Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 29 de agosto de 2017

EL TEMOR AL MARTIRIO

Ante la posibilidad del martirio y de la misma muerte reaccionamos con temor. Y no sabemos cual sería nuestro comportamiento ante tal circunstancias. Somos débiles y experimentamos miedo y terror ante esa posibilidad. Eso no dice nada, sino deja muy claramente que somos humanos, débiles y frágiles.

Sin embargo, me gusta pensar que en esos delicados y decisivos momentos, la presencia y acción del Espíritu Santo, no nos falla. E invocado, hace presencia y nos fortalece y nos da valentía, paciencia, voluntad y todo lo que necesitamos para soportar con firmeza esos momentos de pasión y sufrimientos. Así es como me imagino a todos esos mártires que han dado testimonio soportando esos crueles momentos de pasión y dolor.

Claro, eso nos viene dado por nuestra confianza y fe depositada antes en el Señor. Él sabe de lo que guarda nuestro corazón, y de sus más profundos pensamientos, y nos fortalece para que podamos soportar todo dolor con paciencia y firmeza de fe. Hay momentos, después de algún sufrimiento que hayamos padecidos, bien por enfermedad u otras circunstancias, que, pasado el dolor, no llegamos a explicarnos como hemos sido capaces de soportarlo. Incluso, nuestra propia vida, mirando atrás, nos descubre la acción del Espíritu Santo que nos ha fortalecido dándonos fuerzas para superarla.

Detrás de todos esos temores se esconde ese grito y esa conciencia de sabernos protegido por el Señor. Y de decirnos que nada tenemos que temer, pues con el Señor, a pesar de experimentar dolor, Él así también lo experimentó, todo será superado y, llegará el triunfo. Es tranquilizador y esperanzado pensar que Juan goza de la felicidad eterna en el Cielo junto al Padre, Hijo y Espíritu Santo. 

Y preguntarnos que, vale la pena proclamar la verdad aun a riesgo de perder nuestra vida. Porque quien pierde su vida en este mundo, la ganará para la vida Eterna. Amén.

lunes, 28 de agosto de 2017

CONFIESO MIS PECADOS Y ME ACOJO A TU MISERICORDIA

No puedo evitar confesarme temeroso y asustado. Soy consciente de mi pobreza y mis pecados, y me arrepiento por todo el mal ejemplo que he podido y doy en cada instante de mi vida. Sí, siento miedo y tiemblo por mis malos testimonios y pecados. Me confieso arrepentido, pero tan débil que temo repetir mis pecados y dar mal ejemplo. Por eso, Señor, te pido fortaleza, voluntad y la Gracia de no dejar hacer, no sólo el bien, sino hacer todas mis obras bien.

Pero, también Señor, descanso en tu Misericordia. Sé, por boca de tu Hijo, nuestro Señor, que eres Infinitamente Misericordioso, y eso me da confianza y me tranquiliza. No, por eso, me abandono sólo en tus Manos, sino que tomo conciencia que debo esforzarme en trabajar y poner todo lo que está de mi parte para, aprovechando los talentos que me has dado, ponerlo en hacer el bien, haciendo mis obras bien.

Y ello me lleva a suplicarte toda la Gracia que necesito para cumplir tus mandatos y ser luz que alumbre a otros y les ayude a hacer otro tanto lo mismo. Ser puente, Señor, que me lleve a soportar el peso de todos aquellos, que puestos en mi camino, lleguen por mis pobres y humildes ejemplos y obras a Ti. Que no ocurra lo contrario, levantar barreras y murallas que les impida verte.

Sé, Señor, que nada soy y todo lo que soy está en estar injertado en Ti. Sé, Señor, que mis obras, hechas desvinculado de Ti son oscuridad que no alumbran lo suficiente para llevar hacia Ti a todos aquellos que caminan en la oscuridad. Dame la valentía, la sabiduría y la fortaleza de caminar en la Luz y reflejarla con humildad y caridad hacia los demás.

Líbrame, Señor, de tus reproches y de se obstáculo para impedir a otros entrar en el Reino de los Cielos. Quiero ser puente y camino para que otros te encuentren y descubran la alegría y felicidad de conocerte, pues Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. ¡Señor, en tus Manos pongo mi pobre y humilde vida! Amén.

domingo, 27 de agosto de 2017

TÚ ERES EL HIJO DE DIOS VIVO

Mi respuesta es clara, me uno a Pedro y digo y pienso lo mismo que él. Sin embargo, sigo tropezando, teniendo mis debilidades y experimentando que mi respuesta, si bien de palabra es firme, no se ve concretada en mis obras. Siempre vivo con la inquietud de no hacer todo lo que puedo, o de no dar debido cumplimiento a lo que pienso y quiero. También me identifico con Pablo cuando dijo que no hacía lo que quería, y sí lo que no quería -Rm 7, 20--

Por eso, Señor, ruego al Espíritu Santo que me asista y me dé fuerzas para soportar con paciencia y fe firme las tribulaciones y tentaciones que me sale al paso en el camino. En Él me sostengo y confío pacientemente y lleno de esperanza con alegría y serenidad. Y también en la Iglesia, en el sacramento de la confesión, que nos limpia y nos fortalece para levantarnos de nuestras caídas y debilidades.

Danos, Señor, la sabiduría de sabernos en tu presencia y de conocer tu amor y tu acción salvadora, que nos purifica y nos renueva. Gracias, Señor, por tu providencia y por los Sacramentos de tu Iglesia, que a través de Pedro nos has dejado como Gracias que nos santifican y nos salvan. Ilumina, Señor, nuestro camino y nuestras acciones e inúndanos de paciencia y de discernimiento, para que podamos siempre distinguir la senda por donde encontrarte y no alejarnos de tu presencia.

Despierta en nosotros el deseo y la esperanza de encontrar en tu Iglesia la Misericordia que has dejado en el perdón del Sacramento de la Penitencia. Y por el perdón que has dejado en tu Iglesia, danos siempre la firmeza y obediencia de descargar todas nuestras faltas, debilidades y pecados con la esperanza renovada de volver a empezar. Sin ánimo de venganza, de cansancio, de resignación y de frustración, sino todo lo contrario, con la esperanza de ser renovados totalmente como hombre nuevos, llenos de plenitud y felicidad eterna.

Con esta esperanza y confianza, Señor, confesamos tu Divinidad como Hijo de Dios Vivo, el Mesías enviado para salvar y rescatar a los hombres de la esclavitud del pecado. Amén.

sábado, 26 de agosto de 2017

SIN JUSTICIA NI MISERICORDIA

Cuando se actúa sin justicia ni misericordia se descubren malas intenciones y engaños. Porque, quien es injusto no es bueno y esconde malas intenciones. No hay verdad en aquel que no hace justicia ni comprende las debilidades de los otros. Posiblemente, él no las haya experimentado, porque tampoco las ha hecho. Gusta de mandar a otros, pero él no ha movido un dedo para experimentar el esfuerzo y el dolor del trabajo y del peso de la carga.

Las leyes son para que otros las cumplan y las padezcan, pero ellos las acomodan a su manera particular de entender la vida. Descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad, y la aplican a los demás. Ellos, al parecer, quedan exentos.

Por lo tanto, no por eso descuidemos nosotros la Ley, ni tampoco dejemos de ser justos, misericordiosos y fieles a la Palabra de Dios, aunque salga de sus bocas. Pero, no les imitemos, sino tratemos de ser fieles a la Palabra de Dios. Él es nuestro único Guía, nuestro único Señor y Padre. Pongámonos en sus Manos y dejémonos conducir por la acción del Espíritu Santo, que nos asiste, nos aconseja y nos mueve a cuidar de la obra creadora del Padre, que ha puesto en nuestras manos para que la trabajemos para el bien de todos los hombres.

Demos gracias a Dios, nuestro hacedor, que nos ha regalado todo lo que somos y tenemos. Despertemos y descubramos que todo lo que nos rodea es obra del Creador, Señor y dueño de todo lo visible e invisible. Y todo nos ha sido dado gratuitamente, para que también nosotros hagamos lo mismo. Nada nos pertenece y todo lo debemos trabajar con la humildad de compartirlo y ofrecerlo para el bien y disfrute de los demás. Todo con verdadero respeto, cuidado y generosidad.

Pidamos a Dios que nos alumbre el verdadero camino, que nos dé la luz y la sabiduría necesaria  para, con nuestros esfuerzos, poner todo al servicio de los demás. Y, también, ser coherentes con nuestras palabras, que lo que decimos se corresponde con lo que hacemos. Que sepamos ser humildes y confesar nuestras debilidades y pecados y dejarnos ayudar con verdadera obediencia y fidelidad. Amén.

viernes, 25 de agosto de 2017

UN MENSAJE MUY CLARO


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


La solución del mundo pasa porque los hombres se respeten, se solidaricen y vivan en verdad y justicia. Todos, tengan la ideología que tengan, las creencias o las ideas en las que crean, convienen y coinciden en que la paz es la meta de todos los pueblos. Y la paz se apoya y fundamenta en la verdad y la justicia. Si alguna de estas condiciones, la paz se resquebraja, se desestabiliza y se rompe.

Y, no cabe ninguna duda, lo saben todos. Incluso aquel fariseo experto en la Ley-Mt 22, 34-40-. El amor es el fundamento de la paz. Pero no un amor abstracto y personal a un dios desconocido, sino un amor a un Dios que se hace Hombre, que se ha dado a conocer y que se manifiesta como Amor. Amor en verdad y justicia y contenido en una Infinita Misericordia.

¿El problema? El egoísmo, la avaricia, nuestra naturaleza herida y tocada por el pecado que nos debilita y nos tienta, y nos vence cuando nos alejamos del Camino, la Verdad y la Vida. Así nacen los enfrentamientos y las guerras; así nacen las envidias y las luchas por el poder y las riquezas; así, nuestros corazones, creados para amar, se vuelven soberbios y endurecidos para luchar y matar. 

Todos experimentamos que la única verdad está contenida en el Amor. Pero un amor comprometido con el bien, la verdad y la justicia. Porque amar no son intereses, afectos, placeres, hedonismo, pasarlo bien y darme satisfacciones y gusto. Amar es buscar la verdad y hacer el bien fundamentado en la justicia. Amar es buscar un mundo más solidario, más equitativo, más justo y más fraterno. Amar es buscar el Amor de Dios en el amor al prójimo. Van estrechamente relacionados.

Es eso, Señor, lo que queremos pedirte hoy. Enséñanos a amar. Danos la sabiduría de aquella moabita, Rut, que te eligió en el seguimiento de su suegra Noemí. Te aceptó en la aceptación, valga la redundancia, de seguirte siguiendo a su suegra. En ella te abrazó. También nosotros queremos abrazarte cada día sirviendo a los demás por amor. Porque sabemos que Tú, como hiciste con Rut, no nos abandonarás nunca. Amén.

jueves, 24 de agosto de 2017

A TI TAMBIÉN TE VE EL SEÑOR

No es posible que el Señor haya visto a Natanael tendido bajo aquella higuera, y a ti no te haya visto. No tendría sentido pensar que ve a unos y a otro no. ¡Claro!, el Señor te ve a ti y a mí. Nos ve a todos. Y de todos espera que nos acerquemos a Él. Quiere hablar contigo y decirte, como a Natanael, que te conoce y que, si quieres, serás una persona limpia y sin mentiras. Porque ese es el deseo de todo hombre, ser una persona de bien, sincera en verdad y justicia.

A Natanael le bastó lo que Jesús le dijo. Quedó impresionado por sus Palabras y por el detalle que descubrió de él. Verdaderamente era un hombre sin segundas intenciones. Sincero en verdad y justicia. Sin engaños. No puedo resistir esa sabiduría del Señor y cayó tendido a sus pies: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».

Podemos preguntarnos: ¿Nos basta a nosotros también lo que Jesús nos dice? ¿O es que, quizás, no le escuchamos? Puede ocurrir también que no le esperamos, ni tampoco le buscamos. Será mucho más difícil escucharle así. Porque de una cosa debemos estar seguros, Jesús nos habla también a nosotros, y nos dice muchas cosas de nosotros. Nos conoce a la perfección, y sabe de nuestras debilidades, de nuestros pecados y de nuestras virtudes. 

Todos tenemos cosas buenas, y también cosas malas. Se trata de descubrir las buenas y de desechar las malas. De esa manera iremos limpiándonos y dejando sólo en nosotros lo bueno. Para eso necesitamos al Señor, acudir a Él y dejarnos limpiar por su Palabra y por su Gracia.

Pidamos esa Gracia de saber oír, escuchar y responder. Es lo que hizo Natanael, que no creía que de Nazaret saliese nada bueno. También nos puede suceder a nosotros que pensemos que de ese amigo que nos invita a acercarnos a Jesús no puede venir nada bueno. Dejémonos llevar por el Espíritu de Dios y acerquémonos a Jesús.

miércoles, 23 de agosto de 2017

EL TIEMPO NO CUENTA

El tiempo no cuenta. Sí, para las cosas de este mundo el tiempo es algo valioso y cuantificable, para Dios no parece tener tanta importancia. La medida del amor no se mide por horas ni por cantidades, sino por la intensidad e intenciones del corazón. De modo que un simple pensamiento bien intencionado tiene un gran valor, y otro, aunque más genial e importante, pero con malas intenciones, su valor queda devaluado.

¿Y cómo se mide el valor? Lo tenemos claro. Todos saben lo que está bien o no, y cuando hacemos cualquier cosa, como puede ser un trabajo, sabemos si lo hacemos bien, regular o mal. Y también si nos hemos aplicado con buena intención o con cierta desgana y no tanta aplicación y esfuerzo. Es decir, sabemos cuando realmente amamos o no. Y la medida de ese amor está en nuestra buena intención. Por eso, Jesús, nos habla en cierta ocasión sobre la pureza y buena intención del corazón de los niños. A ellos debemos parecernos.

Por otro lado, El Señor es infinitamente Justo y Misericordioso, y nos paga, por amor y porque su Voluntad es esa. No porque nos merezcamos nada. Así que lo que haya ajustado con cada uno de nosotros, eso estará bien y justo. Nada podemos reprocharle que a otro quiera darle lo mismo o más. Él sabrá por qué. Nosotros, simplemente, le damos gracias por su Infinita Misericordia.

Confiamos en Él y le damos gracias por todo lo que tenemos y hemos recibido. Y respondemos a su llamada de trabajo esforzándonos en hacer su Voluntad. Le pedimos que nos dé la sabiduría, la fortaleza, la voluntad y la capacidad de trabajo para empeñarnos en hacer su Voluntad y lo que Él nos mande. Le pedimos que abra nuestros corazones para que el Espíritu Santo nos asista, nos auxilie, nos asesores y nos mueva a dar frutos en la Viña del Señor. 

Eso queremos, Señor, y eso te pedimos, aceptando toda la Gracia que Tú nos das, porque todo es tuyo y de tus Manos generosas lo recibimos. Amén.