Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 28 de junio de 2017

RODEADOS DE LOBOS

El mundo está rodeado de peligros. Cuando vemos los documentales de la selva y la vida de los animales, en la que impera la ley del más fuerte, experimentamos lo difícil que es mantenerse vivo y subsistir en esas circunstancias. Unos se devoran a otros formando un equilibrio alimenticio y necesario para que haya vida. Y pensamos que nosotros estamos excluidos de esa cadena y somos seres aparte. Y pensamos bien.

Somos las criaturas de Dios por excelencia. Creadas a su imagen y semejanza, y destinada a vivir a su lado, por amor, para la eternidad. Pero, no cabe duda que, el corazón del hombre, inclinado al mal por el pecado, se degenera y origina  peligro de muerte. Y un peligro que amenaza y esclaviza hasta matar. 

El hombre se convierte en la mayor amenaza, tanto para los animales como para el planeta. Y una amenaza sin límites, que, sin darse cuenta, se convierte en su propia muerte y se destruye a sí mismo. Somos nuestros mayores peligros y nuestra mayor amenaza. Necesitamos cambiar nuestro corazón. No sólo para salvarnos nosotros, sino también para dejarles un mundo habitable y en condiciones a nuestros descendientes. Y eso, que nos puede parecer factible y al alcance de la mano, no lo podremos conseguir sin levantar la mirada al Creador, nuestro Padre Dios, y abandonarnos a su Gracia y Misericordia.

Reconocernos pecadores y cultivadores de malos frutos, es el primer paso para que nuestro cosecha empiece a mejorar y a producir buenos frutos. Pidamos al Señor que nos de la sabiduría de mirar para dentro, para el interior de nuestros corazones, y pongámoslo en sus Manos, a fin de que en Él sean convertidos en buenos y hermosos frutos. Amén.

martes, 27 de junio de 2017

UNA PUERTA DIFÍCIL DE ABRIR Y ATRAVESAR

Quizás nuestras palabras vayan más deprisa que nuestras obras. Quizás nuestro camino esté lleno de promesas y palabras más que de obras. La realidad es que es más fácil hablar  que hacer, y más fácil prometer que cumplir. Por eso, no sólo la palabra convence y transforma, sino que son las obras las que terminan por convertir y derrumbar las murallas que otros levantan amparados en las mentiras y falsas promesas. Porque, el testimonio cuando está apoyado en la verdad no admite discusión.

Por eso, no cuesta mucho hablar de la puerta estrecha o ancha. Lo podemos hacer con cierta facilidad, pero lo realmente importante es abrirla. Y digo abrirla, porque aquí de lo que se trata es de entrar por la puerta estrecha, ya que la ancha es fácil y se entra sin esfuerzo. Todo lo contrario, nos llevan en volandas seducido por los placeres y pasiones de este mundo. 

La dificultad está en una sola puerta. Se trata de la estrecha. Ahí está el secreto, porque es esa puerta la que nos abre el camino hacia la plena libertad; hacia la plena verdad y plena felicidad. Pero, la llave para abrirla se esconde en la paciencia y perseverancia; en la confianza y la fe; en el sacrificio y la renuncia; en la misericordia y el perdón; en la comprensión y la escucha; en la entrega y el servicio. Pero, sobre todo, en el amor y la caridad.

Seremos incapaces de abrirla solos y por nuestra cuenta. Necesitamos la oración de petición. Una petición constante, diaria, entregada, dispuesta, perseverante, insistente, disciplinada, confiada, plena de fe y fuerza, y, sobre todo, abandonada en el Espíritu Santo, que nos asiste, nos acompaña y nos fortalece. Sólo así tendremos garantía de éxito. 

Por eso, sin perder un instante, tomémonos virtualmente de la mano y, unidos, elevemos nuestras oraciones al Cielo, suplicando fortaleza, sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, piedad y santo temor de Dios, para que firmes y fortalecidos en el Espíritu de Dios, podamos y seamos capaces de entrar por la puerta estrecha hacia la Casa de Dios. Amén.

lunes, 26 de junio de 2017

DAME LUZ, SEÑOR, PARA QUITAR LA VIGA DE MI OJO

En repetidas ocasiones sólo vemos la mota del ojo del prójimo sin advertir la viga del nuestro. Eso es algo inherente a nuestra propia naturaleza. No vemos nuestros defectos, o dicho de otra forma, nos cuesta mucho ver nuestros propios defectos, y sí vemos, nos es más fácil, ver los del prójimo. Por eso y en base a eso estamos propensos a juzgar las debilidades y faltas del prójimo, ocultando las nuestras.

Y esa es nuestra oración - petición de hoy, Señor. Te pedimos que nos des la capacidad, no sólo de observarnos y vernos, exterior e interiormente, sino de discernir y corregir nuestras debilidades y defectos. Y evitar nuestros subjetivos juicios sobre los demás. Ni somos, ni estamos capacitados para ello, porque no podemos entrar ni conocer las últimas intenciones del corazón humano. ¿Quienes somos, pues, para juzgar los actos e intenciones de los demás?

¿Acaso estamos nosotros libres de cometer los mismos pecados que los demás? ¿Y en realidad no los cometemos? ¿Con qué autoridad, luego, nos atrevemos a juzgar a otros, cuando nosotros mismos hemos sido reos de esas mismas faltas?  Tratemos, pues, de limpiar primero nuestros ojos, para luego ver con claridad los de los demás.

Por todo ello, Señor, y arrepentido de mi osadía y atrevimiento, te pido humildad y paciencia para reconocerme pecador y necesitado de limpiar la oscuridad donde navegan mis ojos, impedidos de ver ante esa oscuridad que le impide ver. Alumbra mi camino y enciende mi corazón para saber limpiar y reconocer siempre primero mis pecados antes de enjuiciar los de los demás. Amén.