Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

LA RENUNCIA ES LA LUCHA DE CADA DÍA

Somos invitados al Banquete cada día. Con la noche termina un día, pero con el amanecer empieza otro. Así vamos recorriendo el camino de nuestra vida. Y cada día es una lucha entre la renuncia y la aceptado. Porque hay muchas tentaciones que se nos presentan cada día y que nuestro corazón detecta que son malas, posesivas y egoístas. En él están escrita las buenas y las malas, y sabemos diferenciar lo bueno de lo malo, o en su lugar, discernir y preguntar.

Posiblemente, algunas veces tendremos dudas, pero otros podrán sacarnos de ellas. El discernimiento nos ayuda a distinguir lo bueno de lo malo, y la oración nos ayuda a aclararnos. El Espíritu Santo nos asiste y nos va aclarando el camino. Lo que si es cierto es que tú y yo sabemos cuando el camino se llena de piedras y no nos deja avanzar. Necesitamos limpiarlo y renunciar a todas esas comodidades y egoísmos que nos tientan con sentarnos y pararnos.

Debemos saber medir nuestras fuerzas y cuando apartarnos o desviarnos de los peligros que amenazan con distraernos y hasta confundirnos. Pero, sobre todo, no dejar nunca la poderosa arma de la oración, ella nos hace fuerte y nos llena de luz y sabiduría para discernir bien y saber la medida de nuestras fuerzas. Luego, la voluntad, otra de las grandes virtudes que tenemos, nos libera de seguir ese camino peligroso y optar por el verdadero y auténtico que es Xto. Jesús.

Él es nuestra Referencia y nuestra Salvación. Repetidas veces nos ha llamado e invitado y nos ha dicho que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Pues, no perdamos ni un instante de pedir fuerza y voluntad para renunciar a todo aquello que el mundo nos presenta como excusa y justificación para seguir sus pasos, y seamos firmes y dispuestos a no perderlo nunca de vista. 

Él debe ser nuestra prioridad en todo, incluso antes que nuestra vida, porque, Él es realmente la Vida, y sin Él estamos muertos. Pidamos ser fuertes para renunciar a todo aquello que nos separa de Él. Amén.

martes, 7 de noviembre de 2017

UNA INVITACIÓN DE CADA DÍA

Cada día amanece con una nueva invitación en tu mesa de noche. Te acuestas y te levantas y la invitación sigue constante en tu mesa de noche. Que maravilla de amor y que misterio. Cuanto nos quiere el Señor y nos lo demuestra constantemente. Estás invitado a su Banquete, yo también. Ahora, ¿qué contestamos? ¿Ponemos por delante nuestras aficiones, nuestros intereses, nuestras familias, nuestras ocupaciones, nuestros trabajos...etc? ¿Cuál es nuestra elección?

Al final del Evangelio se nos responde muy duramente: Dijo el señor al siervo: ‘Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa’. Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena. 

Son terrible esas Palabras del Señor, porque nos está diciendo que de no aceptar la invitación no probaremos su cena. Y eso equivale a decirnos que no estaremos con Él en su casa. Y eso supone la mayor desdicha que nos puede pasar, que se hace eterna y no hay manera de cambiarla. Por eso, estamos en un momento muy importante de nuestra vida. Este momento es tiempo de salvación. Dentro de unos instantes no sabemos. 

Debemos, pues, de aprovechar cada instante, porque en él nos jugamos nuestra felicidad y nuestro gozo eterno. Y, por tanto, estar disponible y abiertos a aceptar la invitación al Banquete que el Señor nos prepara y nos invita. Dejemos a un lado las cosas de este mundo, puras banalidades, caducas y de poco valor, porque todo lo que muere es limitado. Y corramos al Banquete que nuestro Señor nos tiene preparado, porque allí seremos felices eternamente.

Pidamos al Señor la sabiduría de saber responderle y de poner todas nuestras cosas en su lugar. Todo sometido al Señor, dueño de todo lo creado, tanto visible como invisible. Porque, nada tiene sentido si no hace referencia a Él. Gracias, Señor, por tanto amor inmerecido y por tanta insistencia para salvarnos. Pongo en tus Manos, Señor, mi vida, para que, en el Espíritu Santo, Tú la dirijas y la lleves a ese Banquete que has preparado para mí.

lunes, 6 de noviembre de 2017

SIN PERMANECER EN TI, SEÑOR, NO ACTUAREMOS EN Y CON GRATUIDAD


Podemos hacer lo que queramos, y darnos gratuitamente sin exigir nada, pero si no es en Nombre de Dios y para su Gloria, algo estaremos buscando. Porque, nuestra naturaleza humana está herida y, egoístamente, pedirá algo en recompensa por los servicios prestados. Es el pecado, del que no nos libramos ni siquiera queriendo, sino por la Gracia de Dios.

Por y para eso ha venido el Señor a salvarnos y a liberarnos del pecado. Si no fuese así se hubiese quedado y librado de padecer una muerte de Cruz. Bastaría con que nosotros respondiésemos y quisiéramos seguir sus mandatos y su camino. Pero, no es así. Le necesitamos, aunque queramos librarnos del pecado. Es Él el único que nos puede liberar, y a Él recurrimos en ruego y súplicas para que nos libere de la esclavitud del pecado.

Por todo ello, Señor, queremos permanecer en Ti y rogarte que nos des la Gracia de vencer al pecado y darnos gratuitamente por amor a los demás. Sabemos que no nos es fácil, pero, también sabemos, porque Tú mismo nos lo has dicho, que con tu Gracia podemos vencer. Para eso nos has enviado al Espíritu Santo y en, con y por Él podemos salir victorioso de nuestra personal lucha contra el poder del Maligno.

Reconocemos nuestro egoísmo, pero experimentamos que con la ayuda del Espíritu y su asistencia tenemos garantizada nuestra victoria. Gracias Señor por esa oportunidad y por ese Amor gratuito que nos conforta, nos llena de esperanza y nos anima a continuar, a pesar del dolor y la lucha de cada día, con renovadas ilusiones y espíritu de lucha y de alegría esperanzada en tu Amor.

Nos sostiene, Señor, tu presencia y la fe en Ti. Sin Ti nuestras esperanzas serían vanas, y, a pesar de nuestras dificultades y debilidades, seguimos en la lucha confiados en tu Misericordia y en tu Amor. Nuestros pecados nos limitan y reconocemos que somos indignos de tu promesa, pero nos mantenemos en pie porque Tú, Señor, nos amas y nos lo demuestra a cada momento. Gracias, Señor, por tu presencia y por tu amor. Amén.