se debate entre la lucha y la muerte, porque de separarme de Ti, mi Señor, me espera la muerte.

Gracias, Dios mío, porque ese criterio me ayuda a sostenerme y a luchar contra las debilidades de mi propia carne. Experimento mis flaquezas y mi pobreza. Y eso despierta en mí, ¡gracias Señor!, sed de buscarte y de pedirte ayuda. Ayuda para fortalecer y aumentar mi fe. Sí, Dios mío, aumenta mi fe para que se sostenga firme como un roca sin titubeos ni debilidades. 

Aumenta mi fe en la idea firme de que Tú llegarás. En mi hora o a la hora que Tú decidas, pero, llegarás y se producirá el encuentro, el momento más emocionante que, desde ahora, espero. Dame, Señor, esa esperanza de encontrarme contigo y poder contemplarte, escucharte, mirarte y sentirme abrazado y acogido en tu Amor. Dame, Señor, sabiduría, paz y fortaleza para entregarte todo mi ser y, como Tú, partirme, repartirme y darme a todos los hermanos.

Es ahí donde puedo, ahora que no te veo, encontrarte y abrazarte. Porque en la medida que viva en esa actitud, podré, algún día, cuando Tú lo quieras, Señor, encontrarte cara a cara y poder mirarte y abrazarte directamente. Tocarte, como lo hiciste y ofreciste a tus discípulos después de tu Resurrección. Sentirte como Tomas cuando palpó tu costado y tus llagas en las manos.

Señor, aquí me tienes, fortalece mis criterios, ilumina mis pasos, apuntala mi voluntad y ponme en el camino de Galilea, para que, desde esa vivencia y referencia, yo, tu pobre y mísero siervo me esfuerce en imitar tu Camino, tu Verdad y tu Vida. Amén.

lunes, 17 de abril de 2017

QUIEN BUSCA ENCUENTRA

Posiblemente, el secreto de la búsqueda está en el dónde, el cómo y el cuándo. Porque donde no está, no se puede encontrar. Jesús no está en el mundo de los muertos, porque ese mundo pertenece al hedonismo y al egoísmo. Es un mundo caduco y vacío e impera en él la muerte. Será imposible encontrar a Jesús ahí.

Jesús está Vivo. Su tumba ha quedado vacía y eso revela que ha Resucitado. Por lo tanto, hay que buscarlo entre los vivos y no entre los muertos. Y el mundo está lleno de muertos, porque los que aspiran a la vida no son de este mundo. La búsqueda de Jesús está en el amor, el Amor que Él nos dio y nos enseñó con sus Obras. Pues bien, es en esas obras donde hay que buscarlo. Y lo hacemos en la medida que las vivimos y practicamos en los hombres. Tal y como Él hizo.

Por lo tanto, el secreto está en pedir y buscar. Pedirle al Espíritu de Dios que nos enseñe el camino y que nos dé la sabiduría de saber encontrarlo. De saber percibirlo en los más necesitados, en los más pobres y marginados. Pedir al Espíritu que nos dé paciencia, sabiduría de saber buscar las respuestas ante tantas dificultades e inteligencia para despertar en ellos sed y hambre de encontrarte Señor.

Porque ese es nuestro problema. No sabemos como despertar motivación, sed trascendente y deseos de búsqueda de Ti. Tú que eres el verdadero Camino, Verdad y Vida. ¿Cómo despertar en ellos el dónde, el cómo y el cuando. Porque esa es la otra pata del trípode que reflexionamos hoy. Ahora es el momento de la búsqueda. No dejarlo para mañana, porque el mañana puede que no llegue. Ahora es ahora, ya. En este momento y sin perdida de tiempo.

La vida es corta, aunque pensemos lo contrario. Y, sin darnos cuenta, se acaba. Por lo tanto, el cuando es ahora. Danos, Señor, la luz de entenderlo y de ponernos en movimiento en tu presencia para, buscándote, encontrarte. Porque Tú lo has dicho: Quien busca encuentra-Mt 7, 8-.

domingo, 16 de abril de 2017

LA MUERTE HA SIDO PENETRADA Y VENCIDA

Es el día más grande de nuestra vida, porque en él celebramos la victoria de la Vida sobre la muerte. La muerte ha sido penetrada por la Cruz, pues en ella Jesús, Crucificado y muerto, ha Resucitado. Y eso significa que ha vencido a la muerte. Desde este momento nos ha sido revelado la Vida Eterna, porque resucitamos no para morir de nuevo, sino para vivir eternamente.

Sí, el hombre tiene un destino. No nos dejemos engañar por el mundo, que habla de viaje y no de destino. El destino del hombre es la Vida Eterna. Esa Vida con Mayúscula que nos viene a dar gratuitamente el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesús. Esta vida tiene sus días contados, porque su destino no es quedarse aquí. Sería el mayor peligro y la mayor debacle que le pudiera ocurrir al hombre. La misión del hombre es encontrar el único y verdadero camino que conduce a la Vida Eterna, y ese camino es precisamente Xto. Jesús, Camino, Verdad y Vida. Amén.

Pidamos esa Gracia en este gran día de Resurrección, para que también nosotros podamos reunirnos con el Señor el día de nuestra resurrección. Resurrección que nos la ha prometido el Señor si creemos en Él y si guardamos sus mandamientos. Vivamos en ese esfuerzo y en esa actitud de cada día, tratando de esforzarnos en vivir los Sacramentos, sobre todo y de manera especial los de la Penitencia y Eucaristía, con los que renovamos y lavamos nuestros cuerpos de las manchas del pecado.

El Señor ha Resucitado y eso nos llena e inunda de alegría y de esperanza. Porque también nosotros resucitaremos en Él. Con esa esperanza y con esa fe continuamos nuestro camino y cantamos llenos de gozo y de paz el salmo 117, alabando y glorificando al Señor. Amén.