Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 29 de octubre de 2017

CAMINO DEL AMOR

No puedes ir por otro camino. Y es que muchos de nosotros nos agarramos al cumplimiento, a las normas, a las leyes y hasta las obras, pero todas, si no van bañadas por amor de nada valen. Con eso no estamos diciendo que las normas, las leyes y el cumplimiento no sean necesarios, pero, sin amor quedan sin efecto. Porque, lo que nos salva a todos nosotros es el amor.

No nos salvamos por nuestros méritos ni por nuestras obras. Por muchas que tengamos no darían para salvarnos. Entonces, ¿qué nos salva? Pues, lo dicho, nos salva el Amor y la Misericordia de Dios. Por tanto, también nosotros tenemos que vivir ese amor y misericordia con nuestro prójimo. El Padrenuestro que Jesús nos enseñó marca muy bien el camino que tenemos que recorrer para llegar a alcanzar la Misericordia de Dios. 

Para ser perdonados tenemos también nosotros que perdonar. Y eso nos exige amar y ser misericordioso. Volvemos, pues, al mismo lugar. Necesitamos al Señor para en Él poder hacernos fuertes y vencer nuestras limitaciones, egoísmos y pecados. Y aprovechamos este espacio para, unidos a otros hermanos en la fe que quieran unirse, elevar nuestra oración al Señor y pedirle que nos dé esa sabiduría del cielo para superar todos los obstáculos que nos impidan amar y ser misericordiosos.

Porque, desde ahí es donde podemos convertir todas nuestras obras y cumplimientos en verdaderos tesoros que nos sirvan para acumular en el cielo méritos, por decirlo de alguna manera, para merecer, aunque nos es dada gratuita, la Misericordia de Dios. 

Digamoslo de otra manera, el Señor nos da, gratuitamente, la oportunidad de alcanzar su Misericordia si somos capaces de, doloridos y arrepentidos de nuestros pecados, y reconociendo nuestra pequeñez, nos entregamos y abandonamos en sus Manos. Por el contrario, si no lo hacemos así y le rechazamos, tenemos poder de elección para decidir, sufriremos nuestra necedad y nos condenaremos. 

Por eso, Señor, te pedimos sabiduría y fortaleza para saber discernir y elegir bien y superar todas las adversidades que salen al paso en nuestro camino hacia Ti. Amén.

sábado, 28 de octubre de 2017

CADA DÍA UNOS MINUTOS CONTIGO

Quiero no perderte de vista y, al menos, estar contigo unos minutos cada día. Unos minutos en los que hablar y donde pueda contarte mis planes, mis propósitos y mis fracasos. Unos minutos donde pueda confesarte mis aspiraciones y mis posibles errores. Unos minutos donde pueda hablarte de mis debilidades, de mis caidas, de mis problemas y de lo mucho que me cuesta, en muchos momentos, seguirte.

Unos minutos donde pueda pedirte ayuda y abrirme a tu sabiduría para poder entender este mundo difícil y peligroso. Unos minutos donde me ponga en tus Manos para que, como buen cirujano, hagas en mi corazón la transformación de amarte y amar a los demás. Unos minutos donde pueda escucharte y, ahogado en la paciencia y la paz, experimentar tu presencia y tu inmenso amor. Unos minutos para cargarme de tu Gracia para continuar el camino de cada día siempre en tu presencia y tu amor.

Porque, ¿a dónde voy sin Ti, Señor? ¿En quien me voy a apoyar y mirar? No sabría qué hacer, ni tampoco a dónde ir sin Ti, Señor. Sin Ti mis referencias serían finitas, caducas y corruptas por el pecado. Necesito a alguien limpio, puro, inmaculado y fuera de toda duda, es decir, creíble. Necesito a alguien perfecto, infinito, bondadoso, amoroso y verdadero amigo, dispuesto a dar la vida por mí. Y con poder para librarme de la esclavitud del pecado, que me somete y me castiga. Pero, ¿dónde está esa persona que pueda salvarme por amor?

Porque, debo de confesar que no merezco tal salvación por mucho que haga. Ni tampoco alcanzaré méritos ni perdón por mis obras. Todo será gratuito, por amor y misericordia, y eso está por encima de nuestra naturaleza humana. ¿Quién, pues, si no Tú, mi Señor? Sólo Tú, Señor, eres el Mesías, el Hijo de Dios Vivo que, encarnado en Naturaleza humana en el seno de María, has venido a salvarnos y a mostrarnos el camino de salvación. Por eso, Señor,  lleno de alegría y gozo, levanto mis ojos hacia Ti, para, agradecido, adorarte y entregarte mi vida cada día. Porque, sólo Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna.

Dame, Señor, la Gracia de nunca cortar ese hilo que me une a Ti. Es más, fortalecerlo con la oración diaria contigo. Dame la sabiduría de saber dejarme acompañar por otras personas de buena voluntad, pero, especialmente, de tu Madre, que también me la has ofrecido como mi Madre. Porque, en ella encontraré a una verdadera Madre que me ayudará e indicará el camino que conduce a Ti. Amén.

viernes, 27 de octubre de 2017

EL TIEMPO DE AQUÍ Y EL TIEMPO DE ALLÁ

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Me gusta pensar en dos tiempo. Un tiempo de aquí, el que piso en este mundo todos los días, y en el que me levanto y me acuesto y lucho cada día por seguir viviendo. Pero un tiempo del cual veo el horizonte final. Quizás no lo pueda percibir con realidad, pero si lo puedo imaginar. Y, aunque el horizonte no me permita verlo, sé que está ahí y que un día terminará para mí. Lo experimento en todo lo que observo a mi derredor cuando veo que otros acaban su recorrido y su tiempo.

Pero, unido a esto, percibo otro tiempo de allá. Un tiempo que va unido a este y que dependerá mucho de este de aquí. Porque, según recorras el tiempo de aquí abajo, será tu tiempo de allá arriba. Y es que el tiempo de allá arriba es el importante y el verdadero. Porque ese tiempo será para siempre y no tendrá horizonte ni final. Por lo tanto, será un tiempo a tener muy en cuenta.

Y lo tendré en cuenta en la medida que utilice esté de aquí abajo. Hay una moneda que servirá para comprarlo, por decirlo de alguna manera que podamos entenderlo. Con esa moneda podemos entrar y ganar el tiempo eterno. Un tiempo de gozo, de gloria y de plenitud en el amor. Precisamente, esa es la moneda, el amor. Comprando amor y guardándolo en el corazón de los demás podemos atesorar un Tesoro hermoso para el tiempo de allá y, cuando nos llegue el tiempo, valga la redundancia, gozar de ese tiempo de allá para siempre.

Por todo ello debemos discernir mucho sobre el verdadero tiempo, pero, al mismo tiempo, pedir mucho al Señor que nos dé esa sabiduría del Cielo para saber interpretar, además del tiempo de aquí abajo, el verdadero tiempo de allá arriba. Porque ese es el tiempo que nos debe interesar, pues es el que no se acaba y el que buscamos todos. Vivir inmensamente felices y gozosos en paz y para siempre es lo que todos buscamos en el tiempo. Pero, en el tiempo de aquí abajo no se halla. Está en el tiempo de allá, ese tiempo a donde el Señor ha ido a prepararnos una mansión también para nosotros.

Pidamos esa Gracia y pongamos también nosotros todo el esfuerzo de nuestra parte para saber discernir el tiempo de allá. El tiempo al que todos queremos llegar. Amén.